Si fueramos solo tu y yo

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      Akko y Diana se sorprendieron al ver a Andrew ahí, no llegaron a creer que fuera a estar ahí, les era algo extraño.
—¿Andrew? –preguntó Akko al verlo.
—¿Akko?
—¿Qué haces aquí?
—Ah, mi padre tuvo que venir por sus cosas de política y estaremos toda la semana aquí.
—Espera... ¿Estaremos? –dijo Diana entrando en conversación.
—Sí, también Frank se quedará.
       Akko y Diana intercambiaron miradas con cara de "¿Qué?", pero dejaron eso y fueron las demás que estaban con la piel de gallina.
—Lotte, deja de abrazar al árbol –dijo Akko al ver que estaba pegada al árbol por el susto.
—N-no n-nos va a hacer nada, ¿verdad? –dijo Lotte con la voz temblorosa.
—No... solo es Andrew.
—E-esta bien.
      Lotte se separó del árbol algo apenada y se dedicó a mirar el lugar con los ojos.
—Oigan... –Sucy aparece detrás de Akko, causando que está cayera de sentón al suelo.
—¿Estás bien? –pregunto Diana con preocupación.
—Estoy bien, no te preocupes.
       Akko se levantó y pudo ver a Sucy con su cara seria (como de costumbre) la miraba, y esto causó que Diana empezará a ponerse celosa.
—¿Qué traes en la mano? –pregunto Akko al notar que está traía algo sospechoso en la mano.
—Esto... solo son hongos, pero estos parecen algo especiales, jamás había visto esta clase de hongos.
—Dee acuerdo, Diana y yo iremos... Por algo de tomar.
       Akko tomó la muñeca de Diana con algo de sutileza y se fueron de ahí para apartarse de ese momento incómodo, en verdad lo era.
—Eso fue muy incómodo –dijo Diana rascándose la mejilla.
—La verdad sí, pero mejor ahí que ir a explorar un poco, ya sabes, fuera de aquí.
—Akko, no conocemos aquí, nos perderíamos.
—Vamos Diana, no seas aguafiestas.
—No lo soy, es solo que sería imprudente.
—Hmm... Esta bien, solo por que tu lo dices, jeje.
      Pasaron unos treinta minutos cuando la profesora Ursula (ejem... Chariot), anunció que irían a un poblado cercano como un descanso, y para que conocieran un poco.

—Este lugar es genial –dijo Akko con asombro.
—Tienes razón, es uno de los mejores lugares que haya visto.
       Akko pudo divisar un restaurante que estaba a unos 20 metros, lo cual hizo que el estómago de Akko hablara.
—Parece que alguien tiene hambre –dijo Diana dándole unos golpecitos con el codo a Akko.
—C-claro que no... –el estómago de Akko volvió a gruñir– Traidor.
—Jeje, vamos a comer, no te contengas.
—... Esta bien.
       Akko y Diana fueron a aquel restaurante que era de comida típica del lugar, y esperaban que no les hiciera daño.
—Sí que tienen buen gusto –dijo Akko al ver el lugar con muebles de roble y con algunos adornos.
—La verdad sí.
      Akko y Diana se sentaron en una de las mesas y casi de inmediato les dieron el menú.
—Vaya, si que tienen un gran repertorio.
—Em... Solo un poco, la mayor parte de estos platillos los conozco.
—No creo, son demasiados como para que sepas sobre casi todos.
—Difícil de creer ¿no?
—Sí, pero si viene de tí, te creeré.
—Que contradicción.
—Ya me conoces –dijo está con algo de sarcasmo.
        Unos minutos después un mesero llegó y les tomó la orden, ambas pidieron algo ligero, bueno, Akko pidió un plato fuerte ya que su apetito era mayor al de Diana.
         7 minutos después las órdenes de Akko y Diana, y sin más empezaron a comer. Al cabo de unos momentos, Akko recordó que Amanda no aparecía al igual que Constanze que había salido en su búsqueda.
—Diana...
—¿Qué pasa?
—¿Sabes algo de Amanda y Constanze?
        Diana se petrificó por la pregunta de Akko, ya que al igual que ella, no se acordó sobre lo de esas dos, hasta ahora.
—La verdad no, pero espero que estén bien.
—Yo también, aunque ella haya hecho eso, aún es mi amiga –dijo Akko con un tono melancólico.
—Tranquila Akko –dijo Diana que le tomó su mano–, aparecerán pronto.
—Eso espero, no quiero que les pase algo malo.
       Diana le dió una sonrisa a Akko, y está se tranquilizó, y siguieron comiendo con normalidad.
                     *En otro lado*
—¡Amanda! –gritaba Constanze para poder recibir una respuesta, pero el eco de su voz era lo único que se oía.
 

Quiero que seas míaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora