Cap. 33 Parte 1 "No es solo sexo"

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"No es solo sexo."

Parte 1

La habitación estaba oscura cuando abrí los ojos. Un camino de besos húmedos bajaban por mi cuello y espalda, una mano se deslizaba por mi entrepierna y la otra acariciaba mi pecho. Me revolví en la cama y las manos me apretaron más fuerte. Sentía el cuerpo con un hormigueo extraño, Louis estaba acariciándome por doquier y yo no podía pensar. Luego el apretón en la sien, y un dolor de cabeza tremendo. Esas eran las razones por las que odiaba los días post-fiesta.

-Louis.- Succionó mi cuello más fuerte.- Para, tengo dolor de cabeza.

-No.

-Amor.- Rogué mientras me movía para zafarme.- Me está matando el dolor de cabeza.- Siguió ignorándome. Uno de sus dedos se metió en mi bra y jugó con mi pezón.- Louis, por favor. No quiero, me duele la cabeza.- Paró y suspiró.

-¿En verdad te duele o es una excusa para no estar conmigo?- Me giré y lo vi con su cara impasible. Alargué la mano y acaricié su cabello y sus mejillas.

-Me duele... mucho. No tengo excusa para no estar contigo, quisiera pero el dolor me está volviendo loca.- Él hizo una mueca.- ¿Estás enojado?

-Pues, no pude dormir. Estoy incómodo en este momento y desde anoche, y te aseguro que con una ducha fría no se me pasará... Así que creo que sí.- Mordí mi labio, conteniendo la risa.

-¿Puedes traerme una pastilla para el dolor de cabeza?- Lo miré suplicantemente.

-¿Ahora debo cuidarte la resaca?- Enarcó una ceja. Salí de su abrazo.

-No hagas nada, yo puedo sola.- Bufé.

-Es una broma, linda.- Envolvió su brazo sobre mi cintura más fuerte.- Te la traeré ya, a ver si luego tú me alivias.- Reí suavemente cuando la cabeza me retumbó.

-Eres un adicto.- Le acusé cerrando los ojos.

-¿A ti? Sí... Mucho. Ya vuelvo.- Se paró de la cama y cerré los ojos.

El cuerpo me temblaba, la cabeza me dolía y los ojos me ardían. Lo raro es que antes de ir a dormir, en la madrugada, me sentía bien, no perfecta pero sí bien. Al menos no tenía que ir al trabajo en todo el fin de semana y podía reponerme completamente.

-Ten.- Abrí los ojos para encontrarme a Louis ceñudo.- ¿Ves lo que te haces cuando bebes de esa manera?

-Calla.- Tomé el vaso de agua y los dos analgésicos.- No necesito regaños ahora, amor.- Frunció los labios como si se obligara a callarse.- ¿Por qué tardaste? Tu pobre esposa está muriendo.- Suspiró fuertemente.

-Me cepillaba los dientes... ¿Quieres desayunar algo?

-¿Cocinarás tú?- Asintió.- Prefiero no comer.- Dije con un toque de diversión en mi voz, lo miré y entrecerró los ojos.

-Cruel... ¿Quieres algo, princesa?- Sonreí como una tonta. Nunca me llamaba así, pero me encantaba.

-Solo jugo, amor. Y luego que vengas a dormir conmigo.- Louis suspiró.

-Vendré, pero no será a dormir precisamente.- Abrí mi boca fingiendo sorpresa.- Sí, linda. Te mantendré con la boca abierta... muy abierta.

-Sucio.

-Hermosa.- Mordí mi labio.

-Cállate y ve a hacerme mi jugo.- Le guiñé un ojo.

-Señora Tomlinson... creo que usted solo me utiliza.

-En un rato me utilizarás tú.- Le entregué el vaso y me recosté en la cama.

-¿Lo juras?- Preguntó ansioso.

-Sí, solo si se ha ido el dolor, que creo que es lo que pasará.

Louis salió pitando de la habitación. Para él no había mejor motivación que la promesa de buen sexo. Se lo hubiese dado antes de bajar, pero el dolor era inmenso. Yo también lo disfrutaba, estar con él era de los mejores placeres de la vida, pero no cuando la resaca me invadía.

En un momento cerré los ojos y me quedé levemente dormida. Recordé los hechos de los últimos días, y aún nosotros no habíamos hablado de cosas importantes, definitivamente, el sexo tendría que esperar. Ahora debíamos charlar sobre nuestra relación y sobre lo que se tenía que ir de todo esto para que pudiéramos seguir adelante... recordé la pastilla y me paré de la cama de un solo brinco, estaba a hora para tomármela, solo iba 15 minutos tarde a la hora común. Quizás eso me había despertado a pesar de mi salida de fiesta. Llevaba tantos años con la rutina de la píldora que era mecánico tomármela.

Cepillé mis dientes y volví a la cama y me cubrí completamente, de pies a cabeza con la fresca sabana. El analgésico ya estaba haciendo algo de efecto, y el dolor en la cabeza no era ya tan fuerte, aunque mi cuerpo tenía ese malestar incómodo. Seguí así más tiempo, hasta que las manos de mi esposo se infiltraron entre mi ropa interior. Gemí y quedé sentada en la cama inmediatamente.

-Te has quedado dormida.- Sonrió y me paso una bandeja con jugo y fruta.- Come y luego...

-Recordé que tenemos que hablar.- Puse la bandeja sobre mis piernas extendidas en la cama mientras Louis se pasaba las manos por el pelo ansioso.

-¿No lo podemos dejar para luego?

-No, llevamos mucho tiempo aplazando esta conversación. Necesitamos hablar, es urgente, Louis. Me tendrás en casa todo el fin de semana, y puedes hacer conmigo lo que quieras.

-Lo dices como si fuera una carga muy grande estar conmigo.- Dijo resentido. Analicé mis palabras anteriores y no guardé cuidado de que de pronto si sonaran un poco agresivas.- Pensé que te gustaba que te hiciera el amor.

-Me encanta que lo hagas. Lo interpretaste mal, amor. Lo siento.- Había algo en sus ojos, como si no me creyera.- Créeme, lo siento. Amo estar contigo, amo que me toques, amo cada instante que pasamos juntos. Me refería a que puedes decidir cómo quieres pasar la tarde de hoy y mañana, pero después de la conversación.- Asintió.- Es una manera de recompensarte por mis ausencias. Nunca dudes que me encanta estar contigo.

-Está bien.

-No te creo.- Sonrió levemente.

-Está todo bien. Hablaremos y luego pasaremos una tarde tranquila.

-Precisamente no voy a querer una tarde tranquila.- Deslice un trozó de fruta dentro de mi boca lentamente.- Creo que querré mucha acción hasta la madrugada.

-No es necesario que me digas lo que crees que quiero escuchar, linda.

-Sabía que no estaba bien. Sí lo quiero, es lo que más quiero. Mañana podríamos salir a almorzar un rato los dos solos o invitar a Zayn, Mary Ann, Paolo y Alex.

-Si así lo quieres.- Sonrió un poco más amplio, al menos le había convencido.

-Ven y comes fruta conmigo.- Golpeé la cama para que se sentara.

-Mi desayuno está en el pasillo.- Salió de la habitación y luego volvió con la bandeja en manos. Se sentó a mi lado y comimos en completo silencio.

¿Qué haría con mi celoso e inseguro Louis? Había tantas cosas por decir, tantas cosas por aclarar que eran clichés de nuestras discusiones. Era un tema eterno e inmutable. No solo dudaba de que fuera el único sino que también dudaba de que no disfrutara de mis tiempos con él. Si hubiese sabido que ese comentario solo iba a meterle más leña al fuego en vez de calmar la situación, no hubiese abierto mi boca. Louis era el único hombre para mí, y siempre lo iba a querer conmigo. Jamás me cansaría de él. No lo haría porque lo amaba demasiado además que era un hombre hermoso, y me conocía perfectamente. Siempre me daba lo que quería, me complacía en ese aspecto como ningún hombre lo había hecho, dada cuenta que antes de él, solo había tenido sexo con otro hombre, y mi ámbito de comparación era cerrado, con Louis siempre estaba satisfecha y sabía que era el mejor.

Amor, Pasion y Odio -Styles, Tomlinson y tu-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora