Cap. 30 Parte 1 "No puede seguir así"

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“No puede seguir así”

 

Parte 1

A las 7 de la mañana la alarma de un celular sonó. Abrí los ojos perezosamente y me encontré de la misma manera en cómo me había dormido la noche anterior, entre los brazos de Louis. Era demasiado guapo para ser verdad, y era mío. No quería despertarlo, y si no tuviera que ir al hospital me quedaría en la cama con él.

Me moví delicadamente para salir de la cama, pero sus brazos me tenían cautiva, al sentir el movimiento me abrazo más fuerte.

-Louis.- Lo llamé para que me soltara, pero de nuevo surtió el efecto contrario.

-No.- Dijo con voz adormilada.

-Tengo que ir a turno. Déjame levantarme.

 

-No… Quédate conmigo.

 

-No puedo Lou, por favor, debo ir a trabajar… Se me hace tarde.- Louis suspiró exasperado, abrió los ojos y me soltó.- Gracias.

 

-No tienes que trabajar, ya te lo he dicho.- Me levanté de la cama y ande hacia el cuarto de baño.- Tú puedes estar todo el día acá, siendo una esposa de verdad, no te falta nada __________. No quiero que trabajes.- Dijo irritado. Asomé la cabeza por la puerta que daba a la habitación, mi buen humor se fue a la basura.

-Luego hablaremos de eso y de un par de cosas más.- Me metí y cerré de un portazo.

Me duché lo más rápido posible, ya había perdido minutos valiosos y aún me faltaba preparar el desayuno y arreglar la ropa de Louis para la oficina. No podía creer que el pensara que no actuaba como una “esposa de verdad”, porque la verdad siempre estaba pendiente de sus cosas, nunca su ropa o cenas o cualquier cosa del hogar estaban en desorden, además que contábamos con la ayuda de Helen siempre.

Como todas las mañanas en la ducha, aproveche para tomar la pastilla del día. Al salir del cuarto de baño, busque un uniforme azul y me lo puse a medias. Saqué una bata limpia y la dejé a la vista para recordar bajarla y empacarla. A continuación arreglé el traje del día para Louis. Opté por uno negro, una camisa azul clara y una corbata negra y azul oscuro.

Salí con la ropa y la puse encima de la cama, donde Louis seguía sentado contra el espaldar, cruzado de brazos y con cara de pocos amigos.

Recordé mi bata y volví por ella, al regresar, Louis no había cambiado su expresión ni su posición, casi se podía afirmar que ni siquiera había respirado.

-Tu ropa de hoy.- Señalé las prendas encima de la cama.- ¿Qué quieres desayunar?

 

-Pensé que en tu ocupada vida no había algún espacio para mí… Pero gracias.- Su voz era fría y prendió en mí la ira que seguía represada de la noche anterior. Traté de calmarme y repetí de nuevo.

Amor, Pasion y Odio -Styles, Tomlinson y tu-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora