La trágica historia de los chicos de San Martín

619 12 0
                                    

El rumor de “la chica de la fiesta” me llegó hace un tiempo, probablemente sea de público conocimiento como toda leyenda urbana. El tema se puso más escabroso cuando un amigo de San Martín me comentó de un evento macabro muy cercano a él, justamente estaba relacionado con el rumor de la chica. Me tomé el tiempo necesario para subir esta nota porque tardé en averiguar las fuentes, charlé con mucha gente de la zona este, indagué en diarios sobre los sucesos de aquella fecha y llegué a la conclusión de que esta historia, más que una leyenda urbana, es real… espantosamente real.

Antes que nada les cuento sobre la leyenda. La historia es nocturna, sucede en fiestas y en boliches, las zonas donde el rumor se repite es en Corralitos,La Primavera, Fray Luis Beltrán, San Martín y Palmira, este último lugar es donde el mito es más latente y poderoso. Una chica vestida de blanco, de tez pálida y pelo negro es sacada a bailar por un chico. Luego de pasar la noche bailando y charlando él le ofrece llevarla a su casa, lo que ella acepta gustosa. Lo hace dar varias vueltas y le pide que paren en un lugar solitario. Él se detiene entusiasmado por la posibilidad de intimar, pero solo se lleva unos besos y una que otra caricia. La “anécdota” concluye cuando ella se baja en el cementerio zonal e ingresa por la puerta, a veces incluso hasta traspasando las rejas.

Una variante, que escuché enLa Primavera, mucho más jugosa y tétrica, es que él la lleva hasta su casa, ella entra y él se va. Al otro día encuentra en su auto una campera de jean y vuelve al domicilio donde la dejó. Lo atiende el padre de ella y le comenta dolorido que su hija murió hace unos años, le pregunta el porqué de la búsqueda, el chico le comenta aterrado y el padre se da cuenta espantado de que la campera era efectivamente de ella.

Sobre esta variante avancé bastante, al punto de que llegué hasta la casa donde teóricamente había sucedido el tema. Me atendió un señor bastante viejo y me hice pasar por periodista de un diario (cosa que he hecho para averiguar todo lo que se, falsificación una tarjeta de presentación). No me dejó entrar, pero desde la vereda me enteré que era viudo, que efectivamente hacía unos años había perdido una hija y cuando le pregunté por el tema de la campera de jean, se le llenaron los ojos de lagrimas y me cerró la puerta en la cara. Saco dos conclusiones, o la historia es verdad y el viejo no quiere contar nada, o la historia no es verdad y está cansado del rumor.

Previo a contarles la historia quiero aclarar que todo lo que les voy a escribir es real, pero he tomado las precauciones de cambiar absolutamente todos los detalles, por respeto a las víctimas, en agradecimiento a los familiares y allegados que me dieron detalles y por cuestiones legales, ya que el caso está aún latente en la fiscalía. Además, suficientes problemas hemos tenido y causado con la nota de Neuquén… donde justamente arranca esta nueva historia.

Era sábado a la noche, Marcos, Ignacio y Damián, eran tres amigos de San Martín que habían ido a bailar al boliche Neuquén, como religiosamente lo hacían cada sábado. Damián era el más ávido para el levante, Marcos lo segundeaba bastante bien e Ignacio era el que menos ganaba, pero siempre estaba. Los tres eran inseparables, toda la primaria y la secundaria la habían echo juntos, solamente se separaron en la universidad, cuando Marcos se decidió por contador, Ignacio por policía y Damián por enólogo.

Esa noche era bastante linda, Ignacio se quedó con una mina que conocía y le dejó el campo de batalla libre a Damián y Marcos que se jugaron toda las fichas en la pista vip. Damián ganó al segundo intento y Marcos se quedó deambulando por la pista hasta tarde. Una vez que se resignó a que no era su noche, tomó varios tragos de más. Al cabo de un par de horas estaba bastante ebrio, por lo que salió a la pista del patio a tomar algo de aire. Estaba mirando hacia el cielo, intentando inspirar más oxígeno del habitual, cuando le tocaron la espalda. Solamente bastó que la chica le pidiese fuego para que Marcos activase todas sus virtudes de galán y terminase conociendo desde que se llamaba Amalia hasta el sabor de su boca.

Leyendas urbanas 3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora