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Había cumplido semana y media en el hospital; justamente el mismo día que cumplí mis cinco meses, como sorpresa recibí la visita de todos con regalos y globos he de decir que me alegro tanto que mi sonrisa se mantuvo olvidando mi tristeza primordial. Rupert también se despejo un poco cuando todos llegaron a visitarnos, por suerte el hospital dio el permiso de que todos entraran a la vez.

Sin embargo en momentos como los que me encontraba ahora mismo, esa tristeza volvía a carcomerme mi corazón y revolver mi estómago; el bebé hace demasiado tiempo que no se mueve y eso comenzó a preocuparme, el doctor como siempre no me ha mencionado nada y Rupert sé que sabe algo pero no me lo ha querido decir.

- que sucede hermosa?- murmuró Becca sentándose a la par mía, le sonreí y negué levemente, dirigiendo mi mirada a William quien me tendió su pequeña manita.

- solo...pensaba- murmuré mientras veía al pequeño bebé.

- todo saldrá bien, lo prometo.

Seguimos hablando y carcajeando cuando escuchábamos las locuras increíbles de Óscar quien a pesar de todo lograba sacarnos una sonrisa, Rupert también sonreía pero era evidente que sus ojos se encontraban cansados e incluso podría decir que ni siquiera llegaba la felicidad a ellos.

Por instinto baje mi mano a mi vientre y lo acaricie tranquilamente, me sentía plena y feliz y más aún sabiendo todo el apoyo con el que contaba. A la tarde/noche todos se despidieron saliendo y Rupert los acompaño y llevó a Maggie y Óscar a la empresa en donde se quedaría a no sé que verificar.

Cuando me quede sola baje la mirada a mi pastel, lo deje sobre la encimera y volví a concentrarme con las caricias en mi vientre, tenía mucho miedo y peor aún sabiendo la realidad que en cualquier momento sucedería, ni siquiera tenía en cuenta los días ni nada por el estilo.

- seremos fuerte, vive mi amor, vive- susurre soltando una lagrima, de pronto unos brazos cálidos me consolaron dejando varios besos sobre mi cabeza -será fuerte, tengo fe que así será- murmuré entre sollozos.

- Asia...- comenzó a decir pero luego se quedó callado -los amo tanto- indicó separándose un poco y bajando a mi vientre, nunca lo había hecho desde que estuvimos aquí en el hospital y lo entendía, formar un lazo tan fuerte lo haría más duro aún al final -mi bebé, sé que serás fuerte como tu mami, sé que lucharas por sobrevivir y también sé que nos darán una alegría enorme, te amo, te amos y prometo que nos esforzaremos para criarte de la mejor manera posible, te amo pequeña cosita- murmuró y en cuanto sus manos tocaron mi vientre un dolor increíblemente genial hizo que hiciera una mueca.

Las pequeñas patadas se hacían presentes, sin embargo eran demasiadas seguidas y muy fuertes que temía que no fueran patadas o movimientos, así que sin más le indique a Rupert que llamara a las enfermeras. Su rostro reflejaba preocupación y conforme los pequeños Dolores soportables no paraban el mío también comenzaba.

- le haremos una revisión, el resultado...

- no los dirá aquí y ahora doctor, estoy al tanto y es mi bebé así que por favor no oculte nada más- indique seria, Rupert asintió y el doctor cedió.

Colocó él liguilla transparente sobre mi vientre mientras que con un pequeño aparato comenzaba a regarlo y hacia transmitir imágenes por el monitor. La revisión no se me hizo extraña ya que solía tener muchas al día aunque claro nunca me decían que era lo que sucedía y no es que visualizará muy bien la imagen.

- que sucede?- pregunté frunciendo mi ceño.

El doctor movía con rapidez el aparato -por favor díganos doctor.

El doctor pasó su vista por la pantalla, sus ojos no expresaban nada como usualmente y Rupert se estaba muriendo de nervios, mientras que yo sentía el nudo en mi garganta segura de lo que seguiría esta noticia.

- al parecer...- murmuró el doctor -el bebé...- indicó frunciendo su ceño -sus latidos no son normales...

Señorita Consentida ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora