2 meses después
Después de todo lo que había pasado aquel día, todo había vuelto a la "normalidad". Sakura y Tsunade habían conseguido terminar las tan esperadas prótesis que los chicos necesitaban para sus brazos. A pesar de que Sasuke se había adaptado al brazo solitario y había dictaminado que ya no lo echaba en falta, Sakura lo había convencido de que al menos lo probara una vez y, que si no le era cómodo o no le gustaba, que se la quitara. Por lo que, tanto Naruto como Sasuke se vieron envueltos en unas pruebas médicas para saber si podrían llevarlas con comodidad.
Así, estuvieron dos semanas probando sus prótesis y adaptándose al nuevo brazo.
Naruto y Minato no tocaban el tema del futuro desde que el mayor quiso saber sobre él, pero aun así, se habían vuelto muy unidos, incluso con Kushina. A veces, el rubio acompañaba al Equipo Minato en sus entrenamientos, convirtiéndose en un buen amigo de Obito. El Uchiha veía alucinante la prótesis de Naruto, pensando incluso que se había vuelto un robot. Minato vigilaba a Naruto, ya que habían explotado varias prótesis al crear un Rasenshuriken o haciendo otros jutsus a desgracia de Sakura, que tenía que investigar más para saber cómo volverlas más resistentes.
Pero Kakashi seguía sin confiar en aquellos tres ninjas que llegaron a Konoha hacía ya 8 meses. Eran demasiado poderosos como para no tenerlos en cuenta bajo el punto de mira.
Por otro lado, Sasuke se dedicaba a entrenar a Itachi. Después de saber que Sakura y Naruto le habían contado a Fugaku de su pasado, había estado días sin hablarles, a pesar de que no había dicho quiénes eran su familia y habían contado la historia lo mas anónimo posible. Sin embargo, al haberlo pensado detenidamente, había accedido a entrenar al pequeño Uchiha con la condición de que nadie más que ellos supieran que él era Uchiha.
El pequeño Itachi era bastante inteligente y se tomaba las cosas muy en serio, así que el entrenamiento se hacía entretenido para ambos Uchiha. Con sólo 3 años, cumplidos hacía unos pocos días, Itachi ya acertaba en la diana con los shurikens y kunai que utilizaban los niños. Siempre que conseguía la prueba que Sasuke le ponía, el mayor le invitaba a un palillo de dangos. Tanto así, que Mikoto ya le había advertido a Sasuke que no le comprara más dulces o ganaría demasiado peso.
—¿¡Por qué!? He hecho todo perfecto...—se quejaba el pequeño Itachi después del entrenamiento.
Sasuke le daba un toque en la frente y lo miraba a los ojos.
—Lo siento, tu madre me lo ha prohibido. Así que será en otro momento, Itachi.
Entonces era cuando Itachi se enfadaba, inflaba sus mofletes y se cruzaba de brazos para no hablarle al Uchiha mayor. Tal era la dependencia a los dangos que lo hacía comportarse como un verdadero niño. Sasuke sonreía de lado, sabiendo que poco después se le pasaría, como había descubierto aquellos dos meses. Además, en el cumpleaños de Itachi le había regalado ni mas ni menos que dos raciones de dangos y varios kunai especiales. Así que ya tenía demasiado dulce en su cuerpo para al menos dos meses.
El equipo 7 había sido llamado por el Hokage. Sarutobi había decidido darles una oportunidad a los chicos haciendo una misión fuera de la aldea, para ayudar en la guerra que se presentaba. Había habido algunos meses de aparente paz, pero habían vuelto a las andadas. Varios grupos ninja de Kumogakure habían atacado algunas aldeas del País del Fuego y del País de la Lluvia. Cuando Naruto escuchó nombrar Amegakure, recordó a Nagato, pero no dijo nada.
Los tres accedieron a completar la misión, en la que tenían que proteger a las aldeas vecinas y acabar con los grupos de ninjas. A pesar de que Naruto no quería matar a nadie, las órdenes eran órdenes y tendrían que hacerlo. A la tarde, los tres ya se encontraban en la puerta de la aldea, dándole el permiso del Hokage para salir. Sin embargo, justo antes de marcharse, Minato llegó a la entrada, llamando a Naruto por su nombre falso.
—Tened cuidado, chicos.
—Lo tendremos—habló Naruto con una sonrisa y el pulgar levantado.
—Gracias, Minato-san—habló Sakura mientras que Sasuke sólo asintió sin decir nada.
—Cualquier problema, mandad un mensaje de ayuda.
Los tres asintieron y al fin marcharon a la misión. No les llevó más de un día en llegar a los límites del País del fuego. Habían encontrado a varios compañeros de Konoha en los alrededores y Sakura les había ayudado con el ninjutsu médico, curando a varios heridos que tenían en sus filas. Cuando llegaron a las aldeas, lucharon contra los ninjas enemigos salvando a los prisioneros civiles que habían encerrado y causado terror.
Poco a poco, fueron limpiando de enemigos los límites y llegaron a Amegakure. Pero Hanzo Salamandra no los recibió con mucha alegría. Esto irritó un poco al equipo, pero entraron intentando no hacer mucho escándalo. Ayudaron a los ninjas de Amegakure con los de Kumo sin utilizar sus más poderosas técnicas y volvieron lo más rápidamente al País del Fuego. En el camino, Sakura vio a un grupo con capas negras y nubes blancas y rojas, y paró alarmada. Sasuke no sabía qué pensar de ellos, pero Naruto estaba algo indeciso en si acercarse o no.
Pero ya era tarde, los habían visto, así que decidieron no alarmarse a su paso. Total, tenían que pasar por aquel camino sí o sí. Cuando estuvieron cerca, Naruto pudo ver a Yahiko, a Nagato y a Konan bastante jóvenes, sin piercings en el cuerpo y bastante alegres; y una sonrisa asomó su cara por sorpresa de sus compañeros. Si Yahiko no había muerto, Akatsuki no era una mala organización. Los dos grupos pararon uno en frente del otro, el grupo Akatsuki un poco reacio a hablar al ver sus placas ninja de la Hoja.
—¿Volvéis de guerrear?—preguntó Yahiko con el ceño fruncido.
—Mi equipo y yo intentamos matar el menor número de personas, 'ttebayo. Venimos de salvar a los civiles de los grupos ninja de Kumogakure. Desgraciadamente, el País de la Lluvia se encuentra en medio de tres grandes potencias, así que os lleváis todo el daño. Lo siento por eso.
Todos lo miraron sorprendidos, incluso Sasuke y Sakura. Nunca habían escuchado a su amigo parecer tan inteligente. Yahiko, Nagato y Konan se miraron entre ellos y luego le sonrieron. El de pelo naranja, caminó hasta Naruto y le tendió una mano con una sonrisa.
—Encantado, me llamo Yahiko. Ellos son mis compañeros Nagato y Konan, y detrás los demás integrantes de la organización Akatsuki, que busca la paz por medio de la palabra y que odia la violencia. Gracias por salvar a nuestros civiles de la guerra, ¿cómo os llamáis?
—Makoto, y mis compañeros Takeshi y Satsuki. Y hacemos todo lo que sea para que la guerra acabe lo antes posible. Aun así, debemos irnos ya. Nos esperan en nuestra aldea para la próxima misión.
—Gracias de nuevo, y que tengáis un buen viaje.
Así, cada grupo se fue por su camino. Naruto saltaba de rama en rama con una sonrisa en la cara, mientras que Sasuke y Sakura lo miraban desde atrás sin decir absolutamente nada. El viaje iba bien. Habían pasado ya varias horas cuando una explosión justo delante de sus narices los arrastró hacia atrás sin que pudieran protegerse a tiempo. Los tres chocaron contra un árbol y se levantaron lo más rápido posible, preparándose para un ataque. Naruto había chocado mal y se había dado un golpe en el hombro y brazo derecho, donde tenía la prótesis. Algo se había movido y no dejaba de pincharlo con fuerza en el músculo.
Estaba tan absorto en el brazo, que otra explosión segundos después y mucho más cerca, le dio de lleno alarmando a sus compañeros, que habían saltado a tiempo.
—¡Naruto!—gritaron los dos asustados.
ESTÁS LEYENDO
LOS VIAJEROS DEL TIEMPO (Viaje al Pasado) #ShippudenAwards
FanfictionDespués de la Cuarta Guerra Mundial Ninja, Naruto, Sasuke y Sakura viajan al pasado. Pero no precisamente a la época de su niñez, sino mucho antes. Entra y descubre esta fantástica aventura. Todos los personajes pertenecen a Masashi Kishimoto, pero...