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Luego de una semana y cinco días; me encontraba abordando un avión. Mi plan fallo totalmente y creo que eran más las ganas de haberme venido a escociendo das que las ganas de haber traído un acompañante casi que obligatoriamente. Los días junto a Rupert eran de la misma manera que el primer día y ya me estaba acostumbrando...

Sin embargo viajar con él y llevarlo a conocer a mi familia no era la mejor forma para mí y menos sino quería que formará parte de mí o qué se escabullera más de la cuenta en lo que realmente soy...

Resultó que al partirle permiso al director de faltar y asignarle alguien más al CEO. El mismo propuso viajar conmigo y así el CEO conocer un poco más de quien resultó ser su acompañante y guía. La fiesta de convivencia ya vendría y esa fue mi excusa perfecta para que el CEO no viniese conmigo pero todo salió mal cuando el mismo Rupert anunció que no asistiríamos y todo arreglado...

Cuatro horas después salimos del avión y fuimos hacia el apartamento de Rebeca quien con una sonrisa nos recibió aunque pude ver su rostro de sorpresa y por la misma razón decidí no entrar; conocía a Kenya y sabía que haría su encuesta en menos de cinco minutos y sinceramente evitaría eso...

— entonces a donde nos dirigimos?— pregunto Rupert frunciendo su ceño, parecía confundido pero a la vez algo curioso...

— al hotel— indique encogiéndome de hombros, él iría al hotel y yo iría a dar un pequeño paseo por ahí...

— parece que enserio te llevas bien con esa tal Rebeca— dijo volteando a verme seriamente, sonreí de lado y asentí...

— si, es loca pero cae muy bien— dije y enserio esa era la verdad; Rebeca una loca desquiciada pero buena gente y con un gran corazón, incluso me atrevería a decir que todo lo que posee y tendrá en un futuro se lo merece...

Una hora después llegamos al hotel, Rupert bajo y se adentró dirigiéndose a su habitación. Yo tenía la suit a la par de la de él así que fingí entrar y cerré la puerta. Me tire a la cómoda cama y suspire, me levante y me coloqué mi vestido de fiesta; era obvio que no me quedaría en el hotel...

Me coloqué mi vestido de lentejuelas violeta, me solté mi cabello algo ondulado pro el moño y me maquille como normalmente nunca hago; estilo payaso por así decirlo. Mis plataformas eran altas pero cómodas y tome mi bolso pequeño y así sin más salí del apartamento...

— buenas noches señorita, ¿desea algo de tomar?— pregunto el empleado, le sonríe coquetamente y asentí...

— vodka y tequila sería perfecto— indique sin borrar mi sonrisa. El chico asintió algo nervioso y sonrojado y se retiró. Mientras tanto yo solo solté el aíre frustrada y saque mis cigarrillos...

Pero mientras buscaba el fuego dentro de mi bolso y sostenía el cigarro entre mis labios, una mano me detuvo, fruncí mi ceño y levante mi vista encontrándome con esos ojos avellanados que me observaba con intriga. No sé porqué pero mi organismo reaccionó con nervios y una corriente eléctrica muy extraña, pero a la vez un gran enojo también...

— quieres fuego?— pregunto Rupert mostrándome el prende fuego, lo observe y asentí sin ninguna emoción —que coincidencia de la vida, ¿no crees?— pregunto irónico, bufé y rodee los ojos...

— si, claro— dije con una sonrisa más falsa que el trasero de Kim kardashian...

— que haces a esta hora bebiendo y fumando?— pregunto elevando una ceja pero su seriedad seguía intacta. Inhale del cigarro y suspire dejando soltar el humo...

— te han dicho alguna vez que cuando alguien suele fumar es porque tiene algún dolor muy grave?— Rupert me observaba con sus hermosos ojos. Era un sentimiento que no podría describir. Era extraño —pues investígalo y quizá obtendrás la respuesta a tu pregunta— dije con una sonrisa de lado...

— y si me lo contestas tú ahora?— pregunto sosteniéndome de la muñeca. Adivino mi plan y me sostuvo con su agarre para que no escapará tan facil de él y menos sin darle alguna explicación válida pero toda mi vida anduve evadiendo explicaciones, ¿por qué no hacerlo ahora?...

— eso es algo que no podré Rupert— indique —y tampoco dejaré que lo descubras, no mientras yo pueda evitarlo, porque al final de tanto, ¿qué te importaría?...

Y sin más salí de ese club, en medio de la noche y dejando a un CEO muy confundido dentro de aquel lugar donde todos vaciaban sus penas...

Señorita Consentida ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora