Amor, Pasion y Odio -Styles, Tomlinson y tu-

Cap.34 Parte 1 "Mentiras y traición"

"Mentiras y traición"

Parte 1

Todo era como una segunda luna de miel. Louis había dado un cambio amplio. Salíamos, pasábamos más tiempo juntos y se comportaba más como el inicio. Yo estaba feliz. No había casi drama, obviamente había ataques de celos, pero cada vez menos frecuentes. No se había inmiscuido en mi trabajo, a cambio de que yo había prometido no volver a beber, por si acaso estaba embarazada... No había tenido todavía el valor de contarle que aún planificaba, y me asustaba que cada vez la mentira estuviese más dilatada.

Era más tierno, más cuidadoso y muchísimo más apasionado. Sin poder creerlo, sentía que le amaba cada vez más. Las cosas en esa última semana funcionaban casi perfectas, era completamente feliz y el cambio de Louis lo notaron todos, no solo yo.

-¡Se te ve más feliz, Tommo!- Exclamó Zayn el jueves cuando ellos dos fueron por Mary y por mí al hospital para salir a cenar.

-Sí. A ambos... __________ no para de sonreír.

-¿Ah, sí?- Mi esposo me miró sonriente.- Me alegra que mi hermosa este feliz. Eso es lo que más me importa y con eso yo también soy feliz.

Acordamos que ese primer viernes de mayo sería una salida a una discoteca, que por extraño que pareciese, no era Ministry.

Nos tomó tiempo acomodar otro fin de semana libre para Mary Ann y para mí, pero por las influencias de mi esposo se pudo. A veces me asustaban las intervenciones de Louis en el hospital con sus conocidos, pero en momentos como ese no dudaba que era un excelente beneficio.

Fabric era una locura, la música era buena, el ambiente festivo y jovial además de ser moderna. Era muy buena, y a Louis le había gustado. No había estado de nuevo en Ministry desde la última vez que discutimos, y no, no lo evitábamos, solo que decidimos un poco cambiar.

Nos hicimos en la sala dos, donde un nuevo Dj, afroamericano nos entretuvo con sus mezclas pegajosas. Bailamos demasiado, reímos como hace mucho tiempo no lo hacíamos, Louis estaba juguetón, bebía alcohol y reía a carcajadas con Zayn, Alex y Paolo. Al poco tiempo llegó Niall y me agradó bastante lo bien que se llevaron. Louis no me armó una escena delante de todos cuando Niall me abrazó, besó mis mejillas y luego me raptó para ir a bailar. De hecho una risa salió de su boca al ver mi cara de confusión.

Al rato, él me rescató y sonreí como tonta mientras me colgaba a su cuello. "Little bad girl" de David Guetta empezaba a sonar y me alegré de que justo pudiese estar con Louis en ese momento. ¡Me encantaba esa canción!

-¿Estás feliz? - me preguntó mientras me daba una vuelta y me atrapaba en sus brazos.

-Siempre, amor.-me acerqué y le besé.-Como en los viejos tiempos.

-La estoy pasando muy bien. No pensé que volviera a sentirme así

-¿Ves, lindo? Salir no está mal, somos una pareja como cualquiera... Jóvenes, bellos.- me regaló su sonrisa marca registrada.-Sobre todo tú... Tú eres muy bello.

-¿Ah, sí, señora Tomlinson? - Asentí.- Creo que tú eres más hermosa. Todo lo tuyo es hermoso.- Bajó sus manos hasta mi trasero y lo apretó.- esto es muy hermoso.- él o la masa de gente a nuestro alrededor nos juntaron más. Mi pecho apretado contra el suyo, su respiración contra mi cuello y sus manos que me tocaban.- Tu cara es hermosa, tu piel.- Mordió mi oreja sin perder el ritmo en el que nos llevaba la música electrónica.- Tus senos son los más lindos de todos. Ahora mismo tengo ganas de morderlos y...

-¡Louis! - Me estaba poniendo nerviosa, y húmeda.- Controla tu lengua.

-Mi lengua aquí.- Tomó mi seno.- y en medio de tus piernas, ahora.- temblé, mientras el deseo se hacía resonante en mi vientre y entrepierna.- Te quiero ya... ¿Eres una chica mala? Podemos hacerlo en el baño.- Bailamos más apretados, restregándonos, mientras mi sangre se arremolinaba. Solo con palabras me ponía, y mucho.- They tell me I'm bad boy.- Cantó en mi oído.

-Lo eres.- Apretó mis nalgas y mis mejillas se encendieron -Lindo, para.- Dije jadeante.- no podemos hacerlo acá

-En la pista, no. En el baño, sí. Go Little bad girl, Little bad girl.- Fingió corear y bailar inocentemente. Yo por dentro me estaba quemando.

-No. En ninguna parte.

-Ya lo hicimos una vez.- Succionó mi cuello. La gente a nuestro alrededor ignoraba lo que estábamos planeando.- Y fue delicioso. ¿No crees? Contra una puerta, duro, que posiblemente nos encuentren mientras te hago gemir... y yo me hundo fuerte en ti.- Cerré los ojos mientras su voz me abrazaba.

-Vámonos ya.- Louis sonrió.- Quiero estar en casa.

-No creo que aguante hasta la casa, linda. ¿Qué pasa si te follo en el auto?

-Amor, por favor. No sigas

-¿Qué pasa? ¿Estás caliente, pequeña chica mala?

-Sí.- Me dio una vuelta y mi espalda quedó pegada a su torso, su entrepierna contra mis nalgas. Gemí, y gracias a la música nadie lo notó. Se restregó contra mi.- Lou... Louis. Vámonos.

-Está bien, vamos a despedirnos. Tú siempre tan dispuesta...- Dijo con fingida reprobación... ¿Me provocaba y luego me lo restregaba en cara?

-Eres un maldito desgraciado.- me miró sonriente

-No, solo soy un chico malo.- Me guiñó un ojo con aire juguetón.- Y siempre consigo lo que quiero, y ahora quiero a mi esposa.

Nos despedimos con afán de los chicos que nos miraron acusadoramente... Sus ojos decían "Sabemos porque se van... Par de picaros." Era tonto que me sonrojara y sintiera vergüenza, pero pasaba... Una cosa era que la gente supiera que hacía una pareja y otra muy diferente era que tus amigos supieran que ibas a hacer con tu pareja a continuación e imaginaran cosas. Total la vergüenza se fue tan rápido como vino, porque cuando nos subimos al coche y yo comencé a manejar, Louis me distrajo tanto que pensé que chocaría.

No sé ni cómo me las apañé para llegar a casa. Las hormonas no me dejaban pensar, lo único que quería era sentir a Louis y estar con él. Me había provocado y no había marcha atrás, el deseo caliente y absorbente era más fuerte que cualquier cosa.

Llegamos a casa y a duras penas guardamos el carro en el garaje. Salí del carro y Louis me tomó de la cintura para luego cargarme con facilidad. Chillé por la sorpresa y reí. Me llevó a la habitación y me desvistió rápidamente, yo hice lo mismo, parecíamos dos salvajes o dos amantes que llevaban mucho tiempo sin verse y que se extrañaban tanto que el resto del mundo no les importaba... Solo querían perderse uno en el cuerpo del otro.

Lo hicimos durante toda la noche, cumplió cada una de sus promesas y sentí que por poco me desarma. Estaba cansada en la mitad de la madrugada, pero mi cuerpo respondía a él de una manera extraordinaria, aunque sintiera que los músculos ya no me daban más. Fue tierno, suave, dulce y a veces salvaje, primitivo y duro. Me sorprendía el poder de sus caricias y su piel sobre mí. Él sabía exactamente qué lugares tocar y que posiciones probar. Él lo sabía todo de mí, y siempre estaba satisfecha al final de todo. Después de una sinfonía de gemidos y orgasmos se apiado de mi cuerpo y dormimos hasta pasado el mediodía. No había mejor forma de pasar un fin de semana.