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Era la hora del almuerzo, Maggie se había quedado en clases extras ya que en la mayoría de las pruebas le iba fatal, así que yo y mi Sandwich nos dirigimos hacia una mesa alejada de la multitud. Comí rápido y bebí mi pequeño licuado, no había encontrado al CEO así que supuse tenía algo importante o simplemente decidió no insistir para eu yo fuese su guía...

Después de esos rápidos cinco minutos de comer, me dirigí hacia la biblioteca. Esos libros por lo menos tendría que terminarlos antes de que el idiota de Rupert los quitase y dejará a la biblioteca sin los únicos libros enserio importantes del lugar...

- así que decidiste volver- murmuró esa voz masculina, me sobresalté por el susto y fruncí mi ceño, no entendía que hacía él todavía ahí...

- ehm, si- dije excusándome y escondiendo el libro detrás mío -ya comió o quiere que lo acompañe?- pregunté elevando una ceja y lentamente regresando el libro a su lugar, no quería que notase una parte de mí y mucho menos que llegase a conocerme...

- pues...si quieres, aunque de vez en cuando no estaría mal que me llevases a otro lugar fuera de la universidad. Digo así por lo menos valdría tu guía- informó encogiéndose de hombros, lo observe incrédula creyendo que seguro sufría de bipolaridad. Iba a contestar cuando un teléfono nos interrumpió...

Baje mi vista a mi teléfono quien ponía en la pantalla el nombre de: "papá", suspire con pesadez y dándole levemente la espalda a Rupert conteste la llamada, al otro lado se escuchaba una profunda paz que de inmediato supe de que vendría siendo el tema...

* vaya hasta que me contestas*. Gruño mi papá, suspire y rodee los ojos. *ven a mi casa hija, quiero hablar contigo y trae al CEO, es bueno que manos se distraigan y si fuiste asignada es lo menos que puedes hacer*. Anunció, me contuve mordiendo mi lengua para no contestarle de mala gana...

- veré si quiere y puede- conteste fría -y claro, te veo en una hora si no hay tráfico. Adiós papá- murmuré y corte la llamada...

Con los ojos aún puestos en mi celular encare a Rupert, quien me observaba expectativo y sin ninguna emoción en sus ojos. Lo vi de frente y sonreí con amargura, me preguntaba si algún día alcanzaría algo por mis méritos o incluso esfuerzos, seguro que papá tendría algo que ver con esto de ser yo la guía del CEO...

- mi papá desea verme- informe con un pequeño bufido -quiere venir o lo dejo en algún lado o...?- pregunté mientras guardaba mi teléfono en mi bolsillo trasero...

- creo que iré contigo, necesito distraerme eu no conozco varios lugares de por aquí- anunció encogiéndose de hombros, suspire y asentí...

Ambos tomamos camino pero antes de todo decidí pasar a medio cambiarme a mi apartamento o bueno el apartamento compartido con Maggie. Me coloqué unos jeans ajustados palo rosa, una camiseta blanca, mi cabello recogido en una cola alto desordenada, mi pulsera y mi collar. Me maquille un poco y me coloqué mis sandalias....

- vaya, te has convertido- anunció con una sonrisa cínica, suspire y decidí contar hasta diez peor enserio eso no funciona ni en lo más mínimo...

- la imagen es importante- murmuré, está claro que no importante para mi peor si para papá y seguro no me lo perdonaría si llegase como cualquier chica de las de mi edad, aunque claro tenía bastante en claro que me valía los malos comentarios o lo que pensaran de mi...

- si, claro- anunció Rupert con sarcasmo, no conteste y decidí ignorarlo todo el maldito camino. Hasta que llegamos a esa casa blanca, grande y con una situación muy distinta a la supuesta tranquilidad...

Ambos bajamos, como era de esperarse afuera del portón de rejas; todos los fotógrafos y periodistas se sucumbían en la interrogan vía de que la supuesta niña de papi anduviera con el CEO más famoso de Rusia y de la mayor parte de Europa, el CEO de las cadenas de educación y fabrica más grandes e importantes...

- puede quedarse aquí- anuncie señalando el recibidor con mi pulgar, Rupert frunció su ceño...

- No, quiero entrar. Por cierto tutéame creo que me siento más viejo- murmuró sin expresar nada simplemente como un comentario frío, asentí y camine hasta el elevador en donde con pulsar solo un botón nos llevaba a la habitación específica...

Sentí la mirada de Rupert sobre mi, expectativa y algo confundida, yo simplemente llevaba la cara en alto y viendo hacia el frente. Mi pulso se aceleraba al sentir su mirada peor simplemente decidí ignorarlo, soy una joven y lo que el menos querría en su vida sería una niña de papi y con demasiados problemas....

Señorita Consentida ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora