Y aquí estábamos con el sol en su esplendor, con el aire golpeándonos, con un paisaje magnífico frente a nuestros ojos, miro a Ignacio y pienso que... Sin el poder ver la vida no es igual; privarse de tantas cosas que tiene el mundo, como paisajes y colores, debe ser triste.
— ¿Extrañas ver los colores? — le pregunto, ya que parece estar en calma, relajado pues su rostro lo refleja y pienso que se ve hasta más joven.
— No es tan malo. A veces, privarse de algunas cosas es bueno — responde reflexivo.
— Te ves relajado.
— Tenía tres semanas sin salir del departamento. Contando los pasos del cuarto al baño, a la cocina. Es difícil bañarse y tener que pedirle a tu nana que deje todo organizado y aprender donde va cada cosa. Necesitaba sentir un poco el aire puro — me dice, acomodándose más en la banca donde estamos sentados, un poco alejados el uno del otro.
Es estúpido, pero ya no estaba enojada.
— ¿Podemos jugar a las diez preguntas? — Ignacio se cruza de brazos y creo que va a decir que no.
— Que sean cinco — me dice
Me sorprendo. Ha sacado bandera blanca y me alegro.
— Está bien. Mmm — pienso — ¿Cuantos años tienes?
Él niega con sus labios fruncidos.
— Has desperdiciado una pregunta, podrías haberlo buscado en Google
Me pego mentalmente. Qué boba
— Veintiséis.
— No es mucha la diferencia de edad — le digo
Él ríe.
— Te llevo diez años.
— Igual no es mucha.
— Tienes dieciséis.
— No es mucha, diez años no son nada — trato de restarle importancia.
— Eres algo intensa y testaruda — dice en modo serio. No discrepo porque sí, soy muy intensa — Siguiente pregunta.
— ¿Porque no aceptas que tu hermana ya no es un hombre?
Su rostro cambia inmediatamente y me asusto.
— ¿Porque quieres saber? — pregunta sin humor.
— He visto que... Siempre la llamas por su nombre de hombre.
— Es algo entre los dos, por eso pienso que no te incumbe — dice sin miramientos
Volteo para verlo y su actitud relajada cambió por completo. Suspiro ante mi pregunta con respuesta fallida. Es difícil congeniar en algo con Ignacio Goodman: es misterioso, calculador y muy estricto con todo. Al menos eso es lo que veo.
Con respecto a lo del cambio de sexo de su hermano, que ahora es una mujer, veo que no es un tema que quiera tocar; lo he visto esquivar el tema y, aparte de todo, tratarla mal con palabras muy fuertes. ¿Como un hombre tan guapo por fuera, no puede tener sentimientos bonitos por dentro?
Ahora entiendo cuando mi madre me dice que una cara bonita no lo es todo, que hay que mirar más allá del físico. ¿De qué sirve estar con alguien bello por fuera y por dentro un ser sin sentimientos?
Me doy cuenta de que estoy haciendo todo mal y que las cosas no son como las pinto: que él es mayor y que nunca, por más que quiera mi corazón, él no me va a querer porque soy una niña. Entonces lo entiendo; él solo está cobrándose lo del accidente, el haberlo dejado ciego. Por eso los besos, por eso me los pide: solo para que se creen más sentimientos en mí, solo para hacerme sufrir y pagar porque ya no puede ver el sol.
¿Tengo razón? Yo creo que sí. Debo madurar, todo el tiempo vivo en una burbuja, ilusionándome con cosas que nunca van a pasar. Y eso es estúpido.
— ¿Crees en el amor? — salgo de mis pensamientos al escucharlo
No entiendo porque me lo pregunta.
— Si — digo en voz baja y un nudo en mi garganta crece de nuevo.
— Yo también. No pienses que por mi forma de ser no lo hago; yo viví tu edad. Tienes dieciséis, te falta vivir más la vida. No sabes que es el amor; sientes solo una ilusión hacia mí. Camila: sé que, aunque tú quieras que sienta algo por ti, no funcionará. No estoy para juegos, ni berrinches...
— ¿Qué quieres decir con eso? — lo interrumpo
Él se queda unos segundos en silencio, como pensando las cosas. Se acomoda en su sitio y alza la mano para buscar mi rostro. Cuando lo alcanza se acerca a mí y quedamos muy cerca. Nuestras narices rozan.
— Quiero decir que... — Ignacio cierra los ojos y pega su frente con la mía — Debes buscar otra persona, un chico de tu edad, vivir con él cosas bonitas. Enamórate de alguien más — Yo niego, pero sé que él tiene razón. Debo primero vivir otras cosas.
— Está bien — digo con voz entrecortada y él se aleja de mí de forma rápida.
— Mi hermano era el preferido de mi madre...
Frunzo el ceño al escucharlo. ¿Me va a contar sobre su vida? Ya no sé qué esperar; todo entre nosotros es tan raro
— Yo siempre fui lo que se dice... oveja negra. Siempre fui quien se metía en problemas. Mi hermano no; él era todo lo opuesto. Bien portado, con buenas notas, al que mis padres lo premiaban con viajes. En cambio, a mí me mandaron a estudiar de intercambio a internados. No pase nunca más de un mes en casa — Ignacio dice con algo de nostalgia en su voz y el nudo que antes tenía en la garganta va desapareciendo
Se dice que cuando una persona es tan frívola es por su pasado, al menos eso dice Juliana con esos tantos libros de romance que lee
— Pasé más de cinco años sin ver a mis padres. Entonces, cuando volví, estaban muertos...
Ignacio a dado grandes pasos abriéndole el corazón a Camila ¿hasta cuando le durara la dicha?
instagram: aylifer96
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Mírame Con Amor
Teen Fiction"En el corazón no se manda, en su corazón yo no mando y eso duele aún más" Ignacio Goodman es el hombre que trae loca a Camila, lo conoció y una rara obsesión se apodero de ella, dice estar enamorada. Él un hombre, serio, ególatra, intimidante...