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Rupert:

Veía como Asia descansaba sobre mi pecho tranquilamente, su hermoso rostro se encontraba al natural y sus ojos cerrados. Su cabello se encontraba algo despeinado pero eso no importaba, no después de tenerla junto a mí y hacerla totalmente mía. La veía dormir mientras acariciaba lentamente su cabeza, jugando con ciertos mechones de su cabello rubio...

Ya pasaron dos semanas desde su cumpleaños y cada día parece abrirse un poco más a mi, y sé que aunque no me cuente todo respecto a su pasado, tengo fe de que algún día me lo contara con detalles y no me importara es en medio de una película, de una ducha o incluso en medio del trabajo. Porque yo la amo y estos últimos días he descubierto ese sentimiento tan grande...

De pronto vi como lentamente sus hermosos ojos azules se abrían, se removió un poco y elevó su vista hacia a mí. Le sonreí y le di un beso en la frente, ella cerró los ojos y dibujo una pequeña sonrisa en su rostro...

- buenos días flaquita- murmuré con una sonrisa muy grande, ella sonrió...

- como has amanecido?- pregunto estirándose un poco, le sonreí pero de pronto nos interrumpió el sonido de un celular, fruncí mi ceño y de inmediato Asia se estiró para revisarlo -diablos, olvide la reunión con papá- anunció levantándose, pero se quedo quieta a mitad de camino -te quiero- dejo un casto beso sobre mis labios y entro al baño...

Mientras yo me levante con cierta alegría; me coloqué mis bóxers y camine directo a la cocina, estaba dispuesto a por lo menos ayudarla en algo sano para que no muriera de hambre. Cuando Asia salió casino al vestidor supe que tenía aproximadamente diez minutos para estar listo y así mismo lo hice...

Cuando salí la comida ya se encontraba servida y una Asia muy atractiva se encontraba sentada en el taburete. La observe cada detalle. Más bella no se podía ver y eso hasta cierto punto no le ayudaba a cierto amigote que poseo...

- están ricas?- pregunté elevando una ceja y sentándome enfrente suya...

- deliciosas. Rupert he de admitir que haces las mejores tostadas del mundo- dijo sonriendo mientras comía pedazo por pedazo...

- hoy verás a tu padre?- pregunté mientras me servía el jugo de naranja, Asia suspiro y asintió...

- odio encontrarme con él. Seguro y nos felicitara, le dejamos muy fácil su objetivo- dijo con cierta sequedad -y tú? Qué harás el día de hoy?- pregunto mientras tomaba más mermelada, fruncí mi ceño y mordí mi tostada...

- iré a la empresa. Después...- sonreí -tengo la tarde libre, quizá mi novia quiera que la acompañe a algún lugar especial- dije pícaro, vi como lentamente se sonrojaba y negaba divertida para después revisar su celular. Se levanto y me plantó un casto beso...

- te llamo. Te quiero- anunció y sin más cerro saliendo del apartamento...

El día básicamente la pasa trabajando y ocupándome de ciertos asuntos increíblemente pesados. Revise millones de veces mi teléfono pero no había ningún mensaje ni llamada de parte de Asia, varias horas después me di por vencido y me dirigí al lugar en donde Janet me había citado para hablar...

Llegue al lugar y comenzamos a hablar de varias cosas de su vida y sobre el pequeño piojoso que tengo como sobrino, también del idiota que tuve por cuñado y del nuevo estúpido que será mi futuro cuñado. De pronto vi como una cabellera rubia cayó sobre mi hombro...

- Asia- murmuré sorprendido y volteando a verla. Ella me dedico su típica sonrisa de amabilidad pero sus ojos daban a entender algo muy diferente; parecía enojada pero también vi como sus ojos se encontraban ligeramente hinchados, mi niña estuvo llorando...

- oh, ella es la afortunada- dijo Janet con una sonrisa, mi novia frunció su ceño y la observó de pies a cabeza con cierto recelo -me llamo Janet- se presentó como si nada mientras yo aún intentaba descifrar el porque había llorado -ehm, al parecer no te han hablado de mí- dijo Janet fulminandome...

- no querida- contesto Cortés Asia pero con una nota de enojo -pero sería un honor que te presentaras- indicó con sarcasmo...

- si, soy la hermana de Rupert- indicó mi queridísima hermana mientras bebía de su licuado. Asia se quedo quieta mientras supongo intentaba asimilar lo que acababa de enterarse. Voltee a verme y me fulminó...

- perdoname, pensé que eras..

- tranquila, te entiendo y me alegra ver que enserio demuestras amor por mi hermano- dijo Janet, Asia frunció ligeramente su ceño y supe que no era nada bueno. Janet cariño no es bueno cortarla cuando Asia habla...

- perdón- susurro Asia tímida -bueno regresare a casa- murmuró despidiéndose, Janet la observó por unos segundos y la detuvo...

- siéntate, hablemos y conozcámonos más, me vendría muy bien alguien fiel y buena amiga como eres tú o por lo menos eso presiento- indicó Janet, la fulmine y Asia sonrió sentándose junto a ella...

Dos horas después me encontraba en una plática de chicas en donde las lágrimas eran la clave; Janet le contaba su historia mientras mi novia la escuchaba atentamente y se podría decir que hasta lloraba silenciosamente, y ahí estaba yo viendo a ambas mujeres especiales en mi vida. Observándolas como se contaban cosas y se hacían íntimas amigas...

Señorita Consentida ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora