No es suficiente

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           Tánatos miraba la esfera como si fuera lo más hermoso que haya visto y con su brazo la rompió y de ella surgió una brillante luz que lo volvió a su forma original.
—Ahora –dijo Tánatos con una voz excitada–. Podré tener lo que quiera... ¡¿Lo escuchaste Zeus?! ¡No podrás detenerme!
           Amanda saltó y apenas y le hizo un corte en su brazo pero este se recuperó en cuestión de segundos.
—¿Pero que... –Amanda fue golpeada por Tánatos y salió disparada a un árbol, dejándola inconsciente.
—¡Amanda! –gritó Constanze y fue hacia donde estaba, pero Tánatos la atacaba y no le permitía avanzar.
           Constanze sacó su arma y empezó a dispararle, Tánatos se cubrió la cara al ser demasiados proyectiles y Constanze aprovechó para ir donde estaba Amanda y auxiliarla mientras las demás luchan contra él.

           Akko y Diana estaban ya a pocos metros del conflicto y pudieron apreciar el cambio que tuvo Tánatos pero no del por qué. Sé aproximaron con bastante precaución y al estar al rango empezaron a atacarlo, y Tánatos se dio cuenta de esto y centro su atención en ellas.
           Tánatos lanzó un golpe pero lo falló y las dos contraatacaron pero no le hizo mucho daño; mientras tanto con Constanze, ella sostenía a Amanda que estaba muy mal.
—Vamos Amanda, te llevaré a la enfermería, tal vez encuentre algo para que...
—Shhh... Ya –Amanda empezó a toser algo de sangre–... No puedes hacer nada.
—¡No digas eso, aún puedo salvarte!
—Lo siento, d-dejame... Ayuda a... las chicas –Amanda dio su último suspiro de vida y finalmente murió.
—¿Amanda? Vamos no seas tonta, te sacaré de aquí... ¡No me hagas esto Amanda! –Constanze empezó a llorar muy fuerte mientras abrazaba el cuerpo de Amanda.
          Lotte, que era la que estaba más cerca fue hacia Constanze para que salieran de ahí.
—Tenemos que irnos Constanze –dijo Lotte muy apurada.
—¡Déjame! ¡No me iré de aquí!
—Maldita sea, ya no puedes hacer nada por ella.
          Lotte empezó a jalonearla y al principio se resistió, pero al final cedió, viendo por última vez a su amada.
          Entre varios movimientos bruscos, Bárbara pudo liberarse de la trampa de Tánatos y empezó a buscar a Hanna, ya que entre tantos movimientos de Tánatos hizo que su cuerpo se moviera y la perdiera de vista.

           Hanna a duras penas se levantó del suelo y empezó a dirigirse al interior de Luna Nova, hasta que una voz bastante familiar la detuvo.
—¡Hanna!
—¿B-barbara? –dijo en una voz muy baja, mirando lentamente hacia atrás.
             Barbara no pudo evitarlo y sin más abrazo a Hanna con fuerza, estaba muy feliz de verla sana y salva.
—¿Estás bien? ¿No te pasó nada? –Barbara empezó a revisar a Hanna.
—S-solo tengo unos rasguños pero nada mas...
—Vamos, hay que sacarte de aquí.

                   *Mientras tanto*
           Akko y Diana estaban cubiertas en una pared al ser fuertemente atacadas por Tánatos; Diana resultó herida y utilizó su magia para curarse y no morir desangrada.
—... Es un bastardo, tenemos que acabar con él como sea –dijo Diana mirando con cuidado hacia donde estaba.
—Creo que se como ¿Ves aquello que tiene en el pecho?
—Sí, es como una coraza pero que tiene que ver.
—Tal vez ahí esté su punto débil. Solo necesitamos la energía suficiente para romperla.
            Diana se quedó pensando en lo que había dicho Akko, tenía algo de sentido ya que lo habían atacado con sus hechizos de ataque pero no resultaban.
—Podria funcionar –dijo Diana mirando a Akko–, pero necesitamos a las chicas para lograrlo.
             Ambas salieron sigilosamente de su escondite para buscar a las demás y con suerte, Tánatos no las vio y siguió buscándolas.
—Vamos pequeñas, salgan –Tánatos dio varios golpes a los árboles–. Prometo no hacerles daño.
           Constanze estaba a nada de salir y confrontarlo por haber asesinado a Amanda, pero entre todas la tomaron y la sentaron a la fuerza.
—Maldita sea Constanze cálmate –susurró Sucy molesta–. Harás que nos maten.
—¿Y? Yo seré la que acabe con el después de lo que hizo.
—Sabemos lo que hizo, pero es muy poderoso como para que lo enfrentes sola.
           Constanze solo cedió y se calmó, pero no podía soportar que esa cosa le arrebatara a la persona que más amaba. Tenía que hacerlo pagar a cualquier precio, no se quedaría con los brazos cruzados.
—¿Y cómo piensas en derrotarlo? –le preguntó Constanze a Sucy.
—La verdad no tengo la menor idea, solo sé que nosotras nada más no podemos.
            En ese momento Akko y Diana llegaron con el grupo y obvio se asustaron pero no llegaron a gritar.
—¡Akko! –dijo Lotte feliz al verla de nuevo– Que bueno que estás bien.
—Tambien me alegro de verlas... Por cierto, ¿Dónde está Amanda?
            Todas cambiaron su expresión a una triste, viendo que algo le había pasado y preocupó bastante a Akko.
—¿Que le pasó?
—Ella... Falleció. Tánatos la asesinó –dijo Constanze soltando unas lágrimas.
—No puede ser...
—Ahora no es el momento de ponernos sentimentales, tenemos problemas mayores –dijo Diana viendo como Tánatos hacia destrozos.
—Tienes razón pero tienes un plan. ¿Verdad?
—Digamos que sí...
           Diana les explico un plan que tenía en mente para derrotar a Tánatos y que se fuera de una vez por todas, sin antes pedirle un pequeño favor.
—¿Entendieron chicas? –preguntó Diana por si tenían cualquier duda.
—No, estamos listas.
—Bien, es hora de darle una lección a ese imbécil.
           Todas empezaron a dispersarse, sabían que era arriesgado, pero al menos tenían que intentarlo y si no funcionaba, al menos morirían dando la cara.

           Tánatos estaba ya harto de buscar y empezó a golpear cualquier cosa que viera o que se moviera, cualquier cosa era una pista para encontrarlas.
—Saben –dijo Tánatos dando más rápidos los golpes–, están empezando a hartarme, salgan y tal vez no las mate.
            Akko, que estaba más cerca de él, así que salió de su escondite y fue hacia otro árbol, Tánatos la alcanzó a mirar y se preparó para atacarla.
—¡Aaargh! –Tánatos dio un fuerte golpe a la tierra pero no logró hacerle nada y solo logró que ella pudiera esconderse de nuevo.
          Mientras, Sucy, Lotte y Constanze fueron hacia un pequeño cuarto oculto de esta última para conseguir un cañón que había hecho hace tiempo.
—¿Desde cuándo tienes este arsenal? –preguntó Lotte impresionada y con miedo.
—Lo tengo desde hace tiempo, por si acaso pasara algo que nos pusiera en peligro.
—Pues vaya que si te luciste –dijo Sucy mirando un poco las armas–, pero mejor saquemos el cañón antes que sea demasiado tarde.
—Tambien llevemos unas cuantas, solo coloquense la correa en el hombro.
          Todas tomaron un rifle alimentadas por magia, se la colgaron en el hombro, fueron hacia el cañón y empezaron a empujarlo hacia el elevador.

          Mientras, las otras 3 chicas distraían a Tánatos como podian, pero al ser tan grande se le dificultaba un poco moverse, así que invocó unos cuantos de sus servidores.
—Βρείτε τους και τους φέρτε σε μένα –le dijo Tánatos a sus servidores y sin más se dispersaron.
            Las 3 pudieron ver aquellas cosas que caminaban lentamente por la zona, mirando los costados y la parte superior de los árboles para encontrarlas.
—Oh mierda, esto es malo –dijo Diana viendo que esas cosas se acercaban más.
—Espero que las chicas lleguen.
           Al terminar de decir eso, se escuchó un estruendo a sus espaldas y al igual que ellas y los servidores de Tánatos voltearon, pero para desgracia de ellos el proyectil impactó sobre ellos.
—Justo a tiempo chicas –dijo Akko viendo a las chicas junto al cañón.
—Ja, claro que sí... Ahora acabemos con ese bastardo.
           Lotte, Sucy y Constanze siguieron empujando el cañón mientras Akko, Diana y Jasminka las escoltaban por si quieren atacarlas de nuevo esas cosas.

Quiero que seas míaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora