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Luego de algunas semanas en que TaeHyung se mantuvo en reposo por sus heridas, sentía ganas de ir con Jungkook, de abrazarlo con toda la fuerza del mundo, pero no podía, no todavía.

Te extraño.

Su madre lo tenía encerrado en aquella casa, y quien lo tenía que cuidar no era nadie más que su hermano SeokJin y su primo NamJoon. La dupla perfecta para hacer que el pequeño sufra lo suficiente.

- Mi madre ya se fue -dijo el mayor asomándose por la puerta del menor- levántate y deja de jugar al niño enfermo.

- No estoy jugando Hyung -se quejó el pequeño cubriéndose con sus mantas- deberías cuidarme.

- Te estoy cuidando pedazo de... -se detuvo ante sus palabras ya que NamJoon se estaba haciendo presente en la escena- Nam -dijo ahora sonriendo a éste- ¿me ayudas a hacer que se levante?

- Déjalo ahí -respondió seriamente- si no se mueve llamaremos a tu mamá y ella lo devolverá.

El corazón de TaeHyung comenzó a agitarse ante aquello que dijo el mayor, no podían devolverlo a ese orfanato. Lo único que vino a su mente fue escaparse de la familia Kim.

Voy por ti, mi pequeño.

Tomó una maleta algo grande para su tamaño, comenzó a guardar ropa al azar dentro de ésta. Se asomó por la puerta de su habitación para ver si no estaban los dos chicos mayores. Al no ver a nadie, agarró su maleta y salió corriendo de aquel lugar.

Los dos chicos se encontraban sentados en la cocina haciendo una que otra tontera, por lo que no se dieron cuenta de que el pequeño se había fugado.

×××

Los pasos eran rápidos y su corazón estaba completamente agitado. Nada lo asustaba más que no tener a dónde ir.

Ayúdame, por favor.

Divisó a un grupo de chicos a fuera de una tienda. Pudo ver a dos chicos conocidos entre ellos, Jimin y Jungkook.

Su rostro era uno de confusión, no sabía porque Jungkook estaba en estos momentos con ese Jimin. Pero no estaban solos, había otro chico más con ellos.

- ¿Jungkook? -dijo el mayor cuando vió a TaeHyung acercarse- dime que tú no lo invitaste.

- ¿A quién? -preguntó mientras se giraba-.

Una pequeña sonrisa se dibujó en el rostro de Jungkook. No esperaba ver a su Hyung ahí, pero no lo pensó. Corrió a abrazar a Tae, a quien no había visto durante varias semanas.

- Te extrañé -dijo el pequeño mientras pequeñas lágrimas comenzaban a salir de sus ojos- te extrañé mucho TaeHyung.

- Tranquilo Jungkook, ya estoy aquí.

Unieron sus cuerpos una vez más en un cálido y largo abrazo. Se extrañaban demasiado, no habían sabido nada del otro en mucho tiempo.

- ¿Que es eso? -preguntó Jungkook mientras observaba la maleta negra que se encontraba detrás de Tae-.

- Ah, yo... Yo -las palabras no le salían, no podía decirle que se iría-.

Quiero irme.

Las lágrimas amenazaban con salir de sus ojos, pero Jungkook no dejaría que su Hyung llorara.

- No llores, cariño -dijo volviendo a abrazar al mayor-.

- Demasiado amor por acá -reclamó Jimin quien se encontraba viendo la escena- nos dijiste que solo eran amigos, ¿acaso mentiste?

- Claro que somos amigos Jiminie.

Los ojos de TaeHyung se abrieron como platos al escuchar aquel apodo que le puso el pequeño.

- ¿son amigos? -preguntó con temor a lo que el mayor asintió- pues... Yo.. Será mejor que me vaya.

- ¿a donde vas? -preguntó esta vez el chico que siempre permaneció en silencio- por cierto, soy YoonGi. Un gusto.

- Ah, soy TaeHyung -dijo estrechando su mano hacia el castaño-.

- Supongo que es el inicio de una buena amistad -dijo el chico mayor mirando a TaeHyung con un pequeño brillo en sus ojos-.

Claro que lo es.

El silencio siguió y los chicos aún conversaban entre ellos, cada vez se volvían más cercanos y se conocían más.

¿Es casualidad haber encontrado un ángel en el camino?

¿Será este mi destino?

YoonGi...

- Por cierto -dijo de la nada el castaño observando la maleta- ¿a donde ibas?

- Tengo problemas en casa, y realmente no quiero seguir ahí -confesó con su voz apagada- ¿a donde puedo ir?

- Ven a vivir conmigo -respondió con una leve sonrisa- mi madre no tendrá problema con esto. Seremos hermanos.

¿Hermanos?

¿Me extrañarás? Donde viven las historias. Descúbrelo ahora