Veintitrés.

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Durante días Ed Thomson, el detective privado contratado por Harry, buscó indicios sobre el doctor y el omega pero no encontró nada relevante.

Sin embargo, todo cambió una tarde, en la que estaba citado horas después con el ojiverde en un restaurante de las afueras para entregarle la información que había recopilado.

El alfa acudió a la cita no sin antes dar esquinazo a un par de guardianes de la Corporación en un todoterreno negro, los cuales creía que le seguían pues aunque no estaba al cien por cien, más valía asegurarse.

...—Buenas tardes sr. Styles, iré al grano— dijo Thomson abriendo su portafolios y sacando un gran sobre marrón para entregánselo.

—Gracias, le agradezco —habló éste entregandole también un sobre blanco con el dinero de sus honorarios.

Acto seguido el moreno alfa se terminó su café y se despidió, dejando al ojiverde abriendo el sobre para ver su contenido.

Harry encontró en el interior, un par de fotos y un papel en el que Ed le había detallado lo que el doctor había hecho desde que había regresado a su casa con unas maletas y con mucha prisa.

Al parecer, Liam había llegado solo y no había rastro de Louis, después había ido al hospital y a comprar a un supermercado pero la compra había sido mínima, nada que indicase que con el estuviese un omega embarazado.

Harry rompió el papel con furia pues no lograba entender dónde podía estar Louis y por qué el médico lo había dejado solo y en cualquier lugar.

Se sintió peor que antes pues se moría de preocupación, ya que al menos cuando sabía que estaba con el médico, aunque no le gustaba, podía protegerlo y lo aliviaba pero ahora su omega estaba desaparecido y podía estar pasando a saber que penurias.

Para no levantar ningún tipo de escándalo, tendría que seguir esperando a los siguientes informes del detective y no actuar por su cuenta, aunque ya apenas notaba el lazo y todo indicaba que Louis estaba muy lejos de allí y ya no tenía intención de regresar.

(...)

Una vieja granja de un pueblecito del pueblo vecino, fue el elegido pata esconder al ojiazul.

Allí, un matrimonio de ancianos muy amables eran los que ayudarían en el cuidado de Louis.

Ellos estaban muy agradecidos con el buen doctor por salvar a Sara, la dulce omega que había sufrido un infarto y estuvo a punto de morirse.

Se habían encariñado mucho con el alfa pues al parecer este les recordaba a su hijo muerto en el ejército.

Con ese acto, los Harrison quisieron darle las gracias, así que Jonas y Cloe, estuvieron encantados de recibir al omega embarazado ya de ocho meses y medio.

Para evitar ser descubiertos, Liam se había comprado un par de teléfonos de prepago y llamaba a Louis cada día y así verificar que el tratamiento le estaba ayudando a mitigar la ausencia de su alfa.

El ojimiel se aseguraba que nadie lo vigilaba pues tenía la sensación de que lo observaban y eso sumado a que Harry trabajaba con una Corporación experta en ocultarse y borrar rastros, toda precaución era poca.

Eso era así pues el joven alfa ojiverde estaba pendiente a todo lo que el detective averiguaba sobre el doctor, desde cualquier parte del mundo dónde le tocase trabajar con la Corporación, aunque no era mucho pues no daba con el omega y cada vez estaba más deseoso de encontrarlo, el tiempo se estaba agotando y pronto Louis daría a luz a su hijo y no podría conocerlo ni protegerlo.

Entre tanto, el otro hijo de Harry deseoso de salir al mundo, nació entre algodones y en la mejor clínica de la cuidad, era un bebé muy hermoso que tenía el pelo rizado y los ojos verdes como su orgulloso padre y como su abuelo.

Edward era su vivo retrato, un auténtico Styles y Des y Anne, más que satisfechos si cabe, hicieron una gran fiesta cuando Harry regresó de su último trabajo para así celebrar a lo grande, el nacimiento de su primer y único nieto.

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7. Era un omega destrozado.- L.S /Omegaverse-(Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora