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"Increíblemente nuestra Señorita favorita en moda y empresa logró procrear herederas, dos hermosas hijas mellizas de las cuales también tienen ADN de nada más y nada menos que del CEO Rupert Weslley, ambos contienen una relación estable y cuidan de sus hijas como la típica pareja que son"

Sonreí al leer la noticia y cuando vi nuestra foto familiar mi sonrisa se ancho más; mientras cargaba a la pequeña Alina entre mis brazos verificaba todas las noticias recientes y nuevas. Rupert acababa de irse y Arlen acababa de despertar, se suponía que dormiríamos hasta tarde pero mi linda hija decidió que no sería así.

Se encontraba observando mi celular con tanta concentración, le tome una que otra foto y la publique en mis redes sociales. De pronto la puerta de la habitación se abrió dejándome observar a mi querida mejor amiga Maggie.

- vaya, hasta que te acuerdas de nosotras- indique haciendo un puchero a lo que mi hija me siguió.

- ven pa' ca pequeña que te dan malas influencias- indicó Maggie cargando a Arlen quien sonrió en cuanto la vio, se llevaban tan bien las tres que hasta ciertos celos me producían.

- ya van para los cuatro meses, en dos días los cumplen y no te miramos desde dos semanas- indique seria, aunque claro era una broma.

- tranquila, estuve muy estresada y no quería estresarlas a ustedes- indicó acomodando a Arlen entre sus piernas.

- perdonada por hoy.

Después de charlar; intento convencerme de salir pero sinceramente no estaba de ánimos así que se dispuso a utilizarnos como muñecas humanas, al parecer Arlen y yo éramos las únicas que nos quejábamos ya que Alina ni siquiera se quejó.

A mí me coloco un lindo vestido de color rojo vino; unos tacones plateados de aguja y mi cabello amarrado en un moño. Me coloco algo de maquillaje y arreglo mis uñas. Por alguna razón que no entendí a mis niñas les colocó un vestido blanco idéntico para ambas, lo único que los diferenciaba era el color del listón.

Al rato llego Óscar que saludándonos y molestándonos nos llevó a las cuatro a su camioneta y sin saber a dónde me dirigía iba tomándome selfies con mi hija quien posaba con mucha gracia. Cuando por fin llegamos los cinco nos bajamos peor cuando sentí ellos me habían dejado prácticamente sola.

- disculpe señorita, les señor Weslley la espera- indicó un camarero, asentí y lo seguí hacia un tipo de jardín en donde solo se observaba la oscuridad. Ahí me dejo petrificada pues de un momento a otro la luz se prendió iluminando el jardín con pequeños focos de luces navideñas de color amarillas.

Me quede quieta cuando visualice a Rupert en medio de toda mi familia, mis niñas se encontraban sentadas sobre dos mantas y a,has acompañadas por dos Ramos de flores rojas y blancas.

- Asia, mi amor, sé que no he sido el mejor hombre del mundo; he cometido errores y aún peor muchas veces te he sacrificado incluso a nuestras hijas- indicó con tristeza en sus ojos, me acerqué hasta quedar a un metro -sin embargo, yo te amo, te amo como nunca ame a nadie más en mi vida. Sé que no soy el mejor e incluso he sido muchas veces una defraudación pero prometo quererte, amarte, respetarte por todo el resto de nuestras vidas a ti y a nuestras hijas. Sé que tenemos un destino juntos y también sé que juntos nada nos derrumbara porque nos apoyaremos y daremos nuestras fuerzas mutuamente, criaremos a nuestras hijas y al resto de tropas que vengan a bendecir nuestro hogar, nunca he sentido algo así por alguien, tú eres como mi oxigeno y sé que sin ti yo no hubiese cambiado tanto y mucho menos hubiese conocido lo que e verdad es el amor, me has bendecido con tu amor y presencia y sobre todo con estas dos cositas hermosas que tenemos por hijas. Las amo y deseo sinceramente que desees aceptar mi humilde proposición, así que por favor Asia, ¿le harías el honor de casarte con este idiota que te ama con todo su corazón?- indicó observándome con ilusión.

Observe a mi alrededor; Becca estaba abrazada de Bryan mientras esté cargaba a William quien intentaba separarse para llegar cerca de mi linda hija, Maggie estaba soltando sus lágrimas mientras grababa con la video cámara, Óscar estaba observándome con una sonrisa y Janet nos observaba con alegría y capturando el momento en fotos.

Regresé mi vista hacia Rupert quien se encontraba nervioso, me mordí el labio y articule dos palabras que lo dejaron petrificado tanto como a mí. Sé que era muy rápido en contestar pero estaba segura, toda mi vida estuve muy segura sin embargo en cuanto lo vi me cambio esa perspectiva y supe lo que quería contestar...

Señorita Consentida ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora