Capítulo 11: Puente Kannabi

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Al día siguiente, Naruto, Sasuke y Sakura se dirigieron a la entrada de la aldea con el permiso de salida del Hokage. Iban a salir cuando vieron a lo lejos a Minato, a Kakashi y a Rin. Pero no vieron a Obito por ningún lado. Los tres supieron entonces qué había ocurrido. Corrieron hasta ellos y Sakura los revisó rápidamente por si tenían alguna herida grave. Kakashi llevaba su ojo izquierdo tapado, por lo que Sakura revisó que no se infectara. Naruto se acercó a Minato preocupado y el mayor bajó la mirada.

—Obito...—susurró algo conmocionado.

—Ha muerto—susurró Minato afectado.

Naruto negó un poco conmocionado. ¿Qué hacía? ¿Lo salvaba o no? Gritó por la frustración y miró a Minato con el ceño fruncido. Se acercó a él y sacó el mapa de su bolsillo, enseñándolo con insistencia.

—¿Dónde fue?

—Makoto, no creo...

—¡Dónde fue! ¡Voy a ir a por él me déjeis o no!

—Cerca del Puente Kannabi—murmuró Kakashi con la cabeza gacha.

Nada más decirle el lugar, Naruto comenzó a correr en aquella dirección, seguido por Sasuke y Sakura. Minato le dio rápidamente un pergamino con el reporte de la misión a Rin y salió corriendo tras los chicos, preocupado por si les pasaba algo. Los cuatro shinobis corrían y saltaban por las ramas en dirección a aquella cueva donde se encontraba el pequeño Obito. No podían tardar mucho si no querían que se lo llevaran o muriera allí. Naruto estaba desesperado, no podía esperar mucho más.

—¡Naruto! ¡No corras tanto!—habló Sakura, pero el rubio la ignoró por completo.

—Siento chakras enemigos, Naruto. Ve con cuidado—le advirtió Sasuke, esperando que no sucediera lo mismo que la última misión, entonces sí sería verdad que no recibirían otra misión nunca más.

—¡Acelerad el paso! ¡Así no nos cogerán, 'ttebayo! 

Sasuke gruñó por ello, mientras que Sakura y Minato se miraron preocupados por él. Sin decir nada más, hicieron lo que les pidió y corrieron a más velocidad en la dirección a la que iban. Justo cuando llegaron, encontraron una cueva destruida con varios cadáveres de ninjas de Iwa. Naruto utilizó el Kage Bunshin y decenas de Naruto comenzaron a quitar rocas. Sakura lo ayudaba mientras que Sasuke y Minato vigilaban que no llegara ningún enemigo. Cuando terminaron de vaciar la cueva de rocas, sólo pudieron encontrar su banda doblada por la presión de las rocas y un enorme charco de sangre. Naruto dio un golpe con fuerza en la roca y tensó la mandíbula con ira.

—¡Mierda! ¡Joder, joder, joder! ¡Maldito Madara!—gritó, pero Sakura intentó tranquilizarlo.

Minato y Sasuke se acercaron a la cueva y miraron preocupados a Naruto, que daba golpes a la roca con fuerza, haciéndose daño en los nudillos. Sasuke bajó y empujó a Naruto para que lo mirara, y así lo hizo, aunque un poco sorprendido.

—¡Cálmate!—le gritó el Uchiha—. ¡Sabes perfectamente que no está muerto! Si Madara y Zetsu se lo han llevado, lo salvarán. ¿Vale? Lo único que tenemos que hacer ahora es esperar.

—¡Pero Madara lo...!

—¡Ya lo sé, Naruto! Pero ya se lo han llevado, no podemos hacer nada porque no sabemos dónde están.

—Sasuke tiene razón, Naruto—habló Sakura.

El menor respiró con fuerza y asintió de acuerdo. Cuando salió, vio que su padre estaba apoyado en el tronco de un árbol, pensativo. Supo entonces que su padre era uno de los más afectados y que, Kushina, cuando se enterara, también lo estaría. Enterarse de que Obito no estaba muerto, lo hacía sentir confundido. No había entendido muy bien lo que habían querido decir los chicos con eso de que Madara se lo había llevado. ¿Qué Madara? Si se referían a Madara Uchiha, era imposible. Él había muerto mucho tiempo atrás, en la batalla contra Hashirama Senju.

—Minato, volvamos—habló Naruto, haciendo que el mayor asintiera, saliendo de sus pensamientos.

Sasuke y Sakura se miraron preocupados y siguieron a los rubios de vuelta a la aldea. Ninguno dijo ninguna palabra durante el viaje, incluso en las batallas que tenían con algunos enemigos en el bosque. Sólo se escuchaban nombres de jutsus. En poco tiempo, y con las energías al tope a pesar de haber corrido para llegar al Puente Kannabi, los chicos y Minato sobrellevaban los ataques enemigos con facilidad. Naruto estaba tan irritado que incluso había utilizado el poder del modo sannin y el de Kurama juntos, matando a treinta enemigos a la vez.

Después de horas, llegaron a un punto donde tendrían que separarse. Minato volvería a Konoha para informar al Hokage, mientras que los chicos se marchaban para realizar su misión. A mitad de camino,  Sakura paró a los chicos, pidiendo un poco de tiempo para descansar. Naruto y Sasuke asintieron de acuerdo y se sentaron en un claro, acompañando a Sakura. El Uchiha miró a su amigo con un ceño fruncido y gruñó molesto.

—Eres un imprudente, Naruto—lo regañó—. ¿Cómo se te ocurre salir corriendo de esa manera? ¿De verdad vas a cambiar la historia?

—¡Si puedo evitar un montón de muertes, sí! ¿Acaso no quieres que tu clan se salve? ¡Puede que sea imprudente, pero quiero hacer algo, 'ttebayo! ¡No quiero quedarme sin hacer nada sabiendo que hay miles de familias que se destrozarán!

—¿¡Acaso no entiendes que si no pasa lo que pasa, posiblemente las cinco naciones no hagan una alianza nunca!?

—¡Pues haré que se haga mucho antes, 'ttebayo! Voy a hacer todo lo posible para que mi infancia no sea una mierda y me va a dar un poco igual lo que penséis—dictaminó con el ceño fruncido.

Sus dos amigos se sorprendieron un poco con la actitud de Naruto. Aquella alegría dicharachera que lo caracterizaba había desaparecido en aquellos momentos, mostrando sin querer los ojos rojos que pertenecían a Kurama. Destensó los puños, dándose cuenta de la forma en la que había gritado a su compañero y respiró hondo con frustración.

—Lo siento... No quería hablaros así—suspiró desviando la mirada—. Sigamos, quiero acabar rápido con esto.


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27-12-2017

Editado: 16 de Septiembre de 2018

LOS VIAJEROS DEL TIEMPO (Viaje al Pasado) #ShippudenAwardsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora