Un alumno nuevo

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          Akko y Diana se hallaban en el Ley Line de vuelta a Luna Nova, y Akko estaba algo pegada a Diana con algo de precaución, ya que no quería que pasara lo mismo que el primer día cuando llegó a Luna Nova.
           El viaje duró poco más de una hora, salieron del Ley Line y ya estaban sobre Luna Nova, se dirigieron al patio y ahí aterrizaron, bajaron de sus escobas y se fueron a sus cuartos para poder cambiarse y volver a sus clases.
—...Entonces te veré luego de clases –dijo Akko a Diana que estaba por abrir la puerta de su cuarto.
—Sí, te estaré esperando –Diana le dió un pequeño beso en la mejilla–. Anda, ve a cambiarte, que pronto empezarán las clases.
—Esta bien, nos vemos luego amor.
          Akko fue rápidamente a su habitación, llegó, abrió la puerta y notó que Lotte y Sucy ya no estaban, así que supuso que ya se habían ido,y sin más empezó a cambiarse de ropa, tomó el material necesario para sus clases y salió a toda prisa hacia el aula.
           Akko llegó con unos 2 minutos de anticipación y ocupó su lugar, justo en medio de Lotte y Sucy.
—¿Y tú a qué hora llegaste? –preguntó Sucy.
—Como hace unos 15 segundos.
—No. Me refiero que cuando llegaste a Luna Nova.
—Ah, como hace unos 8 minutos.
—Ok, digamos que es impresionante.
—¿Por?
—Llegaste, te arreglaste y llegaste antes de que empezaran las clases.
—Oh, alabada sea yo, jaja –dijo Akko en broma.
           La profesora Finnelan entró al aula y todas se callaron en cuestión de segundos.
—Buenos días chicas –saludó Finnelan–, les aviso que tendremos un nuevo alumno de hoy en día. Por favor, pasa y preséntate.
           Aquel alumno pasó y se quedaron impresionadas al verlo, ya que era el primer varón que ingresaba a Luna Nova.
—Hallo, soy Adler, vengo de Alemania, y, espero que nos podamos llevar bien.
—Bien, pasa a tu asiento, es junto con la señorita Yanson.
          Adler empezó a ir hacia su lugar, mientras Sucy lo miraba como si fuera lo peor, ya que el se sentaría a lado de su novia, y eso le molestaba bastante.
—¿Qué hay? –saludó Adler a Lotte.
—H-hola Adler –Lotte devolvió el saludo algo tímida.
—Silencio por favor... Bueno, hoy veremos algo de magia avanzada, así que abran sus libros en la página 371...
          Será un día largo, pensaron las 3 chicas cuando inició a hablar Finnelan, sabiendo que ella era bastante exigente y muy mal humorada, aún por varios cambios que hubo tiempo atrás, seguia siendo gruñona.

          Luego de 3 horas de clases, las chicas salieron del aula y se dirigieron al comedor, de no mencionar que Akko salió disparada de ahí, ya que quería ver a Diana como si fuera de vida o muerte. Mientras con Lotte y Sucy, ellas salieron con toda tranquilidad, solo que Lotte sintió que la miraban, así que volteó y vio que Adler la estaba mirando, así que solo desvío la mirada y se pegó más a Sucy.
—¿Pasa algo amor? –preguntó Sucy con ternura.
—N-no es nada, es solo que... Ese chico me está mirando, y me incomoda.
—No te preocupes, yo ire a hablar con el, si quieres adelantate al comedor.
—Solo no te pases con el.
—Tu tranquila, solo le diré que te deje de molestar.
—Esta bien, nos vemos allá.
          Lotte se retiró del aula y Sucy fue donde estaba Adler, aún sentado en su lugar.
—Oye –Sucy le habló pero Adler no hizo caso omiso– ¡Te estoy hablando!
—¿Qué pasa? –respondio Adler al escuchar tremenda exclamación.
—¿Se puede saber por qué miras a Lotte?
—¿Es la que está a lado tuyo?
—Sí, ella misma.
—Bueno, es que ella se ve linda, ya sabes, su cara, su cabello, pero también porque...
—Ya cállate –interrumpio Sucy molesta–. No vuelvas a molestarla, y no me importa que digas que solo la miras, a ella le incomoda, y si me entero de que la vuelves a molestar, no respondó, ¿capichi?
—Esta bien, está bien, te lo prometo.
—Más te vale.
          Sucy se retiró del aula y se dirigió al comedor algo más calmada, fue por su almuerzo y fue donde estaban Lotte, Akko y Diana.
—¿Por qué llegaste hasta ahora? –preguntó Akko.
—Bueno, tuve arreglar un pequeño asunto con el chico nuevo –respondio Sucy.
—¿Chico nuevo? –dijo Diana extrañada.
—Ah, se me pasó decirte. Hay un chico nuevo que acaba de entrar, se llama Adler.
—¿Y no te coqueteo verdad Akko?
—No, tranquila Diana, no hizo nada de eso.
          El pequeño grupo de chicas hablaban de ese tal ingresado, pero solo por unos 5 minutos, ya que casualmente Adler se acercó a las chicas.
—¿Qué hay chicas? –dijo Adler con tono suave.
—Ah, así que eres Adler, ¿cierto? –preguntó Diana.
—Sí, pero como yo ni conozco a nadie, jejeje.
—Pues déjanos presentarnos: yo soy Diana Cavendish.
—Yo soy Atsuko, pero puedes llamarme Akko.
—Soy Lotte.
—Yo soy Sucy, y solo quiero recordarte sobre no molestar a Lotte.
—Esta bien Sucy, no lo haré, es solo que... Me recordó a mi difunta madre.
          Adler bajó un poco la cabeza algo desanimado, y eso preocupó a Akko, ya que, como sabrán, se preocupa por la gente.
—¿Y eso cuando pasó? –preguntó Akko acercándose a Adler.
—Hace 4 días, por un cáncer en sus pulmones, y... no fue atendido a tiempo y se expandió más. Así duró varios años hasta que pasó lo inevitable.
—Oye chico –Diana se incorporó–, te entiendo, yo también perdí a mi madre, solo que era más jóven, y ya lo superé en cierto punto.
—No es necesario que me consueles. He perdido muchos seres queridos, así que enterarme de que mi madre, no fue tan devastador como yo creía...
 

                       Mientras tanto
          Hanna estaba desde fuera del comedor, mirando al chico nuevo, soltando varios suspiros.
—Es tan guapo –susurró Hanna aferrándose a la pared.
—¿Quién está guapo? –dijo Bárbara que apareció atrás de ella, haciendo que soltara un pequeño grito.
—¡¿B-barbara?! ¿Q-qu-que haces aquí? –dijo Hanna toda nerviosa y ruborizada.
—Solo vine a ver a Diana por que tengo un par de dudas. ¿Y tú? No sé supone que deberías estar con Finnelan.
—S-sí, pero ya se resolvió, así que yo... Eeehh... –Hanna estaba muy nerviosa, no quería que se enterará que miraba al chico nuevo.
—Bueno, iré con Diana, nos vemos luego.
—S-sí, nos vemos.
          Bárbara entró al comedor, mientras que Hanna aún se mantenía ahí, parada, mirando hacia la nada, hasta que decidió ver dónde estaba el grupo, pero al no ver al chico nuevo, se desilusionó un poco y se disponía a marcharse, pero cuando se volteó, ahí estaba el chico nuevo.
—¡Aaaah! –exclamó Hanna.
—Tranquila, tranquila, yo no muerdo.
—N-no es eso, es solo que me diste un susto.
—Ah, lo siento, es que como te vi algo perdida, pues, decidí ir a ver que tenías.
—E-eso no era necesario, e-estoy perfecta.
 —Esta bien, si no tienes nada, me retiraré.
          Adler estaba a punto de irse, pero Hanna lo tomó de la manga y lo detuvo.
—¿Qué pasa?
—¿C-cual es tu nombre? –preguntó Hanna desviando la mirada.
—Me llamó Adler, ¿y tú?
—H-hanna.
—Es un bonito nombre –dijo Adler un poco coqueto.
—G-gracias.
          Se quedaron un momento en silencio e incomodó mucho a los dos, hasta que Hanna decidió hablar.
—¿N-no querrás... ir al comedor a comer algo?
—Claro, no he comido, jeje.
—Hm, ya somos dos.
          Hanna toma el brazo de Adler como si fueran pareja y entraron al comedor, sin importarles mucho si los veian, ambos sentían que habían encontrado a esa "persona".

          Hanna y Adler estaban en la clase de Lukić, y tenían que hacer un par de pociones, pero ellos hablaban más, y hacían un poco a lado el trabajo, pero después de unos 15 minutos cuando tocaba en probar las pociones, ambos salieron bien.
          Luego de la clase de pociones, los dos fueron al patio antes de que el toque de queda se llevara a cabo.
—... Adler, eres muy exagerado –dijo Hanna dándole un pequeño empujón.
—No, de verdad pasó, es solo que es algo que no se ve todos los días jeje.
          Hanna soltó un suspiro y se sentó en el pasto, y posteriormente Adler se sentó junto a ella, como el sol se ocultaba lentamente.
—Oye Adler... –Hanna estaba un poco nerviosa, y jugaba con su cabello.
—¿Qué pasó?
—¿En qué cuarto te tocó?
—Por lo que me dijeron, me toca en el cuarto donde estás.
          Hanna se sintió un poco feliz por eso, ya que tal vez Adler podría dormir con ella, y le encantaba esa idea.
—¿P-pero sabes cómo llegar?
—No, pero tal vez tú... –Adler acercó un poco su mano a la de Hanna, casi tocando sus dedos– Me ayudes.
—Tal vez.
          Ambos se quedaron viendo por unos momentos antes de que desviaron sus miradas, llenos de vergüenza. Diablos, no se puede poner peor, pensó Hanna que volvió a voltear, y estaba a solo centímetros de besar a Adler, y este último se alejó un poco.
—Hanna... –Adler se puso un poco nervioso.
—¿Sí, Adler?
—Me preguntaba... si tú... ¿Ya quieres entrar?
           Aah, que tonto soy, se dijo a si mismo al decir tremenda tontería, pero no pasó algo estúpido como pensó.
—S-sí, el toque de queda esta por comenzar, mejor vamos adentro.
          Ambos se levantaron del pasto y fueron al interior, dirigiéndose al que sería su cuarto el último año en Luna Nova.
             Mientras con Akko y Diana
 

        Akko y Diana estaban en el cuarto bebiendo algo de té en lo que llegaban Hanna y Bárbara, que estarían próximas a llegar.
—Amoor –dijo Akko recostandose en el hombro de Diana–, quiero hacer algo, estoy aburrida.
—¿Y si... –Diana le levantó un poco la barbilla y la besó en los labios.
—Dame uno más –dijo Akko señalando sus labios.
—Como quieras mi amor –dijo Diana antes de volver a besar a Akko, solo que estás vez, fue más apasionado.
          Así estuvieron un par de minutos, hasta que unos golpes en la puerta las interrumpió.
—¿Quién es? –preguntó Diana.
—Soy yo, Hanna –respondió Hanna desde.
—Pasa Hanna.
          Hanna entra al cuarto junto con Adler y esto dejó impactadas a Akko y Diana.
—¡¿Adleeer?!
       

Quiero que seas míaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora