Dieciséis

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Iba caminando sola  bajo el cielo nublado, dar un respiro antes de cumplir con el horario universitario marcado

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Iba caminando sola  bajo el cielo nublado, dar un respiro antes de cumplir con el horario universitario marcado. Mi cuerpo y mi mente. Yo, no tenían ninguna intención de querer asistir, a pesar que ambas clases asignadas eran de las que más me gustaban, los profesores no eran aburrido, ni malhumorados, por ese lado no existía una razón para faltar. Me sentía algo ¿abrumada? No sabía a ciencia cierta el significado de este pequeño pesar que traía, era lo suficiente molesto para dejarme sin baterías, sin energía.

La tarde estaba tranquila...

Como si hubiera brotado del aire aparece una mujer vestida con una pañoleta amarrada al cabello, ropa colorida y muchas pulseras en los brazos. Maquillada al extremo.

—Veo que eres una persona de pensamientos profundos, en búsqueda respuestas —dice impostando la voz de forma misteriosa, va moviendo los brazos de arriba abajo haciendo sonar sus múltiples pulseras—. Puedo decirte lo que quiere saber. Eso que ansías conocer.

—Soy una persona que transita tranquilamente, nada de pensamientos profundos —contesto mientras trato de entender que pretendía decirme.

Una mujer apareciendo por arte de magia, llevando una singular vestimenta, me hacen relacionarla a los recientes testimonios de moda que levanta pasiones entre las chicas de la universidad. Muchas estudiantes iban contaban su increíble encuentro con  La Gran adivina de Seúl o La diosa de la verdad, como estaba siendo llamada, los testimonios afirmaban que las había ayudado a resolver infinidad de problemas, decían que aparecía de repente frente a cualquier persona y cuando estas aceptaban que leyera la baraja de cartas que llevaba entre sus pertenencias ella podría advertirte si estabas a punto de arruinar tu futuro al acertar erróneamente una decisión primordial, resolvía los inconvenientes que viera sucederían. Bajo el poder de su tercer ojo. Comentaban que no fallaba.

La mitad de personas que conocían la historia querían encontrarse con ella. La otra mitad creían que era una farsante, yo estaba en la segunda posición, creía que era una estafadora que iba aprovechándose de los demás en un momento de debilidad. No era posible saber el futuro simplemente interpretando los dibujos de raras cartas escogidas al azar. Simplemente no era posible. No creía en esos embustes. Aquellos que se dedicaban a estas cosas buscaban ganar dinero fácil. Y ciertamente resultaba atractivo, atrayente para cierto sector de la población, eso no se podía ocultar. 

—¿Es La gran adivina de Seúl? —preguntó intentando confirmar mi suposición.

—Veo que me conoces muchacha. Has escuchado de mí —responde, hace un raro ademán con la muñeca y después  saca del bolsillo de su larga falda la baraja de cartas que esperaba—. Al parecer es cierto que la fama me persigue

—Diría que su popularidad pronto sobrepasará a la Gong Yoo.

—No necesito presentación contigo, supongo que sabes lo que hago, es un alivio, cansa tener que repetirlo varias veces —menciona agitando las cartas—. Seré directa. ¿Tienes algo que quieras saber?

One Night《 》Min Yoongi  (COMPLETA ) ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora