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Viernes

TaeHyung

El tiempo pasaba demasiado rápido. Era el único al que molestaban en la escuela, y me dolía. Me dolía mucho pensar que fue Jungkook quien difundió todo.

Me encontraba caminando hacia la escuela cuando me topé con Dahyun.

- Hola TaeHyung! -dijo alegre mientras me observaba- ¿Has visto a Jungkook?

- No.

- Oh, esta bien... Dijo que íbamos a juntarnos para llegar juntos a la escuela, pero aún no llega.

- ¿Por qué no lo esperas?

- Podría, pero él ya debería haber llegado.

- Dahyun!

Me voltee y estaba Jungkook corriendo hacia nosotros. Su rostro se veía feliz al ver a la chica, pero cuando sus ojos se posaron sobre mi podía jurar que me mataba con la mirada.

- ¿Que haces con él? -preguntó mientras le tomaba la mano mientras entrelazaban sus dedos-.

- Le estaba preguntando por ti, no te preocupes Kookie.

Vi como ambos comenzaron a caminar frente a mi. Me sentía tan mal, ahora podría estar así con Jungkook. Pero no. Ya no se puede.

A paso lento llegué al fin a la escuela, pero para mi buena suerte, al entrar todos pusieron sus ojos sobre mi y comenzaron a susurrar cosas.

Me sentí extraño, no lo niego.

- Oye pedazo de mierda -dijo una voz irreconocible, era un chico que no conocía-.

- ¿Algún problema? -pregunté algo molesto-.

- Si. No te atrevas a acercarte a mi novia, todos saben que quieres robarle la novia a Jeon.

- ¿Disculpa? Yo no he hecho nada!

Me fui furioso mientras caminaba hacia Jungkook. Al llegar a él, lo tomé de la camisa y lo llevé conmigo.

- No estaba tratando de robarte a tu novia, idiota! -dije pegandolo contra la pared- que tú mal intérpretes las cosas es tu puto problema, no me metas a mi en tus asuntos.

- ¿Como que no querias robarte a mi novia? Te la comías con la mirada!

- Por la mierda! Era a ti a quien miraba!

Nos quedamos en silencio. Se veía asustado mientras observaba atrás mío.

Me voltee despacio y estaban todos mirando la escena.
Mi rostro se tornó rojo y observé a Jungkook, quien estaba igual que yo, pero su vista estaba sobre Dahyun.

- Jungkook... -dijo ella mientras le tomaba la mano-.

- Lo siento Dahyun -observó a su rostro un momento y sacó su mano- me gusta TaeHyung.

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Jungkook

Mierda, pura mierda. Eso me decían todos. Todos gritaban puras estupideces por haber dicho que me gustaba TaeHyung.

Pero no hacían más que gritarme cosas. En cambio, a Tae lo golpeaban en medio de la cancha. Y lo más impresionante es que él no se defendía, dejaba que le hicieran todo el daño posible.

- ¿Estas bien? -pregunté mientras lo ayudaba a levantarse-.

- Si, estoy de maravilla -respondió con sarcasmo limpiandose la sangre-.

- Acompañame.

Lo tomé del brazo y comenzamos a caminar hasta la enfermería. No había nadie, pero eso no impidió que entraramos.

- Espera aquí, iré a buscar algo para ayudarte.

Él me observaba atento, pero serio. Siempre estaba serio.

- Ya está.

Ya había terminado de limpiar sus heridas. Se veía tan lindo.

Acaricié sus mejillas con cuidado, cerró sus ojos y cuando los abrió comenzó a llorar.

- Tranquilo Tae, yo estoy aquí para cuidarte.

- Mark me dijo que si le decía a alguien sobre lo que hacía con él, iría hacia a ti y te haría cosas malas.

Me quedé callado mientras escuchaba a Tae.

- Por eso no te dije nada. Me dijo que solo lo necesitaba a él, y que si alguien se enteraba de esto te haría daño a ti.

- ¿Lo hiciste para que no me hiciera nada a mi? -asintió-.

Lo abracé, lo abracé tan fuerte porque él hacía esto para que a mi no me hicieran daño.

- ¿Sabes? Ya no quiero hacer la fiesta.

- ¿Que?

- Quiero pasar mi cumpleaños contigo.

Sonrió con tristeza.

- No Jungkook, debes hacer tu fiesta. No puedes cancelarle a todos solo por mi.

- Y tú no debes seguir haciendo lo que Mark te pida para que a mi no me haga nada.

- Prometeme que harás la fiesta.

- Prometeme que te enfrentarás al estúpido de Mark.

- Te lo prometo -dijimos al unísono-.

- ¿Sabes? HoSeok y SeokJin se comen en el baño -soltó él de repente-.

- ¿HoSeok y SeokJin?

- Si, los vi con mis propios ojos.

Ambos reímos. Ahora estábamos en paz, estábamos tranquilos. Nadie nos incomodaba, nadie se interponía entre nosotros. Estábamos a salvo.

Estábamos enamorados.



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