Extra#1

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— Ali deja de chupar a William!!— grite cargándola, la pequeña hizo un puchero y al fondo se escucho la carcajada de Maggie.

— eso sonó mal— indicó matándose de la risa, rodé los ojos y lleve a mi hija al lado de Arlen quien se encontraba tranquilamente disfrutando de sus fresas.

— madura quieres Maggie, además son niñas de 11 meses no exageres— indique mientras lentamente me sentaba para limpiar a Arlen quien estaba cubierta de jugo de fresas, Maggie sonrió y asintió.

— no crees que es extraño que Janet y yo seamos las únicas solteras?— pregunto analizando la situación, sonreí y negué divertida —es Navidad y ni siquiera compre regalos— indicó bufando, inmediatamente los tres niños voltearon a verla, yo sonreí. Ella levanto los brazos inocentemente —para ustedes si— les susurro y los tres sonrieron.

— los malcrías— indique cruzándome de brazos.

— sino soy yo, ¿quién será?— indicó colocando su rostro de ofendida.

Así pasamos el día junto a Maggie y esperando a que Rebeca regresará con Bryan, según ellos fueron a ver sus nuevo hogar peor según nosotros fueron a crear más hijos, mientras las mellizas jugaban con William yo y Maggie debatíamos sobre el beneficio y los malos beneficios de trabajar siendo madre de dos revoltosas.

Cuando de pronto la hora se hizo exacta y subimos a cambiar a los niños quienes parecían haber desayunado payaso ya que no dejaban de reírse y más Alina quien balbuceaba cada dos segundos y extrañamente William le seguía la corriente.

— no se ven geniales?— pregunté observando la foto que les había sacado a los tres.

William llevaba un pantalón azul y una camisa cuadriculada mientras que Alina llevaba un vestido azul que combinaba con sus lindos accesorios y Armenia un vestido amarillo que contrataba perfectamente con su cabello, mi pequeña no llevaba accesorio ya que ni siquiera le duraban puestos dos minutos.

— ya llegue!!— grito Rupert entrando a la habitación, todos dirigimos nuestras vistas hacia él quien traían una sonrisa enorme —como están todos?— pregunto abrazando a los pequeños y luego dejando un dulce beso en mis labios.

— claro ignórame— indicó Maggie burlona saliendo de la habitación.

— listos para la cena?– pregunto a los tres traviesos, ambos sonrieron.

— claro, tu esposa también existe— indique caminando hacia la puerta pero su agarre me detuvo he hizo que volvería mi vista hacia él y chocara contra sus labios, el ritmo aumentaba pero nos acordamos de los tres pequeños espectadores.



Luego de la cena; nosotros cuatro, Rebeca y su familia, Janet, Maggie y Óscar quedamos acomodados en la sala. Como era de esperarse nos cambiamos a una ropa más cómoda todos estrenando pijamas excepto Óscar quien no le importo llevar su típica pijama y modelarla enfrente nuestra.

Yo me compre un traje completo de zebra mientras que a las gemelas les compre un traje completo de unicornios uno rosa y otro lila, ambas estábamos a la moda y locura como solo yo podía ser, por suerte Maggie también tenía uno de leopardo y el pequeño William de tigre así que nos dio igual.

— ma-ma— murmuraron dos pequeñas vocecitas, y al ver de quién se trataban no pude evitar no llorar, ahí estaban frente a mí alzándome sus bracitos, sonreí y las cargue colocándolas en mi regazo.

— las amo— murmuré dejando un beso en cada frente, levante mi vista y Rupert nos observaba elevando una ceja divertido —también te amo— indique lanzándole un beso, él sonrió y me devolvió el gesto.

— al fin!! Ahora digan: tío Ossy, vamos ustedes pueden confió en ustedes— indicó Óscar tomando a Arlen entre sus brazos, ella le sonrió  tomó sus mejillas con sus pequeñas manitas, Óscar sonrió —con esa ternura es aceptable, pero solo hoy, ¿eh enana?.

Me levante y me dirigí a los brazos de Rupert quien me esperaba muy a gusto, le sonreí y le di muchos besos al rededor de su rostro; el sonrió y me pego más a su torso haciendo así que me sonrojara aún más.

— gracias por bendecirme de tal manera— murmuré dejando un beso sobre sus labios,él sonrió y dejó otros cuantos en mis mejillas y cuello.

— son solo mías, y tú, tú eres única y la mujer de mi vida...

Señorita Consentida ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora