Tierno enamorado

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“Es
quizás que soy una persona muy enamoradiza o simplemente el temor
de no estar solo en la vida, no quiero pensar que es una obsesión
pero siempre que logro tener alguien conmigo siempre trata de irse. Desearía
que no me ocurriera eso, a veces pienso que mi destino es quedarme solo
pues al final, siempre, ellas trataran de hacerme daño, pero ahora
no me dejare de nadie, ya no me lastimaran mas. Si llego a conocer a alguien
en este momento creo que sería muy bueno, pues mi recuperación
de un problema que no quiero mencionar ahora ha salido bien y creo que
ya estoy listo para un nuevo amor”.

   
Tuve que cambiarme de residencia y de condado, por problemas personales.
Me inscrito en un preparatoria donde ahora me va de maravilla, aun no me
identifico con alguien pero quizás por ser primer día es
algo difícil de hacer amigos, eso o quizás mi extraño
acento sureño.

   
Al final de la clase un grupo de chicas se me han estado acercando pues
para apuntar mi nombre en las listas de los profesores entre ellas destaco
una para mi, alguien diferente a las demás, por su gran amabilidad
y sencillas en tratar a las personas con cierta familiaridad que la hace
única, su nombre es Rebecca, una chica de quizás 18 años,
de tez clara ojos cafés claros y una cabellera lacia y rubia, una
típica adolescente de preparatoria.

   
La clase de día por fin había finalizado y mientras bajaba
de las escaleras, a aquella chica se le cayeron los útiles de su
mochila es quizás motivo de que no lo llevaba cerrado, lo peor y
quizás mejor del caso es que ningún ser caballeroso se acerco
para tenderle una mano amiga, oportunidad que vi para acercarme mas a ella.
Me hinque junto a ella y con una pequeña sonrisa me agradeció
la amabilidad mía. Después de recoger todas sus cosas la
ayude a levantarse y juntos bajábamos de las escaleras mientras
continuaba agradeciéndome.

   
“gracias… ¿cómo dijiste que te llamas?”

   
“Harrison Love-heart y… tú te llamas Rebecca  ¿verdad?”

   
“si así es… ¿cómo supiste?”

   
“pu… pues… es que leí la lista del maestro y noté tu
letra”

   
“sí… me llamo Rebecca… no eres de aquí ¿verdad,
John?”

   
“no… ¿se nota?… soy de Tennessee”

   
Entre la plática en el pasillo de la escuela me comentó que
acababa de terminar con su novio que la había engañado con
su mejor amiga, pues la había embarazado y estaba muy dolida, que
había intentado suicidarse dos veces por depresión. Ah….y
que le gustan los Backstreet boys.

   
Era demasiado perfecta para ser verdad, muy contento por estar sola de
nuevo la invite a tomar un café para que nos contáramos nuestras
penas y conocernos un poco mas. Ella acepto con gusto, ya estando ahí
me pregunto por que me había cambiado de escuela de casa y de estado,
cosa que le dije, también le conté que yo igual como ella,
había sufrido mucho en el amor y que ya andaba muy desilusionado,
la tarde comenzaba a caer y ella me dijo que tenia que irse pues sus clases
de danza estaban por comenzar. Le dije que la llevaría hasta ahí,
al principio se negó pero después de ver su reloj y notar
que el tiempo corría accedió con gusto.

   
Con el paso del tiempo nos hicimos buenos amigos, tanto que muchos de los
chicos del colegio creían que era una especie de homosexual o algo
así. Lo que no sabían era que todo lo hacia por la nueva
chica de mi vida, haría lo que fuese por estar con ella, aunque
mi reputación se manchara. Aunque a sus amigas no les agradaba mucho
mi compañía pero Rebeca siempre abogaba por mi, acto que
me parecía de lo mas lindo.

Leyendas urbanas 3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora