"Deja-vu"
Parte 2
Por último maneje hacía el supermercado a hacer algunas compras como vinos y pasabocas para la cena. Mi hermana había prometido cocinar y traer por su cuenta los ingredientes. Miré el reloj y ya eran las dos de la tarde. La familia llegaría a las cinco pero faltaban cosas por hacer y Louis estaba solo en casa. Conduje lo más rápido posible y al llegar encontré a Louis con el ceño fruncido sentado en la sala.
-Hola lindo, siento la demora.- Entre con las bolsas del supermercado. Los regalos los había dejado en el coche.
-¿Dónde estabas?- Preguntó visiblemente ofuscado.
-Te dije que iría al hospital a firmar una...- Me interrumpió.
-No me mientas, llamé al hospital y tú no fuiste... ¿con quién estabas?- Caminé hasta la cocina a dejar las bolsas mientras pensaba en algo. Louis me siguió. Dejé las compras sobre el mesón y me quedé mirando por la ventana pensando en algo. Él me cogió del brazo y me giró con fuerza.- Te pregunté que con quien estabas.- Dijo con fingida serenidad.- Respóndeme.
-Está bien, no fui al hospital en todo el día.- Louis rodó los ojos.
-¿En serio? No me digas.- Dijo sarcásticamente. Si no pensaba pronto tendríamos una discusión fuerte y casi podría apostar que pensaba que había estado con otro. Pero no quería dañar la sorpresa.
-Fui a lo de Alex a desearles buena navidad y eso...- Louis me apretó más el brazo.- Y me quedé hablando con Paolo y ya, se me pasó el tiempo... Luego yo... hice las compras y ya.
-Ven, entonces los llamaré para preguntarles.- Prácticamente me llevó a rastras a la sala.-No hay problema, ¿verdad?
-No te van a contestar porque van camino a Bolton.- Inventé rápidamente. Louis negó y cerró los ojos.
-Deja de mentirme. Alex llamó en la mañana...- Suspiré pesadamente. Si resolvía decirle la verdad, la sorpresa se arruinaría y dudaba mucho de que él me creyera después de todas las mentiras.- ¿Quién es? ¿Que fue eso o ese tan importante para que me dejarás tirado el día de mi cumpleaños?- Lo miré fijamente a los ojos y sentía la rabia en su mirada.
-Lou, yo...- Me quedé sin más palabras. Solo sentí que comenzó a apretar mi brazo más fuerte.- Me estás haciendo daño.
-¿No me vas a decir nada?- Apretó mi brazo y me zarandeó fuertemente.
-Tu dijiste que no ibas a volver a dudar de mí.- Dije en un susurro, y en vez de tranquilizarlo le dio más rabia y me apretó más duro, por un segundo pensé que me rompería el brazo.- Suéltame por favor.- No quería discutir con él, menos en navidad y en su cumpleaños.- Amor, me estás lastimando.- Me retorcí tratando de zafarme pero fue inútil.
-Solo sabes mentirme y ¿no quieres que dude de ti?- Dijo irritado para al final empujarme en el mueble con rabia.- ¡YO SABÍA QUE HABÍA ALGUIEN MÁS!- Gritó.- ERES UNA...- Inhalo fuertemente. Me levanté y traté de abrazarlo pero se alejó rápidamente dándome la espalda. Sentía estar en una especie de deja-vu
-No saques conclusiones falsas, déjame te explico.
-NO MÁS MENTIRAS- Gritó y se giró para tomarme de nuevo del brazo.- ¿NO TE CANSAS DE BURLARTE DE MI?
-Cálmate ¿sí?- Rogué. Claro que estaba nerviosa y le iba contar la verdad. Me arrepentía en ese instante de todas esas mentiras inocentes. Sentía el brazo dormido por la presión.- No cometamos los mismos errores dos veces, tu dijiste que ibas a cambiar.- Apretó la mandíbula y me apretó más el brazo.- Auuu... Suéltame por favor.- Una lágrima rodó por mi mejilla, y casi podía sentir los moretones de sus dedos marcando mis brazos. Me soltó y comenzó a caminar por la sala. Estaba más que furioso.
-No más mentiras.- Fue lo único que dijo.
-Siento haberte mentido... Pero no quería que te enteraras.- Se dejó caer en el sofá y me miraba atentamente.- Yo fui hasta Windsor a recoger tu regalo de cumpleaños, es una sorpresa yo no...- Me interrumpió.
-¿Ah sí? ¿Y dónde está el regalo?- Decía enojado.- No me creas tan estúpido.
-En serio, Louis. Está en el coche. Aquí tengo la factura con la fecha. Es de hoy.- Busqué en mi abrigo y saqué los papeles arrugados. Con manos temblorosas vi los recibos hasta que di con el que era.- Mira.- Se lo mostré en el aire.- ¿Me crees verdad?- Se levantó del sillón y me rapó el papel de la mano. Lo miró atentamente y luego suspiro.
-Yo...- Se quedó pensando.
-Tú... aún no confías en mí. Nunca va a ser suficiente lo que yo te diga ¿verdad?- Sonreí amargamente. Era triste, pero ese día los dos fuimos culpables. Él por desconfiar y yo por mentirosa. Inconscientemente me llevé una mano hasta el brazo y lo acaricié por encima de la tela.
-Perdón.- Susurró. Levantó la mirada y vio como masajeaba mi brazo.- Lo siento _________... ¿Te lastime demasiado?- Trató de abrazarme pero ahora yo fui la que se alejó.
-No...- Mentí.- Solo déjalo. Voy a arreglar las habitaciones y eso.- Sin más caminé hacía las escaleras.
Fui a la primera habitación que era la más grande, sería para las hermanas de Louis. Las cuatro eran chicas maravillosas y siempre nos habíamos llevado bien. Revisé que las sabanas estuvieran limpias, hubiese toallas y cobertores de sobra. La cama de esa habitación era grande, además de contaba con un sofá-cama, así que las chicas (que ya eran unas señoritas y estaban de hecho muy cercanas a mi edad) estarían cómodas.
Tomé un segundo para quitarme la chaqueta y los dos sacos que me había puesto en la mañana, para quedar solo con la camiseta, levanté la manga y vi las marcas en el brazo. La cabeza me dio vueltas y al tocarlas, me dolieron más de lo que pensaba. Tenía ganas de todo menos de discutir con Louis, así que decidí pasarlo por alto, solo por esa vez, porque había sido en parte mi culpa, pero eso no impedía que me sintiera triste y molesta. Me puse de nuevo solo uno de los sacos y tomé la chaqueta para dejarla en la habitación.
Así pasé por tres habitaciones más antes de ir al despacho para arreglar otro sofá-cama para Portia. Su novio no vendría con ella, así que estaría cómoda en el lugar. Estaba tratando de acomodar bien las patas del mueble, pero el dolor del brazo me lo hacía más difícil. De un momento a otro sentí unas manos rodear mi cintura.
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Amor, Pasion y Odio -Styles, Tomlinson y tu-
FanfictionInfiel La vida en un matrimonio es monótona... Siempre lo mismo, después de un tiempo siempre es lo mismo. Todos los dÃas, casa, trabajo, cena en silencio, cama. Cuando me case con Louis nunca pensé que serÃa asÃ. Que él se convirtiera en alg...