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- maldito Óscar!!!- chillo Maggie saliendo con su cabello despeinado y con... Santo cielos esta mierda se va a prender!...

- que te ocurrió?- murmuré sorprendida mientras Maggie fulminaba a Óscar y el susodicho simplemente se sentó relajado enfrente mía a comer de su desayuno el cual fue preparado para Maggie...

- este pedazo de imbécil disfruto o hacer su pequeña broma- murmuró Maggie gruñendo mientras trataba de desenredar su gran cabellera, la que por cierto tenía que estar lista en menos de diez minutos - y sabes que es lo peor. Que se vengo simplemente por quitarle un trozo a su pastel. ¿A caso se compara eso con esto?- chillo mientras señalaba el color azul pegado a su cabello...

Suspire y fulmine a Óscar, él sabía que para Maggie es una tortura llegar así ante el público y también tenía en cuenta que nos atrasaría en todo y más a mi que fui quien quedó con el CEO de pasar el día...

Hace una semana que lo encontré en el centro comercial y desde entonces sonríe un poco pero sigue siendo el gruñón de siempre, aunque su apodo por lo menos varía según las circunstancias...

- vamos Maggie, llegaremos tarde- murmuré saliendo lista y con mi cabello amarrado en una cola alta...

- está bien- suspiro rendida -tendremos que inventar alguna tendencia- dijo tomando sus cosas y sacando la llave y colocándola sobre la manija de la puerta -y tú- señaló a Óscar con su mirada asesina y acusadora -me las pagarás- murmuró y así empezamos nuestra linda y armoniosa mañana...


Cuando llegamos al edificio me di cuenta que el día se encontraba un poco más claro y hasta cierto punto más despejado que el día anterior y eso era bueno ya que por lo menos podríamos salir del edificio aunque sea al parque sin miedo de mojarnos por la gran lluvia o algo por el estilo...

Maggie se intentaba cubrir con un gorro pero sinceramente su cabello era tan rebelde que las puntas se salían y no lograba ocultarlas del todo, rendida bajo del auto y caminó hasta su siguiente clase; no sin antes despedirse y desearme buena suerte...

- buenos días Flacucha- murmuró Rupert entrando serio y sentándose a la par mía, suspire y negué...

- dime, ¿qué haremos el día de hoy?- anuncie mientras revisaba por última vez mi celular; Hugo había salido de la ciudad por dos días y justamente se despidió por medio del teléfono...

- quizá a desayunar?- pregunto frunciendo su ceño -dime; estás en sintonía o aún sigues algo dormida. Porque tus ojeras dicen que no has dormido demasiado- me acusó observándome, desvíe mi vista mientras trataba de encontrar una buena respuesta...

- eso...no te incumbe, ahora dime a dónde vamos o si me vas a dejar el día libre para poder ir a clase normal- gruñí seria...

- okey, entonces comencemos a caminar ya...- dijo levantándose y dirigiéndose a su hermoso auto plateado...


Unos minutos más tarde nos encontrábamos yendo a la carretera; el sol alumbraba y el tráfico era fluido gracias al cielo. Rupert no hablaba y yo mucho menos, pero algo me decía que algo le sucedía sin embargo no le preguntaría, son asuntos que al final de cuentas no me incumbe y de los cuales no tendría porqué hablar conmigo...

Su rostro en ningún momento se relajó y yo iba perdida en mis pensamientos. Hasta que el tono de mi teléfono de dio a escuchar en medio de nuestro silencio algo cómodo y adaptable para cualquiera...

* hija, ¿cómo estás?*. Pregunto mamá al otro lado de la línea, suspire y me esforcé en contestar con un tono aceptable y para nada preocupante...

- muy bien ma, ¿qué te ha echo para que llamaras?- pregunté frunciendo mi ceño, de reojo pude ver a Rupert quien seguía en la misma posición anterior...

* René tuvo a un hermoso barón y quería que te diéramos la noticia*. Anunció mamá con una enorme felicidad, algo en mí me dio cierta nostalgia y alegría a la vez...

- que lindo, ¿estará por ahí René?- pregunté pero de inmediato me arrepentí -olvídalo, deséale de mi parte felicidad y bendición para el pequeño- anuncie con mi tono algo quebrado pero no tan notoriamente...

* claro, yo le digo*. Murmuró mamá y después de un rato de silencio se escucho un garraspeo incomodo. *esperamos que puedas venir a visitar y conocer a tu sobrino, ya sabes que es esencial para el pequeño*. Murmuró en tono de consejo, suspire...

- quizá muy pronto, ma te tengo que dejar que...- vi a Rupert quien de reojo me observaba, me mordí el labio intentando conseguir una excusa -estoy en medio de una clase, hasta pronto y felicidades- y sin más corte...

Me alegraba por René. Por supuesto que si me alegraba, sin embargo una parte muy dentro mía se sentía fatal por ver cómo una de mis hermanas cumplía un sueño de cualquier mujer y aunque en mi vida nunca fue mi prioridad y quizá tampoco mi gran sueño; si sentía esa agonía de que no fuese ni siquiera una probabilidad...

Señorita Consentida ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora