12

1K 63 3
                                    

- fuiste muy fría con la mujer que te dio la vida- indicó Rupert frunciendo su ceño y volteando a verme, bufé y negué...

- ahora vienes a enseñarme clases de moral?- pregunté elevando una ceja frustrada -ese asunto no tendría porqué incumbirte además se supone no prestabas atención- dije cruzándome de brazos...

- se supone- indicó -iremos a un museo quisiera averiguar más de la historia- indicó viéndome de reojo, asentí sin mostrar mucha emoción...

En mi vida tres veces había ido a un museo, de esas tres veces solo a uno que en realidad valió la pena. Me encantaba cualquier cosa que tratará sobre la antigüedad, las guerras y todo sobre la historia, obviamente frente a Rupert no lo demostraría y menos le enseñaría algo de mi vida...

Poco a poco iba cayendo en cuenta que últimamente no tomaba mucho en cuenta a los camarógrafos, paparazzis, revistas y todo eso; me encontraba más concentrada en mi vida personal que otra cosa y al fin de cuentas era bueno ya que por lo menos no me iba a estresar demasiado por las cámaras...

- llegamos- indicó apagando el motor y bajando del auto, suspire y seguí sus pasos hasta que entramos a un gran edificio que increíblemente me emociono más de lo esperado, hasta mi sonrisa me delataba...

- esto es genial- murmuré más para mí misma que para Rupert. Observe el lugar incrédula mientras hacíamos el recorrido...

- no pensé que te gustara este lugar- indicó Rupert elevando una ceja, fruncí mi ceño sin comprender...

- a qué diablos te refieres?- pregunté algo sacada de quicio, sabía que Rupert comenzaría con sus estupideces y no es que estuviera preparada...

- no es un tipo de lugar para una Señorita Consentida, como tú- murmuró restándole importancia, bufé y rodé los ojos volviendo a poner mi atención en cada estructura y cada rincón del grandioso museo...


Cuatro horas después nos encontrábamos comiendo en uno de esos lugares de lujo a donde usualmente solía ir con papá, Hugo y ahora con Rupert. Mientras buscaba en el menú algo normal Rupert se encontraba hablando por teléfono y gritando como loco enojado muy enojado, me enteré que su gran imperio tenía ciertos problemas por no sé quién y qué tendrían que despedirlo...

- desea algo de ordenar?- pregunto el mesero, levanté mi vista encontrándome con un chico moreno y con una sonrisa encantadora...

- si, un asado con fideos a la boloñesa y de beber una limonada rosa- indique, el joven asintió con una sonrisa -y de paso tu nombre- murmuré con una sonrisa...

- toma, solo por si tienes inconvenientes- murmuró entregándome una tarjeta muy formal para mi gusto, fruncí mi ceño y la leí. Todas mis ilusiones se fueron y cayeron directo al suelo destrozadas...

Resulta que trabajaba para mi padre y al parecer simplemente se concentraba en que la hija de su jefe comiera sanamente y cómo debía; así que no me sorprendí cuando el lugar de lo que ordene apareció un plato lleno de verduras y hojas verdes junto a un pescado con una salsa rara y una bebida natural. Si seguía así moriría de tanta cosa...

- y te quejas por ser una flacucha- indicó Rupert negando y tragando sus fideos a la boloñesa, esos fideos que con solo verlos me gritaban e incluso imploraban para que los tomará y los hiciera pasar hacia mi estómago...

- sabes que; luego haremos una parada- indique cruzándome de brazos y dejando la mitad de mi palto y todo el licuado, Rupert frunció el ceño y comenzaba a prepararse para interferir pero lo corte -no hagas preguntas y termina tu comida- dije señalando al plato casi vacío...

- bien. Pero ten en cuenta de no pelear aquí, por si no lo has notado hay como cinco camarógrafos escondiéndose tras los dos arboles y los arbustos- indicó comiendo relajado y como si eso no le afectará, disimuladamente voltee a ver y en efecto Rupert no me estaba mintiendo...

- me importa una mierda si colocan el la farándula: "la hija de papi pelea con su CEO en plena carretera"- dije soltando un bufido, Rupert frunció su ceño y elevó su vista para evaluarme -ahora apresúrate que necesito enserio llegar a ese lugar- indique haciendo un pequeño puchero...

Unos minutos después nos encontrábamos en al autoservicio de McDonald's comprando una hamburguesa y un postre de manzana. Rupert parecía tan sorprendido que no pudo ni siquiera mencionar una palabra y los camarógrafos como era de esperarse repartían fotos para su farándula...

Pero al final tenía hambre y aunque me costará un pedacito de mi vida representándola a Rupert no me quedaría con hambre y quizá la final Rupert no le de tanta importancia como quizá muchos lo hacen o quizá sea como los demás, simplemente queda conocerlo hasta que decida irse o dejarme en paz...

Señorita Consentida ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora