Si supieran, cuantas veces borre este capítulo.
Por otra parte ¡Estoy feliz! La historia llego a 1k en recopilación de votos, muchas gracias por el apoyo.
Mi padre y yo bajamos a la sala de estar, que era donde se encontraba Ignacio sentado en el sofá junto a mi madre, la primera que vi fue a mi mamá penetrando con demasía a mi novio; es como si sospechara algo y lo quiere averiguar. Mi señora madre puede ser muy terca a veces.
Mi padre llegó primero y se sentó a la esquina del sofá, y yo tomé el lugar en medio de ellos dos. Ignacio quedó frente a nosotros.
Si les soy sincera, estoy muy nerviosa; parece la parte donde el novio le pide la mano a los padres de la novia. Sabía que algún día tenía que pasar por esto, pero me tranquiliza mucho que mi chico ojos miel me haya respetado la decisión de decirles más adelante sobre nuestra relación.
- Hola Ignacio - rompí el hielo ante la tensión y el silencio que había en la sala. Agradecí a Dios porque me salió la voz sin nervios y hablé sin titubear.
- Buenas Camila - me contesto casualmente, como si no nos hubiésemos visto hoy, como si no hubiésemos pasado bonito en toda la tarde.
- Quise venir a hablar con tus padres, espero no te moleste.
- Mmm no, para nada, no te preocupes - respondí, ahora sí, con el corazón latiendo a mil.
Mis padres nos miraban expectantes.
- Está bien - dijo cortando nuestra conversación para dirigirse a papá y mamá - Antes, debo decirles que no sabía que Camila les estaba ocultando el hecho de irme a cuidar en las tardes. Hoy, cuando me hizo la llamada de que no podía ir, me lo contó todo. Por supuesto, no estuvo bien de su parte; mentir no está bien y menos a los padres
Esperen, ¿eso fue un regaño? Oh, Ignacio como pudo hacer eso. Estoy castigada y él echando leña al fuego.
- No estoy entendiendo, ¿De qué están hablando?
Si, ése era mi padre con su interrogante. Pensé que mamá ya le había comentado, pero no fue así.
- Pues mi querido Guille, lo que pasó fue que tu querida hija no iba a ninguna empresa a hacer un tal proyecto, si no que se iba a casa de Ignacio toda la bendita tarde a ayudarlo.
- Mujer, pero ¿qué tiene eso de malo? - le pregunto papá
Me sorprendí; lo tomó muy bien, a decir verdad.
- ¿Te parece poco mentirnos? - recalca mamá
Me muero de vergüenza que Ignacio tenga que presenciar esto; lo miro y está un poco serio en su postura.
- Marina, no entiendo que te sorprende. Conoces a tu hija: le dices que no vaya a maoma y va - responde a mi madre
Literal, mi querido papá tiene razón: soy algo terca
- Además, ¿no te has dado cuenta lo loca que esta la cabeza hueca de tu hija? Por amor hace lo que sea: de seguro Ignacio le ha pedido el favor y no quiso decirle que no. Recuerda que tú también mentías en tu casa cuando nos íbamos a ver, eso hace parte del amor - termina mi padre de hablar
Yo frunzo mi ceño para luego abrirlos sorprendida
- No te sorprendas hija: esta más que claro que mueres de amor por Ignacio
Me voy a desmayar. No, Camila, no: mi padre lo sabe. Mi padre sabe que me gusta Ignacio, no puede ser.
- P-papá estas...
- ¿Equivocado? No hija, veo tus ojos brillar cuando ves a Ignacio - me interrumpe
Mi pum pum palpita frenéticamente.
- Guillermo, pero que cosas absurdas dices - le reprende mi madre con una mirada fulminante y mi padre se hace el inocente - Que pena contigo Ignacio no escuches a mi marido. A veces suele ser muy cabeza loca - se dirige a mi novio algo apenada
El sólo se ríe. Seguramente se está imaginando mi cara en estos momentos y le hace gracia la conversación.
- No se preocupe - habla Ignacio sonriente - Aunque... ¿Tendría algo malo si así fuera? - pregunta a mis padres, más que todo a mi madre.
Ella lo mira sorprendida y mi padre se acomoda en el asiento reposando su codo en el reposabrazos del sofá continuamente llevándose la mano a la barbilla.
Él no pregunto eso... no. Oh, Dios, ¿por qué a mí? ¿Por qué? Pensé que Ignacio iba a ser prudente, pero no: con esa pregunta mis padres sospecharán algo.
Me encojo en el sofá y no miro a ningún lado.- ¿Sabes que mi hija está enamorada de ti? - le escuché preguntar a mi padre.
Cierro mis ojos y cruzo mis brazos.
Que diga que no, que diga que no, que diga que no, suplico dentro de mí. No quiero que mis padres piensen mal de Ignacio, que piensen que se está aprovechando de mí porque estoy enamorada de él.
- La verdad, Camila no lo disimula mucho - responde Ignacio
Me quedo pasmada ante lo que ha dicho; está disfrutando a costa mía. Está burlándose de mí. No alzo mi vista: aún no quiero ver a mis padres en estos instantes.
- Qué pena contigo, Ignacio. Camila suele ser un poco intensa. No sabíamos que te incomodara tanto, pero lo que viene a mi mente es que... ¿Cómo pude estar tan ciega? Ahora entiendo el desmayo de aquel día que te quedaste aquí en casa. Seguro casi muere de la impresión al verte viéndola con su pijama de Pucca y las coletas de la chilindrina - soltó mi madre graciosamente para luego carcajearse junto con mi padre e Ignacio.
¡Qué vergüenza! Ni mis padres son serios en casos como estos y mi novio siguiéndoles la cuerda. ¡Bob esponja ven y llévame al océano contigo!
- ¡Papá, Mamá! - exclamo y me levanto del sofá ofuscada - ¡Si! Estoy enamorada de Ignacio desde que lo conocí. Si fui una intensa con él todo este tiempo es porque me gusta y no quiero que lo vean mal, ni se burlen de mí. Tengo dieciséis, ¡no me traten como una niña! - grité lo último, enojada.
- Mi amor, nadie te está tratando como una niña - me hablo calmadamente Ignacio y voltee a verlo - Ven no te enojes - me llama hacia él.
Dios mío, me ha dicho mi amor delante de mis padres, y aparte me invita a su lado. No puede ser cierto. Miro a mis padres, veo que no hay ningún rastro de sorpresa en sus rostros. Solo me miran a mi sonrientes y yo en estos momentos no entiendo nada.
- Hija, siéntate. No te molestes, acepta que fue muy gracioso tu desmayo - habla mi padre con gracia, carcajeándose aún.
- ¡Papá! - grito.
- Ven mi reina, ven con mamá - mamá abre sus brazos para que me acerque a ella y cargarme en sus piernas, pero yo niego.
Miro a Ignacio y está igual que mi padre con una sonrisa en la cara.
- ¡Ya! Dejen de burlarse de mí.
- Está bien, me calmo - dice mi padre, calmando su risa - Hija, Ignacio tiene algo que decirte.
Mi novio se vuelve serio y carraspea.
- Tus padres ya saben lo de nostros - me comenta con seriedad.
Y yo muero, muero de nervios, mi corazón está a mil, mis padres saben lo nuestro.
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Mírame Con Amor
Teen Fiction"En el corazón no se manda, en su corazón yo no mando y eso duele aún más" Ignacio Goodman es el hombre que trae loca a Camila, lo conoció y una rara obsesión se apodero de ella, dice estar enamorada. Él un hombre, serio, ególatra, intimidante...