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Una semana, y TaeHyung aún no lograba encontrar a SeokJin. Además de que Jungkook en ningún momento lo dejó salir de aquella casa.

Al fin y al cabo, se rindió de seguir buscando. Pero necesitaba a alguien que lo matara, no se atrevía a hacerlo por su propia cuenta.

- Jungkook -llamó al menor poniendo su tierna sonrisa cuadrada, a lo que el menor observó- ¿puedes venir un momento?

- Claro.

Su plan era hacer que Jungkook se enojara, al punto en que no resistiera y quisiera matarlo. Esperaba que todo funcionara.

- ¿que ocurre Hyung?

- ¿cuando vas a dejarme salir?

- ¿Por qué quieres salir? -el menor frunció su ceño- sabes que no te dejaré salir hasta que tus heridas sanen.

- Mírame, ya estoy bien.

- No estas bien TaeHyung. Déjame ayudarte.

Quería ser paciente, quería ir de a poco, pero cuando escuchó al menor decir aquello, la rabia y el enojo lo consumió.

- Tú no vas a ayudarme, no eres mi papá ni mi hermano como para que me digas que hacer o no, no eres nada mío.

Y esto le dolió, Jungkook se sintió mal. A pesar de todos esos años compartidos, no fue nada, nunca fue nada para su Hyung.

- Esta bien -logró decir con una risa penosa- si quieres sal, y de paso te llevas tus cosas y vuelves a vivir con SeokJin. Si es lo que tanto quieres.

- E-Espera...

Pero no logró terminar la frase, porque Jungkook ya no estaba en la habitación.

El menor se dirigió a su habitación a esperar que TaeHyung se fuera, pero no quería quedarse solo. Sus padres trabajan mucho y nunca estaban en casa, su única compañía era Tae, quien ahora se iría.

Para pasar el rato, comenzó a jugar con sus cosas antiguas, entre ellos, juguetes. Revolvió todas sus cosas, pero no se dió cuenta de que uno de sus tantos muñecos de acción estaba roto.

Se escuchó un grito desde la habitación del menor, a lo que TaeHyung apareció rápidamente.

- ¿Estas bien? -preguntó observando a Jungkook atentamente- ¿ocurre algo?

- ¿Por qué aún no te has ido? -fue lo único que logró decir mientras cubría su brazo-.

- Lo siento, yo no... No quería ser grosero contigo.

- Me vale mierda, vete de una maldita vez.

- ¿Por qué cubres tu brazo? -preguntó mientras observaba como unas gotas rojas salían de entre los dedos de Jungkook-.

Se acercó con cuidado y se sentó junto al menor en el suelo. Quitó su mano y pudo ver una gran cortadura en el brazo del contrario.

- Ten -dijo el menor extendiendole el juguete roto a TaeHyung- ésto es lo que me cortó. Resulta ser bastante puntiagudo -observaba confundido mientras escuchaba atentamente- ya que tanto quieres acabar con tu puta vida ¿por que no lo usas?

Ya con el juguete entre sus manos no dudó en arrojarlo por la ventana de la habitación. Luego volvió a acercarse a Jungkook y lo abrazó, lo abrazó tan fuerte porque no quería abandonarlo.

- No quiero dejarte mi pequeño -dijo cuando se separó- no quiero dejarte Jungkookie.

×××

- Esto no esta bien -dijo entre jadeos mientras sentía la mano del menor recorrer todo su cuerpo- ya detente.

- Sabes que te gusta.

Y si, Jungkook tenía razón. Aunque todo eso solo lo hacían por diversión, a Jungkook le gustaba ver como TaeHyung se ponía nervioso al ver al menor tocándole todo su cuerpo.

- Hyung -el recién nombrado asintió para que continuara- ¿puedes besarme?

- Sabes que no me gusta.

- Solo una vez, por favor.

Jungkook hizo un puchero, al que nadie se podía resistir. Y así es como siempre lograba que el mayor besara esos pequeños labios.

Sentir la calidez de los labios contrarios les gustaba. Aún recordaban cuando sólo eran niños pequeños jugando a darse cariños, pero ahora que ya sabían que los besos significaban otra cosa, les gustaba más.

- TaeHyung ¿cuando me vas a hacer tuyo?

- ¿de qué estás hablando Kookie?

- Escuché a Jiminnie hablando con YoonGi sobre esas cosas.

- ¿que escuchaste?

- No lo sé, cosas de tener relaciones, y lamer...

- Okey, ya entendí, solo... No vuelvas a escuchar las conversaciones de ellos dos.

Pero claro que algún día lo haría con su pequeño, de eso no había duda.

¿Me extrañarás? Donde viven las historias. Descúbrelo ahora