Día de campo parte 1

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          Los rayos de la mañana golpearon las caras de la pareja que dormía plácidamente en la habitación después de un día lleno de cosas raras y divertidas, y ambas deseaban que esos días nunca acabaran. Diana despertó y se quedó viendo a Akko. Minutos después, Akko despertó y pudo apreciar que Diana la estaba mirando.
—Buenos días amor –dijo Diana con una sonrisa.
—Buenos días a ti –dijo Akko que se acercó a Diana y la besó dulcemente en los labios.
—¿Cómo dormiste cielo?
—Bastante bien, como en las nubes.
—Jeje, te apuesto que sí, pero mejor bajemos a desayunar.
—Esta bien amor.
           Ambas se quitaron sus pijamas y se pusieron ropa corriente, acomodaron la cama, salieron de la habitación y bajaron al comedor, viendo que todos ya estaban ahí.
—Buenos días familia –dijo Akko.
—Ah, buenos días Akko –dijo su padre que estaba sentado junto a Ichiro y Nyoko.
—What's up? –dijo Ichiro como si fuera alguien de barrio.
—Eso no era necesario Ichiro.
—Solo estoy jugando Akko, no te pongas tus "moños".
           Akko solo ignoró el comentario de Ichiro y se sentó en la mesa con Diana y empezaron a comer sin antes agradecer la comida.
—Oye Nyoko –empezó a hablar Akko–, ¿qué... hiciste con ese barco a escala?
—Bueno, estuve revisando que no fuera falso, porque a veces son unos tramposos, pero empecé a escuchar ruidos raros que venían de tu cuarto...
          En ese momento, Diana escupió el agua que estaba tomando al escuchar lo que había dicho Nyoko, a parte de ponerse muy roja y apenada, y Akko reaccionó de la misma manera que Diana, solo que ella no estaba tomando agua.
—¿Qué? –preguntó Nyoko al ver a Diana y Akko bastante apenadas.
—N-no es nada Nyoko.
—Eeehh... –se incorporó Ichiro–. No es por involucrarme pero, ¿qué fue lo que escuchaste?
—Bueno, eran como si fueran fantasmas o algo así, no lo sé, así que me acerqué para escuchar con más detalle, pero en ese momento llegaste y me llevaste a tu cuarto.
—Niños. No creo que sea apropiado hablar de eso en la mesa –dijo la madre incómoda al igual que Akko y los demás, a excepción de Nyoko que estaba muy, pero que muy confundida. ¿Habrá dicho algo malo?
          Siguieron comiendo en silencio, pero la incomodidad se sentía en el ambiente, apenas y se intercambiaban miradas, Akko y Diana aún seguían apenadas, creían que no habían sido descubiertas, pero todas sus creencias se derrumbaron en un abrir y cerrar de ojos (palabras inspiradas en una canción de emanuel :v), así que lo mejor que podían hacer era fingir que nada pasó.

          Akko y Diana estaban en el sillón sentadas viendo la televisión, hasta que los padres de Akko fueron e interrumpieron a ambas.
—Chicas, ¿podemos hablar un momento? –dijo su madre un poco apenada.
—C-claro mamá –dijo Akko nerviosa.
         Los padres de Akko se sentaron junto a ellas y las miraron.
–Chicas... Queremos preguntarles algo íntimo, no nos lo tomen a mal pero..., ¿ya han tenido relaciones?
           Akko y Diana se sonrojaron mucho y desviaron sus miradas muy avergonzadas por la pregunta, revelando que ya lo habían hecho con anterioridad.
—Bueno... Por lo que veo ya lo han hecho, y solo tengo que decirles que tienen que hacerlo con seguridad y sé que a veces se les alteran las hormonas y eso, pero no lo hagan aquí, Akko, es por Nyoko en especial, por favor...
—D-de acuerdo mamá.
—Bien... Pero dejando eso –habló el padre de Akko–, vayan alistandose.
—¿Pero por qué? –preguntaron ambas al unísono.
—Chicas, iremos a acampar.
—¿En serio?
—Sí, un amigo nos invitó a ir a su campamento.
—Suena genial, ¿no lo crees Diana?
—Sí, sería bueno en salir a respirar algo de aire fresco.
—Entonces no se diga más, vamos al campamento.

           Todos ya estaban en la camioneta, dirigiéndose al campamento que el padre de Akko había mencionado, Ichiro solo estaba escuchando un documental con Nyoko con unos audífonos para no molestar a sus padres o a su hermana, por su parte, Akko estaba con Diana en la parte de atrás hablando un poco.
—¿Qué crees que haya en el campamento? –preguntó Akko ansiosa.
—No lo se, pero creo que debe haber   algunas actividades.
—Ojala...
          Después de un viaje de 1 hora y media, llegaron a un pequeño bosque y no fue mucho tiempo de más que estuvieron viajando, por así decirlo, hasta llegar a un pequeño campamento en donde estaba un hombre parado.
—Bien chicos, llegamos, vayan bajando, yo iré a estacionar el coche.
          Todos bajaron de la camioneta, tomaron sus cosas y se dirigieron a donde estaba aquel hombre, que la madre de Akko lo saludó como si conocieran de toda la vida.
—Hola Enrique –la madre saludó a aquel hombre que era desconocido para los demás.
—¿Cómo estás Naomi?, tiempo sin vernos –dijo Enrique de vuelta.
—Bien, gracias por preguntar.
—Por cierto, ¿dónde está mi tocayo?
—Fue a estacionar el coche, no ha de tardar mucho.
—Esta bien, pero, pasen, no quiero tenerlos parados todo el día, jeje.
          El grupo se adentró al campamento, donde había otras tantas familias conviviendo, un pequeño río y varias cabañas.
—Wow, ¿hace cuánto tienes este campamento? –preguntó Naomi sorprendida.
—En teoría no es mío, solo soy empleado aquí, y nos a ido bastante bien.
—Ya veo... Oye, sobre tu amigo Víctor, ¿se encuentra bien?
—Sí, me contó hace poco que su esposa está en el hospital, solo espero que se recupere.
          Enrique y Naomi seguían hablando sobre sus vidas, y ésto incomodaba a Akko, a Diana y a los demás.
—Akko, ¿hace cuánto se conocen? –susurro Diana a Akko.
—Ni la más remota idea, he sabido que mi mamá tiene amigos, pero no un amigo como el.
—Ya veo, pero este tiene un acento peculiar, no es del todo japoneses o inglés.
—Pues quien sabe...
—Es mexicano –se incorporó Nyoko, haciendo que Ichiro, Akko y Diana voltearan hacia ella.
—¿Y tú cómo sabes? –preguntó Ichiro.
—Bueno, voy a unos cursos de español y me enseñaron el tono que tiene un mexicano al hablar otro idioma.
—Rayos viejo, voy a hablarle a los rusos –dijo Ichiro bromeando.
—¡Ichiro!
—Bueno, nosotras los dejamos, iremos a inspeccionar el lugar.
           Akko tomó la mano de Diana y se apartaron de Ichiro y Nyoko, yendo a un lugar más tranquilo; caminaron por un rato hasta que llegaron a un pequeño puente de madera que estaba sobre un rio.
—Creo... Que es un buen lugar. –dijo Akko un poco nerviosa ya que había un par de personas cerca.
—Sí.
          Empezaron a caminar por el puente tomadas de la mano, pero se detuvieron en la mitad del puente y empezaron a mirar el río.
—Akko... –dijo Diana con un tono serio.
—¿Pasa algo?...–Akko vio que Diana estaba seria, y eso ya no era muy común en Diana– ¿Diana?
—... ¿Tú crees qué, tengamos hijos?
           Akko se puso roja como un tomate al escuchar eso, no sabía que responder, aparte eran jóvenes como para pensar en aquello.
—¡¿D-de donde salio eso?! –exclamó Akko con sorpresa.
—No lo sé, es solo que tu hermana Nyoko me hace ilusióna que es nuestra hija.
—Diana... –Akko tomó la cintura de    Diana y la acercó hacia ella–. Es muy pronto para pensar en aquello, hay que darle su tiempo, aunque a veces pensaba lo mismo.
—Esta bien... –Diana rodeo a Akko con sus brazos a Akko y se acercó a su oreja– Now, give me a kiss my love.
—Sure, my dear Diana.
          Ambas unieron sus labios en un tímido y cálido beso, un calor recorrió sus cuerpos, nada iba arruinar su momento, ¿o sí? No pasaron ni 15 segundos cuando apareció Nyoko de repente y accidentalmente las empuja y tira a ambas, dejándolas en una posición comprometedora.
—Maldición Nyoko –dijo Ichiro tomando varias bocanadas de aire ya que iba corriendo detrás de ella –, no... corras... así... te lo ruego.
—Ni que hubiera sido tanto.... Dios onee-chan, no aplastes a Diana-san –dijo Nyoko con un tono muy inocente.
          Akko reaccionó con mucha confusión al comentario de Nyoko, hasta que notó que estaba encima de Diana, así que se quitó de inmediato
—¡Diana! ¿Estás bien? –dijo Akko mientras ayudaba a Diana a levantarse.
—Sí, no te preocupes, de seguro fue un accidente.
—De hecho sí –se incorporó Ichiro–, disculpate Nyoko.
—Lo siento onee-chan. Lo siento Diana-san.
—Aceptamos tu disculpa Nyoko, solo se más cuidadosa –dijo Akko.
—De acuerdo onee-chan, nos vemos más tarde.
          En ese momento Nyoko volvió a salir corriendo y Ichiro no tuvo otro remedio que seguirla mientras le gritaba que dejara de correr, y Akko y Diana soltaron unas pequeñas risillas al ver a Ichiro tratar de detener a Nyoko.
–Es muy tierna e inocente –dijo Diana soltando un pequeño suspiro.
—Bastante, pero... ¿en qué estábamos? Oh, creo que ya me acordé –Akko atrajo a Diana hacia ella y la besó en los labios.
—Te amo mi princesa –dijo Akko mientras acariciaba la mejilla de Diana.
—Yo también, mi pequeña brujita.

Quiero que seas míaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora