Capítulo - 5

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¿Mauricio Goodman? No lo podía creer, no podía creer lo que estaba viendo. De la oficina no había salido un hombre; no, claro que no. Era una mujer, pero no en el sentido de la palabra: era un transexual. Pelo castaño con rayos rubios, falda de ejecutiva que le llegaba un poco más arriba de las rodillas, se le amoldaba muy bien, aunque no tenía el gran cuerpo, pues su cuerpo tenía rasgos de hombre por lo que todo se le veía tosco; aun así, se veía bien. Tenía senos, pero operados; se notaba a leguas. Su cabello le llegaba por los hombros y no era peluca: era completamente de...Él, ¿O ella? En estos momentos estoy realmente confundida.

—  Hola, chicas — habló al llegar a nosotras ¿emocionado o emocionada? Su voz sonó algo tosca, con el ronquido que desprendían los hombres, pero que ella trató de suavizar.

Si, le diría ella: al fin al cabo es una mujer en lo que aparentaba, hay que respetar sus inclinaciones sexuales. Son seres humanos igual que nosotros con sentimientos y que de alguna u otra forma esta sociedad rechaza.

—  Hola, mucho gusto, Camila. Pero me puede decir Cami — me presenté, estirando la mano hacia ella con una gran sonrisa en mi rostro, entrando en confianza y haciéndole saber que no me importaba en absoluto su aspecto.

Ella me tomó la mano, dándome un leve apretón de forma gustosa, y luego miro a zorriana, que por cierto tenía apretada mi otra mano.

— Y tú debes ser Oriana, ¿Cierto? — mi compañera solo asintió con mala cara, pero algo asombrada

Me soltó al fin la tarada, y Mauricio o Mauricia... ¿Porque aún era Mauricio? Se supone que cambió de sexo. Esto es demasiado complicado para mi cerebro en estos momentos.

Nos invitó a su oficina. Nosotras la seguimos a pasos lentos. Al abrir la puerta más fue la sorpresa, pues su oficina desprendía mucha feminidad: las paredes estaban pintadas de blanco y algunas partes pequeñas de rosado algo claro. Tenía un gran escritorio, portátil, lápices, bolígrafos, un par de papeles, una agenda, un portarretrato, del cual no se veía la foto porque estaba hacia la silla de su puesto de trabajo. También tenía una paloma en mármol muy bonita y pequeña, además de muebles y todo lo que acarreaba una gran oficina, pulcramente perfecta.

— Mire señor o señora, como sea. ¿Por qué nos ha hecho esperar tanto?

Pues sí; todo estaba bien hasta que habló Zorriana. Habló tajante. Lo peor, y por la cara que puso Mauricio o Mauricia... ay no, ustedes entenderán, supe que la descolocó, pues le había dicho señor. No fue nada prudente, típico de ella, aunque yo tampoco lo soy, pero tengo mis límites.

—  Estaba un poco ocupada — le respondió algo tranquila Mauricio... o Mauricia — Pero ya estamos aquí — alegó sonriendo

Vimos como alzó el teléfono e hizo que nos sentáramos en las sillas frente a su escritorio. Dijo un par de palabras a la persona del otro lado del teléfono que no alcanzamos a escuchar, y colgó para después mirarnos a las dos. Nos empezó a hablar sobre el proyecto que llevaba como nombre "Acéptame como soy": se trataba sobre la tolerancia hacia los demás en tu entorno, en este caso laboral, y que a nosotras nos serviría, según nos dijo, a llevarnos mejor y aceptarnos con nuestros defectos, que no nos hacía compatibles para ni siquiera pensar en ser amigas.

Aparte de todo, ella quería saber el pensamiento que tenían los trabajadores con respecto a ella y su comunidad, ya que se sentía muy observada desde que se operó, pues entraba a la oficina y las miradas no cesaban. Estamos en pleno siglo veintiuno, ya se casan y adoptan y la gente los sigue rechazando, igual hay que ver sus religiones.

Haríamos encuestas en cada piso y área para saber que pensaba el personal de la empresa y empezar a llegarles sin extralimitarse, pues quería dar charlas y más que todo hacer un buen ambiente laboral; nosotras la ayudaríamos, ya que dice que la generación de ahora tiene la mente más abierta y seríamos de mucha ayuda Oriana y yo. Después debíamos tabular las respuestas; menos mal y en la escuela dábamos Estadística. También hacer una conclusión de todo lo que decía el personal.

A mí, personalmente, me pareció muy interesante; después se darían charlas, y soy muy buena para hablar. Estaba siendo una conversación muy amena, hasta que pasó lo peor: sentimos como alguien entraba furioso, que tiró la puerta fuertemente. Mi pum pum se enloqueció hasta que habló:

—  ¿Se puede saber por qué carajos le diste el proyecto a unas niñas que ni siquiera han de saber limpiarse el culo?

Su dura voz resonó por toda la oficina, cosa que nos hizo saltar de nuestros asientos. No podía creer que hasta con cara de enojado se viera tan hermoso; era un completo gruñón sin remedio. Tanto se notaba su enojo que tenía todo el cuerpo tenso, por los que sus músculos se marcaban. Recordé cómo se le veía su abdomen antes de venirse a la empresa y quité enseguida esos pensamientos de mi mente: ¿Nos había dicho niñas y que no nos limpiábamos bien? No se había percatado de mi presencia, por lo que me iba a hacer notar.

—  Amor, me dejaste sola en tu oficina...

Hasta que la voz más chillona se sintió en la oficina; y no, no era la de Zorriana. Una chica había irrumpido, entrando a la oficina. Sentí la opresión más fea que se puede sentir en el corazón: fue cuando me di cuenta de que me estaba haciendo ilusiones con un imposible.

Mi garganta se cerró: tenía ganas de volver a mi casa, tirarme en la cama, llorar y no saber nada de nadie. Mis ojos ardieron y mi nudo en la garganta creció cuando me di cuenta de que la chica venía arreglando su falda. No había que ser estúpida para darse cuenta de que estaban teniendo un encuentro fogoso, pues él tenía el cabello desordenado y los primeros botones de su camisa desbotonados. Me levanté de donde estaba con las piernas como gelatina y la vi: cabello rojo que le llegaba hasta la mitad de su espalda, alta, cuerpo de barbie, piernas lindas. Me digo tonta por creer que le fuera a gustar. Vi hacia donde la rojiza miraba y me topé con la mirada de él: me miraba algo descompuesto y sus manos hechas puños, aún más enojado.

¿Tenía derecho a llorar por alguien que ni siquiera es mío?


Hola, muchas gracias por estar aquí apoyando la historia, les mando miles de bendiciones. pagina de instagram: aylifer96

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