Treinta y seis

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Es el día final de estar fuera de Seúl, estábamos aprovechando nuestras últimas horas

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Es el día final de estar fuera de Seúl, estábamos aprovechando nuestras últimas horas. Paseamos en una de las zonas turísticas que ofrecía el lugar, trataba de convencerme de comprar algún recuerdo que pudiera llevar a casa, buscaba algo que resultaba atractivo a simple vista, sin embargo nada parecía realmente llamativo o lleno de significativo, que pudiera destacar lo bello de la región, fuera de los llaveros con el nombre de la ciudad, que era abundantes, todos los comerciantes tenían a la venta los mismos modelos  y algunos adornos que podía conseguir fácilmente en alguna feria que se organizaban en la capital, lo novedoso no se exhibía. Aparentemente me iría sin adquirir alguna cultural pieza. 

—Tu Yoongi es un muchacho callado —dice Jiwo dándole un rápido vistazo, el aludido se encuentra algunos pasos detrás nuestro, se detiene a observar algunos objetos en la hilera de pequeñas  tiendas, aquellos que llaman su atención. 

—Es un alma silenciosa —no era alguien que se esmerara mucho por entablar conversaciones superficiales, menos si estaba despistado en lo suyo.  

—Estaba pensando hace muchos metros atrás que estoy haciendo mal tercio, es horrible hacer mal tercio, va contra mis principios —comenta, su voz disminuye unos cuantos tonos procurando que mi novio no la escuchará, como si él tuviera un oído biónico que le permitía escuchar a la perfección a pesar de la distancia, después agrega alarmada—. ¿Lo estoy siendo? ¿Estoy siendo mal tercio, cierto?

Que la joven de cabello rojo cobrizo estuviera aquí no perturbaba que pudiera disfrutar, tenía una postura distinta a la que tal vez una pareja de novios podía aspirar, de esa que hubiera podido gozar si mis palabras hubieran sido entendidas y expresadas correctamente. Me gustaba poder convivir con las personas que apreciaba, que mejor si se trataba de Yoongi y mi preciada amiga quienes venían conmigo, incluso si uno de sus participantes estuviera en su propio mundo, algo alejado de nuestro reducido grupo, como lo estaba siendo, la idea de poder permanecer cercanos era agradable. Aunque no podía responder si para el rubio era lo mismo, si se sentía fuera de lugar por tener a Jiwo cerca no lo a mostrado de lleno, tampoco de querer que ella desapareciera en entre un cúmulo de turistas, el único detalle sobrante que me hubiera gustado tuviera, era respecto a un gesto, me hubiera gustado que sostuviera mi mano mientras caminábamos por la larga calle, dado que teníamos compañía era remoto que sucediera, sería una verdadera hazaña conseguirlo.

—No seas tonta, claro que no haces mal tercio —respondo mientras entrelazo mi brazo con el de ella, muchas chicas caminaban de esta forma por diferentes sitios, hacía parecer siameses inseparables a cualquier par de amigas que usará tal ademán, era un signo de amistad.

La muchacha sigue renegando y afirmando que es eso que manifiesta, lamentándose por haberse vuelto la tercera en cuestión, gira a ver a Yoongi, al punto exacto donde se encuentra, continúa a unos cuantos metros, solo para culparse de esa lejanía, para ella era innegable que ese distanciamiento es una confirmación del mal tercio que realiza.

One Night《 》Min Yoongi  (COMPLETA ) ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora