Capitulo - 35

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(Maratón 1/1) 

Ahora mismo estoy triste. No quiero separarme de Ignacio, nuestro resto de tarde fue algo maravilloso. Mi chico ojos miel estaba de buen humor, reímos y hablamos de cosas triviales en el parque.

Puedo decir que sé más cosas sobre él. Por ejemplo, le gusta mucho practicar esgrima, su color favorito es el verde, odia el jugo de papaya porque cree que deja mal olor y sabor en la boca, odia el camarón, pero sobre todo a la gente mentirosa y sin objetivos en la vida.

Mi chico ojos miel piensa que los objetivos están ahí para cumplirse, para sacarlos adelante, para luchar por ellos, que las dificultades no son más que cosas que Dios y el destino nos colocan en la vida; no para parar, si no para que cada cosa te deje una enseñanza y así andar con más fuerza hacia esa meta. Ninguna dificultad debe ser obstáculo: todo está en el poder de convencimiento que te tengas a tí mismo, el positivismo, el esfuerzo y la disciplina para dar con ello. Cuando ya hayas cumplido tu objetivo en toda esa lucha, te reirás entonces de esas malas experiencias; entonces solo así estarás satisfecho contigo mismo y serás feliz con todo lo que te propusiste y alcanzaste.

 ¿Tuviste malas experiencias para llegar a donde estas hoy? — le pregunté ante su gran reflexión.

Ignacio negó, estábamos sentados aun en una de las bancas del parque. Lo mejor de todo es que estamos abrazados; yo rodeándole su cintura con uno de mis brazos por detrás de su espalda, y él rodeando mi cuello con su brazo derecho. Su mano izquierda esta entrelazada junto con la mía, y mi cabeza está entre su cuello y pecho. No me lo puedo creer: es el día más hermoso de mi corta vida.

 No tuve malas experiencias para conseguir mis objetivos. Con respecto a mi trabajo, la Administración de Empresas es lo que quise estudiar siempre. La empresa ya estaba, mis abuelos la sacaron a flote, luego la heredó mi padre, el cual hizo un gran trabajo con ayuda de mi madre. Cuando murieron, Mauricio...

Alcé mi vista y el carraspeo

 Perdón... Charlotte tomó cargo de todo, hasta de la empresa, mientras yo me preparaba para ello. Luego me posicioné; ahora mismo es la mejor empresa del país. La logre colocar en lo más alto, pero claro, con mucho esfuerzo y trasnochos. Pero nada de eso fue malo porque era algo que me apasiona. Incluso aun es la hora y trabajo arduamente para mantener todo lo que he conseguido con la empresa. Y obviamente con todas las personas que trabajan allí, porque es un trabajo en equipo

Guau, eso es increíble.

 ¿Y no tienes otros objetivos por cumplir?

Mi pregunta lo hace tragar saliva. Quizá no tiene más planes y no lo digo por su empresa, si no por lo personal, con lo emocional y sentimental. Sé que Ignacio no es del tipo romántico que su caparazón de hombre frío y apático no lo deja ver más allá. Tal vez ni siquiera se imagina con esposa e hijos, lo que me hace pensar en nosotros.

¿Qué soy para él?

Nos besamos, nos abrazamos como en estos instantes. No sé en que posición me encuentro.

Soy... ¿Su novia? ¿Su amiga con derechos? O simplemente algo pasajero.

Yo sí quiero tener un amor, un novio, un esposo, una familia, un hogar. Claro que no por ahora, pero sí en un futuro, después de estudiar y ser una profesional. Quiero todas estas cosas: sentirme amada y acogida por personitas que quizás se parezcan a mí o a su padre. Quiero un amor bonito, una persona que me mire con amor y devoción. Que no exista más nadie para él.

Un nudo en la garganta crece dentro de mí: y si Ignacio... ¿No quiere nada de esas cosas? Me estoy apresurando: quizá sí lo quiera, pero nadie sabe si vamos a funcionar como pareja. Y no quiero ni imaginarlo; no me veo con otra persona, solo con él.

 Camila, hay cosas en las que no he pensado; simplemente pasan. Entonces es cuando me detengo a verlas y analizarlas. Cuando estaba más joven, juré no tener amor para nadie o más bien para ninguna. Amar a alguien, tener una novia o una esposa es tirarse al vacío; es un paso dudoso, más que todo sin chiste alguno. No se puede depender tanto de otra persona. Al final todo termina rompiéndose, con el tiempo se va fracturado. Sin embargo, es un mal necesario.

Escucharlo decir todo eso no hizo más que mi corazón se rompiera. Mis sentimientos se quiebran cual copa de cristal y me rompo silenciosamente. Mis lágrimas salen. Trato de quitar mi mano de la suya, pero Ignacio me retiene junto a su cuerpo.

¿Por qué me hace esto? ¿Por qué?

Yo quiero todo con él.

Veo como suelta mi mano, recorriendo con caricias suaves mi brazo, provocando cosquillas en mí y más lágrimas. Llega a mi cuello: sus dedos se quedan ahí unos instantes y luego sube a mi mejilla.

 Mocosa, no llores — susurra sonriéndome

Me odio al pensar que tiene la sonrisa más hermosa que he visto en mi vida. Su mano torpemente limpia mis mejillas

 ¿Escuchaste todo lo que dije? — pregunta sin atisbo de preocupación.

 Si...

 Bien, que fue lo último que dije, ¿eh?

Lo abrazo fuerte, mi voz anteriormente salió distorsionada y apagada.

 Que es un mal necesario — susurro con voz quebrada.

 Exacto, un mal necesario, un mal que analicé y me hizo tirar por la borda mi juramento

Dejé de abrazarlo, separándome un poco de él y lo miré: estaba tranquilo, sin expresión en su rostro. Los lentes que llevaba puestos ya no los tenía, sus ojos brillaban un poco a pesar de todo. Miraba un punto fijo, pero quien estaba con el corazón a mil era yo.

 ¿ Q... Qué quieres decir? — le pregunto en voz baja y tragando en seco.

 Que quiero que dejes de llorar, porque...

Lloro aún más. Quiero que lo diga, quiero escucharlo

-Te amo, amo cada locura tuya, amo tu pelo lacio, tu piel, tus abrazos, tus besos, con cada gesto me seduces como a un niño, lo tienes todo, Camila, todo lo que me vuelve loco, haces que todo cambie a mi alrededor solo con tocarme, estoy enamorado como un estúpido, jamás pensé decirle esto a alguien que no fuera mi madre. Te amo, simplemente te amo como loco

Oh, Dios, mi pecho se hincha y lloro, lloro como loca, de emoción

 Sé que no es el lugar perfecto, no sé de qué manera se ve el parque, no sé las personas que están a nuestro alrededor, ni como está el cielo en estos momentos. Lo que si sé es que estas aquí conmigo, a mi lado, acompañándome en esta oscuridad. Pero sabes... veo luz y esa eres tú, Camila

No aguanto más, lo quiero besar

 ¿Quieres ser mi novia? — me propone al fin

Mi sonrisa se ensancha, le rodeo el cuello con mis dos brazos y lo beso, lo beso como nunca.

Mi chico ojos miel, mi Ignacio, mi gruñón, mi todo, me ha hecho demasiado feliz el día de hoy.

Mírame Con AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora