Mírame Con Amor

Capitulo Especial (Mateo)

Hola, antes que nada disculpas por perderme tanto, se me complica el final de la historia por eso he tomado la decisión de subir los borradores de los capítulos finales. Por ejemplo este especial es un borrador, lo que quiere decir que van más cosas, lo había subido pero no se que pasó, que no les salia a ustedes. También quiero decirles que no voy a dejar la historia incompleta o la voy a abandonar no para nada, muchas me dijeron de cosas por no actualizar por DM, hago esto con amor y no quiero darles algo mal hecho entonces por eso mi decisión con respecto a los borradores mejor subirles algo a no subir nada, por favor, paciencia. 💜💜💜

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Narra Mateo

Al cumplir mis cinco años, perdí lo más valioso que alguien puede tener en la vida; mis padres partieron de este mundo y me dejaron solo. Un accidente acabó con ellos y con una parte dentro de mí.

Mis abuelos por parte de papá, antes de eso, ya habían muerto y mi única abuela por parte de mamá no se podía hacer cargo de mí; entonces llegaron mis tíos, a los cuales les agradezco mucho el hacerse cargo de mí, darme estudios y criarme como si fuera un hijo más. Los quiero como si fueran mis padres.

Nunca se los he dicho; no soy muy expresivo con mis palabras, pero de que ellos saben lo agradecido que estoy con ellos, lo saben. Me han sacado adelante; Guillermo trabajando duro para darnos lo mejor, y Marina cuidando de mí, haciendo parte de mi crianza como una madre.

— Ya está bueno, vete a casa — escucho al hombre tras de la barra.

— No me da la gana, mejor cállate y dame otro maldito trago — gruño.

— No, no más tragos por hoy. Mírate; estas hecho un asco

Tenso mi mandíbula y quiero molerlo a golpes

— No vengas con escándalos o llamo a seguridad

Le conozco esa mirada; está hablando enserio y yo no hago más que resignarme. Ese malnacido sabe pelear y no estoy en condiciones, aunque ganas no me faltan. Me levanto y busco en mi cartera para pagar la cuenta de lo que he bebido.

— No entiendo que haces sirviendo tragos en este puto bar. Acabas de llegar y ya me sacas a patadas — le digo al infeliz.

— No pienso discutir por qué trabajo aquí. No te incumbe — me responde y yo sonrío, imbécil.

— Eres la sombra de Ignacio: su chofer, su guardaespaldas. Has de recibir un buen pago. No entiendo que mierda haces aquí, Eduardo.

— Te dije que no te incumbe ahora lárgate en este momento o te saco —

Me le río en su cara.

— Me voy por mi cuenta, no porque tú me lo dices.

— Sabes, debes dejar de jugar con las dos ¿Crees que no sé que estás así de borracho porque no sabes qué hacer con Juliana y Oriana?

Maldito Ignacio: no pudo guardarme el secreto. Doy por hecho que se lo contó a este malnacido. Es el único que lo sabía.

— Mantén esa puta boca cerrada

Le dejo los billetes que saqué de mi cartera en la barra, enfurecido por dentro, y salgo de ese lugar.

Confundido. Estoy confundido. Y es una mierda: siento que le rompí el corazón a una y engañé a la otra. No estaba en mis planes, juro que no estaba en mis planes enamorarme, y mucho menos confundirme. Pero es que la vi: su rostro, su cuerpo. Todo en ella me enloqueció.