Capitulo - 19

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¿Cuántas veces en la vida haces lo correcto? ¿Cuántas veces nos metemos a lugares peligrosos sin premeditarlo?

— ¿Como firmaré un contrato sin autorización de mis padres? — hago ver lo obvio a Oriana.

— Si, sus padres deben firmar y autorizar permiso para trabajar. Recuerda que Camila es menor de edad, igual que nosotras — añade Juliana

— Falsifiqué sus firmas — dice Oriana lo más de casual.

— ¡Estás loca! — exclama Juliana sorprendida.

— Oriana, ¿Cómo pudiste hacer eso? mis padres me matarán, además que aún estoy castigada por lo del antro. ¿Te has vuelto loca? — replico.

Ella se hecha a reír.

— Digamos que no falsifiqué, tome sus firmas prestadas — dice algo apenada.

Yo niego. Estábamos en receso, últimamente andamos las tres juntas. Juliana ya considera a la rubia como amiga también. La cuestión es que no sé si firmar, aunque por obvias razones ya tenga el permiso de mis padres. Oriana está completamente loca. Tengo miedo de volver; Ignacio me dijo que me esperaba hoy. Después de declarármele tomó una actitud extraña: me volvió a besar, luego me pidió que saliera de su casa, haciéndome llamar a su hermano trans, quien llegó inmediatamente.

— Dame el papel — veo como mis dos amigas se miran y luego sonríen.

— No estoy de acuerdo, pero quien no arriesga, no gana — habló Juliana.

— Yo negué. Estoy arriesgando mucho, tanto que la promesa que le hice a Mateo de no acercármele ni intentar nada con Ignacio me estaba costando; la estoy rompiendo, y sé que a él no le agradaba en absoluto.

— Fírmalo. Yo no quiero ir más a esa empresa, y la proposición que nos hizo la trans me pareció estupenda — dice Oriana, tendiéndome el contrato.

— A costillas mías — volteo los ojos — Y ya deja de decirle trans, se llama Charlotte.

— Cómo defiende al cuñado — se burla Juliana.

— Cuñada querida, ya es una mujer — dice Oriana, haciendo ver lo que le corregí.

Leí el contrato para firmar. Suspiro. Lo hice; me metí a la boca del lobo

                                                                            +++

— Me das el número de tu amiga, la rubia

Frunzo el ceño, mirando confundida a Mateo.

— ¿Por qué te lo daría?

Para que quiere el número de Oriana. ¿Es tarado o qué?

— Es linda — me dice con sonrisa ladeada

Sus ojos se iluminaron extrañamente y yo alzo una ceja.

— Se supone que te gusta Juliana — le hago ver con rabia.

— Ella ya no me interesa

Su rostro ahora es impenetrable.

— Estás loco si piensas que te daré el número de Oriana — cierro mis puños — No le vas a romper el corazón a ninguna de las dos, lo que es con mis amigas es conmigo.

— Soy tu primo y hermano.

— Y un mujeriego de lo peor.

— A veces tengo necesidades, como todo hombre.

— Eres un cerdo.

— Le diré a mis tíos que estás al cuidado de Ignacio, y que además firmaste un contrato sin su autorización

Lo miro nerviosa.

— No serias capaz, además es mentira

Mateo me ve con rabia.

— Te dije que te alejaras. Me lo prometiste, pero no cumpliste nada. Dame el número de tu amiga, y olvido el hecho de que no me hiciste caso — demanda con voz dura como lo es él.

— No te lo daré. A ti te gusta Juliana; no le harás daño. Y menos a Oriana.

— Bien

Veo como rebusca en su pantalón el celular. Estábamos en la mesa del comedor esperando un domicilio, ya que mis padres tenían un almuerzo romántico por el día de su aniversario; no quiero ni pensar que harán después de eso. Mateo marca un número y luego de unos segundos habla

— Hola tío. Necesito decirle algo.

Mi corazón se acelera y trato de quitarle el celular, pero se levanta y por obvias razones no lo alcanzo

— Es sobre Camila

Busco en mi celular el número de mi amiga y se lo muestro. Mateo ríe y baja el celular mostrándomelo; no estaba llamando a nadie

— Gracias

Me quita el celular y se manda el número, luego me lo devuelve

— No les dañaría la cena a mis tíos, y menos una tan especial.

— No juegues con los sentimientos de ninguna de las dos, solo consigue otra y déjalas en paz. Además, no entiendo tu interés por Oriana si la has visto una sola vez y te gusta Juliana

Se toma un momento reflexivo como pensando lo que va a hacer.

— Me gustan las dos — dice confundido — Juliana me gusta por su timidez pero Oriana por su rebeldía, me encanta — su sonrisa se ensancha — Y bueno, la he visto más de una vez; hasta una cachetada me gané

— ¿Qué? ¿Por qué la has visto más de una vez?

— Con juliana. La fui a buscar una vez y bueno, no dije cosas bonitas —

Esas me van a tener que explicar muchas cosas.

— Juliana está enamorada de ti. No la hagas sufrir. Y Oriana no es tu tipo.

— Lo sé. Y tranquila; no jugaré con ninguna de las dos — me da un beso en la frente — Haré lo que pueda.

El timbre suena y Mateo se dirige a abrir. Me engañó con lo de mis padres y yo de estúpida caí. No me quiero quedar sin amigas.

+++

Suspiro y luego toco el timbre. Frente a mí aparece la misma mujer de ayer: Juana.

— Hola, querida — me sonríe apenas me ve — Lo mismo que te dije ayer: la comida está hecha. Solo es calentarla. Ignacio ya se bañó, está en su cuarto

Entro al apartamento y Juana recoge sus cosas para irse

— Hasta mañana.

— Chao — le respondo sonriendo y se va.

Dejo mi bolsito que llevo conmigo en el sofá de la sala de estar, y voy hasta su habitación.

Ignacio está sentado al respaldar de la cama, viendo hacia el gran plasma frente a él. Mejor dicho, escuchando.

— Buenas — hablo cuando ya estoy dentro de la habitación. Él voltea hacia donde estoy, con vista perdida.

— Hola — me saluda sin alegría — Ven, toma asiento a mi lado

Con algo de recelo voy hacia él.


Gracias por el apoyo, comenten si les esta gustando la historia, les mando bendiciones.

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