Cap. 10 Parte 2 "Amándola de una manera absurda, casi obsesiva..."

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"Amándola de una manera absurda, casi obsesiva, pasional y poco racional."

Parte 2

Así fue la siguiente semana, Ibiza fue testigo de la pasión y el amor de un par de locos que corrían tomados de la mano, que se besaban cada cuatro pasos. Y el cuarto de hotel fue el recinto donde quedó la sinfonía de sus gemidos y las declaraciones de amor que nos invocábamos. Hubiese deseado no volver a Doncaster, el trabajo y su universidad que estaba por culminar no nos dejaban estar juntos como ambos queríamos, pero en las noches tratábamos de reponer todo lo que no podíamos hacer en el día.

Un primer año de matrimonio maravilloso. Luego, mudarnos a Londres, para que ___________ hiciera la residencia en Chelsea & Westminster Hospital, donde había movido algunos contactos para que le dieran la plaza, mientras yo instalaba a O & D en la capital y la impulsaba hacía la cumbre.

Pasado ese primer año de matrimonio, camino al segundo, comencé a dudar, a celar a mi esposa. En el fondo ella no me daba motivos, yo solo... Yo confiaba en ella, pero no confiaba en los otros hombres... ____________ es hermosa, y por eso sé que cualquier hombre va a querer estar con alguien como ella. Temores iban y venían por mi cabeza... El comentario de un cliente me hizo caer en la cuenta que podía estar perdiendo a mi esposa.

-¿Este bombón es tu hermana?- Preguntaba mientras veía una foto que tenía de ella en el escritorio. La miraba de una manera que me hacía hervir la sangre.- ¡Vaya belleza! ¡Mira ese cuerpo!- El tipo era un casanova reconocido en Londres por su fama de seductor empedernido... Donde pone el ojo pone la bala, decían algunos del círculo... Darren Evans rondaba entre los 24 y 25 años...

-No, es mi esposa.- Se lo dije claro, para que terminara con eso, para que se diera cuenta que era mía. Evans me miró con cara de no creérselo. Si no fuera un cliente importante lo hubiese estrellado contra el suelo.

-Woaoooo, bastante joven para ti.- Levantó la ceja sarcásticamente.- ¿Cuánto ha de tener? ¿20... 22 años? y tu ¿33... Quizás 35?- Decía petulante.- Bastante diferencia- Seguía mirando la foto de mi esposa. No aguanté más y se la quité de las manos.

-Tiene 23 años.- Cerré el tema.- ¿Continúanos con los planos?

Aquel día después de que Evans saliera de mi oficina me quedé viendo la foto de ___________, sentí una presión en el pecho, acompañada de un temor de que algún día ella me dejará por otro, un hombre que compartiera más cosas con ella, más joven, "Un hombre como Evans"... Me quité ese absurdo de la mente y me fui rápidamente a casa.

La situación empezó a empeorar, mis celos eran cada vez más agresivos. Los comentarios en la calle a los que ella no les prestaba importancia, pero yo sí... En definitiva, todos me veían como un "hombre maduro" saliendo con una adolescente. ____________ desde un principio me dijo que eso no le importaba, pero a mí sí.

Todo me causaba desconfianza… Pero no lo podía evitar. Era algo irracional, algo que me hacía ver a todos como una amenaza para alejarme de ella. Solo quería que ella se dedicara por entero a mí para así estar seguro de que yo era el único. Si por mi hubiese sido que ni siquiera saliera de la casa porque sabía y mi instinto me decía que yo no era el único que me fijaba en mi hermosa esposa.

-Por favor, Louis.- __________ me miraba con los ojos cristalizados.- Quiero ir, irán todos los del hospital… No me tardaré.

-No quiero que vayas, ____________. Se acabó la discusión.

-Dame una buena razón, amor. Será solo una hora después de turno, nada más un par de cervezas… Estaré en casa antes de que llegues.

-¡No es no!

-¡¿Por qué?!

-Porque no quiero que vayas, porque no estaré yo contigo…

-Entonces recógeme y vamos juntos, lindo.- Se acercó a mí y puso sus manos sobre mi pecho.- Por favor… Hace tanto que no salgo, que no salimos.- Tragué saliva.

-Ese no es mi ambiente y bien que lo sabes, ____________. No se discute más.- Ella se paró derecha y me miró desafiante.

-Quiero ir y… y… ¡voy a ir! No sé siquiera porque parece que tendría que pedirte permiso.- Apreté la mandíbula.

-No vas a ir.- Le dije pausadamente.- No quiero y es un no. Llegaré temprano y si quieres te saco a cenar o pedimos la cena a casa.

-No quiero no es una razón, Louis. ¡Dime que te pasa! No soy una niña pequeña para que me encierres así… Por Dios ¡Quiero divertirme!

-¡¿Con quién?!- Levanté la voz y la sola idea me hizo hervir la sangre.- ¡¿Con cuántos?!- Ella abrió los ojos como platos.- ¡NO ES NO! ¡No estaré yo, no vas!

-¿Por qué te portas así?- Una lágrima rodó por su mejilla y yo me sentí lo peor.- ¿Por qué me tratas así?- Más lágrimas rodaron por su cara.- ¡Solo iré con mis compañeros del hospital! ¿Por qué eres tan celoso?

-¡Porque te amo, joder!

-No.- Musitó ella y empezó a sollozar con más fuerza, no lo soporté más y la estreché contra mis brazos.

-Sí, linda… No quiero que nadie ponga sus sucias manos sobre ti ni siquiera para que bailen contigo.- Besé su cabello y ella escondió la cara en mi pecho.- Te amo… No llores más.

-Dime que no te enojaras si voy.- Apreté la mandíbula más fuerte.- Por favor. Necesito divertirme un poco.

-Te diviertes conmigo.- Acuné su cara entre mis manos.- No vayas y pasamos toda la noche juntos, cocino para ti y vemos películas o vamos al cine ¿sí?- Ella me miraba con los ojos rojos.- Di que sí, de seguro la pasaras mejor en casa… Donde perteneces.

-Louis

-Linda, tú pasas más tiempo con ellos que conmigo ¿crees eso justo? Una noche los dos… ¿mmm? ¿Qué te parece?- __________ miró al suelo y asintió lentamente.- Genial, hermosa.- La volví a abrazar y a besar su cabello mientras una sonrisa me llenaba el rostro. Estaría conmigo porque ese era su lugar.

Sumándole a esa situación para incrementar los celos, sus jornadas de trabajo, que a veces me hacían dudar de ella, pues eran muy extensas. Seguíamos siendo un par de apasionados, pero ya no era igual, quizás dos veces por semana, que a comparación de antes era muy poco... Todo hacía que yo dudará... Mis dudas eran miedos, y el más grande era perderla algún día... No podría vivir sin ella.

Amor, Pasion y Odio -Styles, Tomlinson y tu-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora