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Una maldita semana en la que ni siquiera ha contestado mis llamadas; Maggie lo llamó indicando que el viaje se adelantaría ya que Óscar viajaría y no se sabía el día de su regreso así que lo adelantamos pero Rupert contestó con un frío y seco <<no iré>> y sin despedirse ni nada corto la llamada, mis días no han sido los suficientemente felices y menos después de la gran discusión que tuvimos.

Me alegro y yo terminé gritándole, nos peleamos y él aún ni siquiera me cree que ese beso fue por iniciativa de Hugo ya que como era de esperarse en la noticia ni siquiera mencionan el hecho de la gran cachetada que yo misma le di a Hugo.

- todo pasara, ya veras- susurro Becca sentándose junto a mi, ambas veíamos hacia el horizonte, el mar se veía hermoso y el atardecer aún más hermoso.

- duele Becca, duele y al final sucedió lo mismo que yo sospechaba- indique con una sonrisa seca - se fue como cada persona en la que he confiado y amado más de lo que debería- murmuré.

- él algún día tendrá que entender y sino lo hace que se pudra, tu cumpliste con intentar aclararlo, fue él quien no escucho- indicó mientras soltaba un mínimo suspiro -nuestra vida amorosa es una mierda- indicó con decepción, sonreí de lado.

- la tuya no, he visto que quieres a Bryan pero ambos se dejan llevar por deseos carnales e incluso por experiencias, deben ser razonables e intentarlo. Al final creo que sienten algo, es muy notorio- indique encogiéndome de hombros, ella suspiro y asintió.

- yo también opino algo así; veras que Rupert sabrá la verdad y vendrá arrepentido y cuando eso mismo suceda perdónalo Asia, porque al final todos hemos sido cegados- indicó observándome, hice una leve mueca y asentí levemente.

Dos horas después me encontraba caminando con William entre mis brazos, el pequeño se veía ya de dos meses y apenas llevaba unas cuantas semanas de nacido, mientras veía la luna solté una lagrima, al final de tanto me sentía muy culpable por todo lo sucedido y peor aún sabiendo que pude haber tenido más cuidado.

El pequeño se removió un poco, lo observe y me observó sonriéndome lentamente; mi corazón se ablando y lo sostuve contra mi pecho con una boba sonrisa. Hasta que mi teléfono se dio a escuchar, fruncí mi ceño y lo revise.

Pero enserio no tuve que haberlo abierto, en este aparecían una imagen de Rupert y Daniela saliendo de un bar muy famoso y concurrido por varía gente estaban tomados de la mano y ella sonreí como la idiota que es. Luego se podía visualizar el mismo auto de Rupert estacionado en...un motel.

Mi corazón se detuvo y mi teléfono cayó sobre el suelo y con ello más lagrimas cayeron sobre mis mejillas haciendo que sollozara como hace tiempo no lo hacía. William solo me obse barbaba con sus lindos ojos llenos de curiosidad mientras que yo me desmoronaba ahí mismo.

- Asia!!- grito Bryan al observarme sentada sobre el piso y con su hijo en mis brazos, levante mi vista encontrándome con la suya y la de Becca quien venía tomada de su mano, me sentí peor todavía.

- que suced...?- su pregunta quedo en el aire cuando observó la pantalla del teléfono que sobresalía sobre la poca luz que había en el lugar, la observó y volvió a observarme con decepción y lastima -lo siento mucho- murmuró abrazándome y consolándome.

Cuando estaba un poco más calmada, le tendí a su hijo en brazos y decidimos volver ambas a la habitación del hotel; Bryan y Becca iban consolándome y alentándome a que lograra olvidar aunque sea para poder cenar pero mis ánimos estaban tirados en el piso y mi corazón estaba más que partido en mil.

Por suerte todos entendieron mi desánimo y por la misma razón al cumplir nuestra segunda semana en la playa decidimos regresar; no dormía y apenas y comía, los ánimos los traía peor y fue aún más doloroso cuando me acorde que tenía que presentarme en mis últimas semanas de universidad.

Todo se había caído sobre mí y con ello mi corazón...

Señorita Consentida ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora