35

697 48 1
                                    

- amor, enserio te amo- murmuró mordiendo mi oreja y estrechándome contra su pecho como si de una almohada o peluche se tratara.

- yo te amo más- murmuré sonrojada -sabes...creo que Maggie se ira de viaje por unos días, me propuso que fuera con ella pero la verdad aún no se, ya que sería...

- si quieres ir por mí no hay problema, pero no me dejes tantos días- indicó con un puchero, sonreí y eleve mi vista para morder levemente su labio, él sonrió y apretó mi muslo -o qué tal si vamos todos, podrías invitar a tu hermana y a Óscar, así disfrutamos de una merecidas vacaciones- indicó encogiéndose de hombros, sonríe y asentí.

- entonces trato hecho- sonreí -sería dentro de unas cuantas semanas- indique, Rupert sonrió y asintió cerrando sus ojos - ya estás cansado y todo?- pregunté incrédula con cierta burla, abrió sus ojos y apretó más arriba de mi muslo.

- claro que no, si quieres le damos otra ronda- indicó divertido, me carcajee y negué dando vueltas en la cama hasta quedar encima de él.

- nunca te cansas- indique burlona, él sonrió apretando mis muslos nuevamente.

- de ti nunca bella- indicó mostrando su típica sonrisa pícara -Además una tarde y toda la noche no es demasiado para alguien como yo- indicó haciendo un puchero, rodé mis ojos y me acerqué a sus labios y lo bese.

Después de nuestra última ronda bajamos a desayunar ya que mi estomago lo pedía a gritos; mientras ordenábamos la sala para acomodarnos en esta alguien llamó a la puerta, con el ceño fruncido me dirigí a está encontrando a una Maggie muy sonriente diría yo, la observe incrédula y eleve mi ceja.

- que sucede?- pregunté elevando una ceja.

- soñé un hermoso sueño y por lo tanto necesito que vayas con tu doctora- indicó de lo más casual, me carcajee tanto como pude llamando la atención de Rupert, Maggie gruñó -anda, ríete, pero cuando veas de lo que se trata yo sonreiré de último- indicó tirandose al sofá.

- sí claro- dije incrédula.

- y por cierto, gracias por arruinar el desayuno- indicó Rupert señalándome para que me sentara en sus piernas, sonreí y lo hice mientras comía de mi fruta, excepto la manzana que comenzaba a darme nauseas.

- cual? Gracias a mi mi amiga desayunará, de lo contrario estoy segura que estarían procreando en ese sofá y la fruta sería usada de muchas formas menos de comida- indicó Maggie divertida comiendo pedazos de fresas, sonreí sonrojada.

- Maggie la experta- susurro Rupert coqueto, me sonroje y le di un leve golpe en su costilla pero su sonrisa pervertida no se le borró en todo el rato. Cuando Maggie salió, Rupert fue llamado desde su oficina para ir a solucionar no sé qué del departamento.

El resto del día la pase viendo series y cocinando; estaba segura que algo andaba mal en mí y en Maggie, en ella porque insistía que fuera con la doctora y en mí porque ciertas cosas me daban nauseas pero otras cosas me daban más hambre de lo normal y sinceramente comenzaba a preocuparme.

Cuando estaba decidida a levantarme y llamar a Rupert un mensaje de Hugo apareció en mi teléfono; este indicaba que necesitaba verme y que rogaba que aceptara sus disculpas, me dijo que era urgente lo que tenía que decirme. Obviamente no acepte pero al ver tanto ruego lo hice no sin antes quedar que iría acompañada.

Óscar y Maggie me acompañaron hasta una mesa antes de donde nos encontraríamos. Para mi sorpresa Hugo se encontraba un poco más cambiado y demacrado. Lo observe sería y él sonrió sentándose frente a mi.

- Asia, sé que no lo merezco pero necesito que me perdones, sé que he sido una mierda y no doy excusas pero enserio quiero que veas que he cambiado- indicó intentando tomar mi mano, pero rápidamente la quite.

- te perdono porque mi corazón no merece guardar rencor y porque al final lo que había no era amor Hugo, pero por favor no vuelvas a acercarte- murmuré levantándome.

- perdoname, te lo recompensare- indicó y sin más cuando creí que se iría fue todo lo contrario, se lanzó contra mis labios y con fuerza no se separó. Intente separarme pero era demasiado tarde -te per...

Una cachetada salió volando a su mejilla y estaba segura que fue más fuerte que la anterior ya que llevaba uñas largas y anillos, algo en mi presentía que algo así pasaría y más cuando ambos éramos perseguidos por paparazzis, él lo que quería era fama y eso hasta cierto punto me enojaba.

- no vuelvas a acercarte- indique haciendo puños con mis manos -te deje sin trabajo y sin fama, prepárate porque a la próxima que intentes algo te dejo en ruinas y en la carcel de por vida- grite y sin más salí del local seguida de Maggie y Óscar.

Por suerte no note ninguna cámara cerca y eso me relajo, pero la situación era: ¿cómo decirle a Rupert en lo que me había metido?...

Señorita Consentida ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora