A muchos nos aterra la oscuridad no por el simple hecho de serlo, si no porque en ella se esconden nuestras peores pesadillas, se mueven sombras que no podemos distinguir hasta que están demasiado cerca y es el disfraz perfecto para infinidad de situaciones. Este es el caso de Leonor.Se acababa de mudar a una muy vieja, a su madre le encantaban las casas antiguas, entre más viejas mejor, así tendría mucho trabajo por hacer al restaurarlas. Aunque a la joven le aterraba muchísimo la mayoría de los edificios en los que habían habitado. Se sentía nerviosa por el ruido que hacían las persianas al chocar contra los cristales haciendo un ruido como si alguien arañase el vidrio, como si hubiera alguien al otro lado queriendo entrar.No podía conciliar en sueño por mas que se repetía a sí misma – duerme, duerme – pero le era imposible, en lugar de eso su mente divagaba - ¿por qué estas casas viejas tienen que ser tan oscuras? -. Para calmar los nervios de estar sin ninguna luz estiró la mano para encender la lámpara de la mesilla, pero no funcionó, volvió a presionar el botón pero ¡nada!. - ¡justo ahora se tenía que fundir! – pensaba para sí misma, se levantó de la cama decidida a dormir con la luz del cuarto encendida. Como aun no se adecuaba a la habitación, puso la mano en la pared para guiarse. Cuando llevaba unos pasos, chocó contra algo, lo tocó con miedo para darse cuenta que ¡era un jovencito!. Paralizada por el miedo no pudo reaccionar cuando él se acercó lo suficiente como para apartarle el cabello con sus dedos fríos y susurrarle al oído: - Esta casa es mía, ¡sal de aquí si no quieres que te pase lo mismo que a mí! –.l parecer las palabras la hicieron reaccionar y sacudirse el miedo que la congelaba y le ponía la piel de gallina, salió corriendo para toparse con su madre que también estaba muerta de miedo. - ¿Tú también lo viste? – preguntó Leonor. Ella asintió mirándola a los ojos. Y no necesitaron más para abandonar la casa de inmediato.Poco tiempo después, en un trabajo escolar, Leonor encontró una foto de su antigua casa junto a una noticia que decía: “Aparece un joven muerto en extrañas circunstancias”. En la foto aparecía un joven con la tristeza marcada en el rostro, un rostro idéntico al del fantasma que le habló aquella noche.
