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Para nuestra suerte una chica pelinegra nos atendió. Como supuse comenzó a hacerle guiños y coqueteos a Rupert pero para mí gran sorpresa este ni la volteo a ver, aún a pesar de que era muy bonita. Yo simplemente lo seguí mientras discretamente tiraba miradas hacia la ropa de mujer a la cual nos alejábamos cada vez más...

De pronto Rupert se desvió hacia él área de la mujer . Fruncí mi ceño pero simplemente lo seguí; quizá al final ya era tiempo para irme al encuentro con mi prima quien seguro estará maldiciendo mi nacimiento, Rupert se acercó a un pantalón de mujer mientras lo revisaba con su ceño fruncido...

- si es para tu novia deberías de saber la talla-anuncie mientras revisaba las blusas del lado opuesto a donde Rupert se encontraba...

- como sabes la talla?- pregunto, blanquee mis ojos y voltee para verlo Rupert me observaba -te queda este pantalón a ti?- pregunto enseñándomelo, suspire y negué...

- de la cintura me queda algo flojo, te diría que no me queda pero es mentira por mis curvas, pero de la mitad de los muslos para abajo me queda como un trapo arrastrado- dije encogiéndome de hombros. Frunció su ceño y me acerqué para buscar mi talla...

Mi figura siempre fue bien moldeada y con el paso del tiempo comenzó a tomar forma y más después de ciertos esfuerzos para el gimnasio. Sin embargo mi trasero le daba unas curvas más a mi cintura, no es que tuviese mucho pero tampoco soy plana, y luego estaban mis piernas largas y flacas...

- está es tu talla?- pregunto Rupert asombrado mientras revisaba el pantalón de pies a cabeza como si fuese algo extraño...

- tiene algo de malo?- pregunté seca y ruda...

- eres una Flaca literalmente!!- dijo negando divertido -enserio...es asombroso- dijo incrédulo, blanquee mis ojos y negué...

- no es así. Flaca mi prima Rose quien por cierto me matara por no llegar a donde me dijo- indique revisando mi teléfono que no tenía ni un solo mensaje -te veo luego o quizá mañana, me tengo que ir- anuncie despidiéndome..

Y sin más me fui casi que trotando a la segunda planta en donde a lo lejos Rose se encontraba jugando con la pajilla de su vaso mientras posaba con su cara de aburrida. Me acerqué con un sonrisa nerviosa y me senté enfrente de ella. Esperamos a que pidiera mi orden y a que me sirvieran...

- dónde estabas??, te espere como media hora- indicó frunciendo su ceño mientras tomaba de su licuado, suspire...

- me encontré con el CEO, lo ayude a llegar a un lugar y se nos fue el tiempo. Pero aquí estoy- indique recostándome sobre el respaldo de la silla...

- huy!!, li iyidi i lligir i in ligir- indicó con tono pícaro y con su sonrisa acusadora. Casi me atraganto con mi licuado de fresas y negué desenfrenada...

- no es lo que piensas- murmuré viendo hacia otra dirección ya que mis mejillas comenzaban a tornarse rojas...

Tres horas después salimos camino a nuestros coches metiendo todas las bolsas de todas las tiendas a donde habíamos ido. A lo lejos pude apreciar como el CEO también se dirigía a nuestra dirección y eso resultaba ser muy malo. Apresure a Rose y aunque se detuvo extrañada no dudó en seguirme a paso rápido pero al parecer todo fue en vano...

- vaya, así que ella es tu prima?- pregunto Rupert mientras abría su coche y metía todas sus bolsas, le sonreí con falsedad y me dispuse a entrar pero como siempre alguien interrumpió...

- me llamo Rose, mucho gusto- indicó mi prima con su sonrisa Cortés y con su mirada de "qué diablos pasa aquí? Y por qué te conoce?" Yo simplemente seguí concentrada en el exterior ignorando sus miradas...

- igualmente. Soy el CEO de la universidad de Asia- indicó Rupert con una sonrisa grande y sexy. Okey lo de sexy se me fue de las manos ya que lo odio como CEO y gruñón que es...

- oh, claro- murmuró Rose frunciendo su ceño -bueno yo los dejo que tengo cita con la ginecóloga, adiós primita- se despidió y tomo camino hacia su Volvo azul, Rupert me observaba y mis manos comenzaban a sudar junto a mi pulso acelerándose...

- yo...- aclare mi voz -también me voy- indique subiendo al asiento del conductor, Rupert asintió pero antes de que saliera toco con sus nudillos mi ventanilla. Fruncí mi ceño confundida...

Baje algo confundida del vidrio y mi ceño seguía levemente fruncido. Rupert sonrió de lado y se acercó un poco hasta dejar algunos centímetros entre nosotros, básicamente nada de espacio personal y lo raro mi corazón comenzó a latir a mil por hora y no exagero cuando digo que hasta me falto aire...

- hasta pronto, Señorita Consentida...

Señorita Consentida ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora