La aterradora historia de la Mansión Stoppel de Mendoza

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Hace unos meses me llegó un mensaje de una vecina diciendo que en la antigua mansión, ubicada en la avenida Emilio Civit, escucha ruidos en las noches y aseguraba que la residencia no está abandonada del todo.

Días después me contacté de nuevo con esta señora para pedirle más detalles; me contó que en las madrugadas ella iba registrar para ver si encontraba a alguien dentro, pero cuando se acercaba los ruidos cesaban. Dijo que siempre cree ver sombras que entran por las ventanas, y que una noche mientras preparaba la cena, un hombre vestido de negro y una máscara se le apareció en la ventana, ella del susto corrió y se encerró en la pieza, al quedarse callada pudo escuchar el ruido de los platos y las ollas que se caían. Cuando dejó de escuchar todo, se animó a salir y vio la cocina hecha un desastre. Tomó algo de coraje y se acercó a la ventana y vio al mismo hombre entrando a la mansión. Al día siguiente llamó a la policía pero no encontraron nada, y medio que la subestimaron ya que la señora vive sola y no le creyeron mucho. Pero los hechos raros nunca frenaron, las sombras, golpes y demás ruidos persisten en el lugar, hasta cree que “eso” que se esconde en la mansión también está en su casa.

La señora me pidió que si podía escribir algo o averiguar si en realidad pasaba eso en el edificio. Hubo un tiempo en el que no le di mucha importancia pero al ir averiguando más me di cuenta de que en realidad algo podía estar pasando. Además estábamos en vacaciones, el tiempo dedicado a estar al pedo me había cansado. Entonces, a los días les pedí a algunos amigos que me acompañaran hasta la casa de la señora para tener más información o poder presenciar algo de lo que nos contaba. En un principio se resignaron, pero al contarle un poco más de aquello que la vecina me había dicho se animaron y accedieron a ir, lamentablemente solo uno de ellos me acompaño, el miedo les fue más fuerte.

Llegamos una tarde a la casa de la mujer, que no tiene nada de señora, es joven de unos 42 años, Liliana se llama. Nos recibió muy amablemente, en un principio dejamos claro que sólo grabaríamos sus relatos y después iríamos a la mansión a registrar algo con los celulares; cualquier cosa que pueda servir en la nota.

“Esta en realidad es el departamento de mis abuelos, que fallecieron hace un tiempo. Me la dejaron a mí porque soy su única nieta. Así que me vine a vivir acá, porque ya no tenía para pagar mi departamento y necesitaba asentarme en un lugar. Además, me trae muchos recuerdos de mi niñez. Pero desde que me vine a vivir, he escuchado cosas en la mansión de en frente, y hasta escucho y veo cosas en éste lugar.” Nos dijo Liliana mientras nos invitaba a sentarnos. A nosotros nos pareció un lugar normal, era amplio y frío pero no tenía nada raro.

Ella nos volvió a contar lo que ya me había dicho a mi, y le pedí que si tenia alguna otra experiencia. “¡Uff! Un montón, la mayoría son cosas pasables como escuchar risas, o pasos. A veces dejo prendida la tele y cuando vuelvo está cambiado el canal o apagada. Se caen los cuadros de la nada. Lo mismo escucho en la mansión de los Stoppel, pero ahí si he visto y escuchado muchas cosas. Hace unos meses eran cerca de las 7, yo me estaba preparando para ir al trabajo, en un momento paso por la cocina, miró para afuera y vi en la ventana de la mansión a un nene de unos 8 años con la boca abierta, me acuerdo patente, parecía estar gritando desesperado, al fijar la vista me acerqué más a la ventana y de repente, detrás del nene vi una cara media desfigurada, y el nene desapareció, fue como si esa cosa que apareció atrás se lo hubiese llevado. Me quedé traumada unos minutos, intenté llamar a la policía pero ya había tenido la experiencia de la otra vez, me olvido que la mansión está abandonada y que es imposible ver gente dentro.” Liliana parecía que se le llenaba el cuerpo de escalofríos cuando nos relataba eso, pero bueno, era necesario saberlo.

Después de que nos relatara varias experiencias sobre el departamento de sus abuelos y la Mansión Stoppel. Se empezó a hacer de noche, lo que significaba que nos teníamos que ir, el ultimo micro a San Carlos es a las 21hs. Pero cuando la charla iba terminando y nosotros preparados para irnos, Liliana nos dijo que si nos queríamos quedar esa noche en su casa para que continuar la conversación y averiguar, pues ella tiene guardados varios documentos viejos; quizás había algo que nos sirviera. Además le haríamos compañía en esa noche donde tuvo que recordar viejas experiencias.

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