20

1K 70 1
                                    

- diablos Rupert, deja de moverte tan agresivo- me queje mientras hacía una mueca...

- y tú deja de quejarte, esto es demasiado pequeño y estrechó- se quejó mientras intentaba disque caber, rodé mis ojos y lo fulmine...

- deja de quejarte y acomódate bien- dije seria mientras trataba de tener paz por una vez en mi vida...

- no es mi culpa que tu cama sea muy pequeña- se quejó, suspire y lo encare, aunque en cierto modo tenía razón apenas y nos podíamos estirar o incluso dormir torcidos pero eso era lo que me hacía sentir cómoda...

Llevábamos dos semanas juntos y de vez en cuando nos dormimos juntos. Las redes comenzaron a divulgar como cada vez que intento hacer algo bien y en discreción, al parecer salir con un CEO más famoso incluso que mi familia, no es que te ayude tanto ya que las farándulas aumentan...

De pronto el timbre se dio a escuchar, refunfuñe. Perezosamente me levante y me dirigí a abrir, no me importó que calzaba, que vestía o incluso como se encontraba mi cabello, simplemente abrí la puerta encontrándome con quien menos espere...

- mamá!!?- pregunté abriendo mis ojos de en par en par...

- pero mírate chica. Son las once de la mañana ¿acaso no sabes que es bañarte?- pregunto entrando como si fuese su casa -como está eso de que sales con Rupert el CEO?- pregunto volteando a verme con una ceja elevada...

- mira ma...

- ya se; no tengo que alegarte o interesarme de más- dijo elevando ambas manos en forma de rendición -pero admite que te gusta, de otra forma dudo que e lo hubieras hecho oficial si quiera- indicó observándome, sonreí...

- admito que está guapo el condenado- confesé sonrojándome y mi color aumentó cuando recordé que se encontraba a una habitación durmiendo o quizá espiando la conversación...

- lo sabía!! ¿Entonces ya te nació el sentimiento de casarte?- pregunto mamá, me quede estática y voltee a observarla con sorpresa, ¿quién pregunta algo así?...

- estás loca mujer- anuncie negando -tú más que nadie sabe perfectamente las razones del porque no- indique...

- vas a cumplir 22 años en dos meses, ¿qué esperas de la vida? Ya viajaste, casi terminas el curso, tienes dinero, fama, familia, salud...

- no, tengo un defecto que ni porque lo re plazca con otro sucederá mamá- me queje pero sin dar más noticias, sabía que Rupert podría estar escuchando o incluso poniendo más atención de las que debería...

- que no seas fértil no es malo, mírame a mí, creía que era no fértil y resulte con tres hijas- dijo asombrada...

Despeja de unos minutos se despidió y salió por la puerta, solté todo el aire mientras cerraba los ojos y me recostaba contra la puerta. He de admitir que esa conversación desató muchas emociones respecto a mi y a mi vida, intente tranquilizar mis lágrimas y así sucedió y abrí mis ojos encontrándome con los de Rupert muy expectante...

Le sonreí y me dirigí al salón a recoger los vasos que hace tan solo unos minutos mamá había utilizado...

- estás bien?- pregunto siguiéndome el paso...

- sé que escuchaste todo- dije con diferencia -que piensas al respecto?- se quedó callado y un revoltijo azoto mi estómago -sé que es un pequeño defecto y quizá esto que hay entre nosotros es un desliz o temporal pero no te culpo si quieres mejor intentar con alguien más- indique sin voltear a verlo, sentí como sus brazos me rodeaban y sus labios dejaban besos sobre mi cuello...

- yo te amo Asia, y para mí eso no es un problema- indicó dándome la vuelta para quedar cara a cara -yo te quiero y mucho Asia y aunque no quedemos juntos o algo suceda, lo cual intentare que no suceda porque te necesito y estos días me he vuelto más adicto a ti, yo te quiero y no me importa ese 'defecto' como lo llamas, siempre hay opciones y podremos ser felices de igual forma...

Indicó y sin más lo beses, lo bese como cualquier otro beso. Pero este con agradecimiento y felicidad, porque por primera vez en la vida alguien me había dado palabras de valor y sinceras, alguien en quien ni siquiera conocía de años y ese mismo alguien me dio esa felicidad de ese pequeño vacío y defecto que se encontraba dentro mío, y no cabía duda que Rupert comenzaba a ser para mí lo mejor, mi vida e incluso podría atreverme a decir que hasta mi amor eterno...

Señorita Consentida ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora