Resiste

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{Jungkook}

Me dolía un chingo la cabeza, tenía más sed que la chucha y solo quería agüita. Feos de mierda, amigos se hacen llamar los culiaos. Los amigos no te drogan, no te obligan a hacer algo que no quieres, feos culiaos.

-Kuko... -escuché la voz agonizante de Yoongi- ¿tai vivo?

Si, conchetumare oh.

Abrí mis ojos apenas, sentía hormigas en los ojos. Esa wea no era orégano, no se los recomiendo, cabros.

Estábamos en una pieza super chica que con cuea pasaban dos rayitos de sol por un hoyo en la pared. Menos mal que me iban a cuidar los weones. Mentirosos culiaos.

-¿Dónde estamos? -dije con la voz a lo padrino, tenía sed po.

-¿¡Tai vivo de verdad!? -sentí una de sus manos en mi mejilla- creí que ese maníaco culiao te había matado... por la chucha, me mee entero.

-Ya, qué onda. Ni siquiera me drogué tanto para que le pongas tanto color.

-Espera... ¿No te acuerdas que nos raptaron?

Le gusta webiarme a este weón, ya estoy acostumbrado. De seguro los weones quieren extender la despedida de soltero porque no me organizaron nada jaja, lindos mis amigos.

-Jaja, claro -reí viendo el hoyo que hacía pasar los dos rayos de sol- ¿Dónde está Nam? Tengo sed y hambre, quiero ver a Jimin.

-Ni siquiera sé dónde estamos y voy a saber dónde está Namjoon.

Intenté ponerme de pie pero no funcionó de nada, caí directo al suelo cayendo en un charco de no sé... ¿Agua? Ya, digamos que agua para no vomitar aquí mismo. Olía como la mierda y aparte hacía más calor que la cresta.

-Oye weón, en serio po. Me quiero ir -dije como neko nawaii desu.

-Yo igual me quiero ir, pero hay asuntos que atender... -escuché una tercera voz más lejana.

El hoyo por el que entraba luz quedó chico, habían abierto la puerta y aparte prendido la luz. En el centro del cuartito había una silla, junto a mí estaba Yoongi que de alguna forma le estaba sangrando la cabeza y la pierna. En lo que me había caído no era agua, sino que sangre de mi amigo.

No sé qué mierda pasó anoche, pero qué conchetumadre. ¿Por qué mierda mi amigo está herido y no hice algo para defenderlo?

En la puerta apareció un weón con capucha re sospechoso, aparte era alto y guatón como el Francisco Sultano. Quién más po, el florerito de mesa tenía que cagar la onda como siempre.

-Oye chancho culiao, ¿Qué wea te pasa? -aunque me salía voz de el padrino me salía más choro aún- ¿No te bastaba con webiarme a mí y también tienes que meter a mis amigos? -guardó silencio- Francisco culiao, te estoy hablando.

-Cerca -rió sacándose la capucha- pero no soy el Francisco, quizás para la próxima.

Ni en pelea de perro había visto a este weón feo. Era calvo, con piercing a los costados del labio, un tatuaje en la mejilla a lo dj Méndez y un tatuaje en la cabeza.

-¿Quién eri voh? -pregunté terrible choro- ¿¡Quién eri y por qué nos raptaste, enfermo culiao!?

-A ver, chinito -se acercó y me pegó una patada en cara- más respeto conmigo.

Las lágrimas me salían solas, más encima tenía zapatillas con toperoles el cochino perro. Yoongi a penas, todo sangrando igual me abrió los brazos y me hizo nanai en el pelito.

-Déjame presentarme -se sentó en la silla que estaba en el cuarto- fui pareja del Francisco por un tiempo cuando estuvo en la cárcel. Todo era bonito mientras estábamos juntos, todo hasta que me enteré que existía alguien más en su corazón... -apretó la mandíbula- alguien que conoces bastante bien...

Quédate por siempre waxoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora