Se conocieron una noche aunque no de forma amable. Una mala anécdota.
El negocio de su madre será el elemento que los hará volver encontrarse.
Contemplando el cielo de la noche sabrán que el amor existe.
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Recibí el mensaje de Dongsun al medio día donde explicaba detalladamente que necesitaba de mí ayuda para encontrar un extraño libro. Acepte acompañarlo, porque lo relacionado a textos difíciles de conseguir me interesaba exponencialmente, no pude negarme desde que mencionó al difícil ejemplar. En otra situación cabía la posibilidad de haberme negado, aunque se suponía que éramos amigos, las amistades se podían pedir ciertos favores, sin embargo las cosas con él ya no podían manejarse de la misma manera por muchos esfuerzo que se pusiera en volver a la normalidad. Había sido codiciosa al creer que podía funcionar, bajo las situaciones en las que se desarrolló nuestra relación, era difícil llevar la antigua amistad. Debido a la confirmación de contar con mi apoyo envío múltiples mensajes de agradecimientos.
Esa fue la causa por la que acudimos al centro de Seúl a visitar la famosa librería que manejaba su más grande establecimiento en el área. Lo acordado era encontrarnos en la entrada de la tienda, llegué unos minutos antes de los establecido para recorrer sola entre el laberinto de libros antes que llegará, no sucedió porque él llego aún con varios minutos de anticipación, para mi llegada Dongsun ya había interrogado a los vendedores respecto la obra narrativa que necesitaba adquirir, motivo por el cual mi ingreso no fue posible.
De ese modo sugirió seguir la búsqueda en librerías cercanas, fue lo que hicimos. Una. Dos. Tres. Ninguna de las tres librerías que irrumpimos ofreció lo buscado.
Tan pronto salimos de la última librería Dongsun se mostró rendido, sugirió que fuéramos por unas bebidas frías. Fuimos a disfrutar del delicioso jugo de naranja a las bancas que ofrecía la cafetería, evitarnos estar caminando con las bebidas en las manos. Mi acompañante intentaba hacerme reír contando algunos chistes demasiado tontos, tratando de romper cierta tensión que se manejaba entre ambos. Le dedicaba la sonrisa una sonrisa sincera.
—Es justo lo que necesitaba —dice refiriéndose a refrescante jugo, intentando que el rumbo de la conversación fuera fácil de abarcar.
Dongsun se esfuerza en convertirse en un agradable, simpático, muestra extrema amabilidad conmigo. La culpa de querer acabar está salida pronto me hace sentir culpable, se intensifica cuando imagino a la persona que me gustaría ocupará su lugar.
Me obligo a dejar de pensar en ello, reemplazo mis pensamientos por aquel sitio donde las posibilidades de encontrar el libro buscado son altas, mi librería secreta, mi vendedor favorito al que visite recientemente son los adecuados para este difícil reto. Quería que fuera un sitio sólo para mí, tendría que compartirla con Dongsun.
—Sé dónde podemos ir a buscar el libro —indico dispuesta a revelar el flamante, pequeño especial sitio que guardaba exclusivamente en mis memorias.
—¿Sí? —apenas contesta entre dientes.
—Te sorprendería la cantidad de ejemplares que podrías encontrar, nunca me a fallado hasta el momento. Definitivamente debemos ir —respondo, tenía mucha certeza, confianza en que la librería del anciano era la definitiva.
