Capitulo - 21

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Dos Semanas Después...

Si, dos semanas en las que he tenido que soportarlo. Desde aquel día en el que lloré como una tonta y que, después de llegar a mi casa, las estúpidas lágrimas seguían rodando por mis mejillas al acostarme a dormir, no he vuelto a rebajarme a sus tratos; decidí que no más besos. No quiero seguir con ilusiones, cuando ni siquiera Ignacio me ve como una posible relación. Cuando solo soy una niña para él.

En todos estos días me he mostrado indiferente con Ignacio. No quiero que mis sentimientos sean pisoteados de nuevo.

— Quita esa cara de culo — se queja Juliana.

— ¿Has visto el culo con cara? — pregunta Oriana burlándose.

— Si, la de Camila

Niego con la cabeza dándome por vencida. Estas fueron las amigas que me tocaron.

— Es que... — suspiro — Lo ignoré todas estas semanas y no sirvió de nada.

La idea de tener desinterés hacia Ignacio fue de ellas, según para que se diera cuenta de que no podía vivir sin mí; estaban equivocadas, porque a él le ha dado igual. Más bien, parece estar mejor sin mis sentimientos obsesivos, sin estar acosándolo o estrellándome con él a doquier.

Hoy se quedan a dormir en mi casa. Haremos pijamada de chicas; si, noche de chicas. Claro, también para contarles cómo me ha ido con sus ideas macabras.

— Pensé que funcionaria. Puede sonar cliché, pero en los libros funcionan — habla juliana.

— Pero en los libros el protagonista está enamorado y no se ha dado cuenta, o ya se la ha comido. Ya saben... en el sentido sexual — comenta Oriana

Veo como las dos me miran de forma rara.

— ¡¿Qué?! — les pregunto alarmada a las dos, me ven muy extraño.

— Depilación — dice en voz baja la rubia. La castaña asiente. Siento un carraspeo - Eres virgen ¿cierto?

Me sorprendo ante la pregunta. ¿De qué va esto? No estoy entendiendo nada.

—S-Sí — respondo tímida.

— Entonces eso falta. Sedúcelo y déjalo con las ganas — aconseja Ori.

Seducirlo, ella está absolutamente loca.

— Veamos porno, así sabremos como lo harás — sigue diciendo y saca su celular.

Yo no le digo nada: Oriana a veces es algo demente. Son cosas que me dejan realmente admirada de ella; a todo le tiene solución. Pero no creo ser capaz de hacerlo. Miro a Juliana, y ésta me mira igual de sorprendida; ella tampoco sabía que fuera a salir con eso.

— Eres una mala influencia — Opina Juli

La rubia voltea los ojos y sigue buscando en el celular.

Escuchamos la puerta de mi habitación queriendo abrirse y luego un golpe, lo que me hace levantar de la cama inmediatamente, saltando sobre mis amigas para ir a ver quién es.

Y no estaba tan lejos de quien pensaba: es Mateo, quien entra a mi cuarto como alma que lleva el diablo hacia Oriana.

— Tu celular — pide con rabia contenida.

— ¿Porque te daría mi celular?, ¡Aush! — pregunta Oriana y, por último, se conduele al arrebato de mi primo cuando le quitó el celular bruscamente.

— ¡Oye, que te pasa! — yo exclamo llegando hasta él

Miro su rostro rojo de rabia. ¿Qué le pasa?

Mírame Con AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora