La brisa de la mañana era bastante reconfortante para todas las chicas ahí, pero más para la castaña. Akko se levantó apenas y sintió los primeros rayos de sol en su rostro, tenía que tener todo preparado para la tarde, no quería dejar algún cabo suelto aunque, más bien quería que nada saliera mal y hacer el ridículo. Muy bien, llegó la hora. Akko se puso ropa casual y salió de su cuarto, pero se encontró con Diana en el pasillo, algo que no se lo esperaba, creía que estaría aún dormida o leyendo algo en su cuarto.
-Buenos días Akko -saludó Diana a Akko.
-B-buenos días Diana -dijo Akko tratando de no verse nerviosa.
-¿Pasa algo? Te ves tensa -dijo Diana con una preocupación bastante obvia.
-N-no es nada, ¿pero que haces aquí tan temprano?
-Queria verte -Diana se acercó a Akko y la abrazo-. Extrañaba abrazarte otra vez.
-No es para tanto. De todos modos, tendremos el fin de semana.
-Sí. Tienes razón -Diana se separó de Akko-. Bueno, tengo que irme, nos vemos en la tarde.
-Esta bien, nos vemos. Te amo.
-Yo también te amo. Hasta luego -Diana le dió un beso en la mejilla y se retiró.
¿Por qué diablos eres tan tierna? Se dijo Akko mientras caminaba en sentido contrario al de Diana, tenía que ir por todo lo necesario para hacerle una pequeña sorpresa, y vaya que eran bastantes cosas, así que no había tiempo que perder, cada segundo contaba para Akko, y más aún que esta ocasión que no tendría alguien que la ayude. Muy bien. Tengo mucho que hacer este día. Solo espero que Diana no sospeche de mi... Definitivamente debí considerar hacer otra cosa. Será muy arriesgado conseguir aquellas pócimas, pero todo sea por Diana.
Luego de tomar pócimas prestadas sin decirle al dueño, Akko se dirigió a un pequeño valle a las afueras del pueblo para poder preparar todo lo necesario para cuando la noche llegué, pero claro que eso de robar no era lo suyo, lo hacía por una "buena" causa, como dicen por ahí: A veces, para hacer el bien tienes que ser el tipo malo. Al menos quería creer eso.*Mientras tanto, momentos después en la habitación del equipo rojo*
Sucy estaba en el cuarto buscando unos cuantos frascos que había dejado en su escritorio.
-Oye amor -dijo Sucy mientras revisaba todo el escritorio-, ¿no viste unos frascos que dejé aquí?
-N-no -respondió Lotte, que estaba en la cama de Sucy; desviando la mirada de su libro Nightfall -, ¿por qué te interesa tanto?
-Bueno -Sucy dejó aún lado su búsqueda y se sentó en la cama para estar un tanto cómoda-. Esos frascos contienen pócimas experimentales, y no sé si tenga algún efecto secundario o algo por el estilo.
Lotte pudo notar que Sucy estaba muy tensa y estresada, y claro que esto no le gustaba para nada. Así que Lotte se acercó más a ella y la abrazó por la espalda mientras acomodaba su barbilla en el hombro de su novia.
-... No te pongas así -le susurró Lotte a Sucy en el oído -. No me gusta verte tensa.
-No es para tanto Lotte, es solo que... Después de tanto esfuerzo, esto pase -Sucy trataba de no molestarse, no quería mostrarse así enfrente de Lotte.
-Ya, ya, pero sabes, tienes algo aún más importante que los hongos y las pócimas.
Sucy claramente entendió la indirecta de Lotte, y tenía muchísima razón. Ella era aún más importante que sus pócimas, y era Lotte, la única que hacía que su corazón se acelerara, tanto que incluso hacía que se volviera un poco boba.
-Siempre encuentras la forma para que me sienta mejor -dijo Sucy, fijando su mirada en Lotte.
-Jeje, te conozco mejor que nadie.
Lotte se separó un poco de Sucy y luego la besó en los labios, el cual fue correspondido.
-Oye, ¿quieres salir un rato? -preguntó Lotte con un tono dulce.
-Claro. Vamos.*De vuelta con Akko*
Era ya aproximadamente mediodía y a Akko aún le faltaba mucho , ni siquiera llevaba la mitad, y claramente con ayuda le faltaría menos, pero bueno, ya no había marcha atrás. La próxima vez las persuadiré más jejeje... Para su buena suerte, al menos en esos momentos, es que aún tenía tiempo, incluso de sobra, aún si no debía descuidarse en absoluto.
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Quiero que seas mía
RandomDesde hace meses, desde la liberación del Gran Triskellion, un nuevo sentimiento en Akko surge hacia una cierta rubia, la futura heredera, Diana Cavendish. Ella no puede explicarse el por qué, pero cada vez que está cerca de ella su mente se alborot...