Un completo desastre [parte 1]

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         Viernes. El mejor día de la semana, el día donde se descansa de las aburridas clases y ser libres, al menos por 2 días, aunque siendo honestos, uno quiere más que un fin de semana. Akko estaba en la clase de vuelo con Nelson, y claro que ella estaba practicando junto a Diana, que la corregía casi todo el tiempo, pero eso realmente no la molestaba.
—... Entonces es así, ¿verdad? –preguntó Akko a su novia algo insegura.
—Sí –contestó Diana–. Solo concéntrate en lo que haces y no te caerás, estaré a tu lado por si algo pasa.
—E-esta bien... –Akko tomó su escoba firmemente, soltó un suspiro y luego empezó a andar, aumentando cada vez más la velocidad.
          Era simple lo que tenía que hacer: Akko tenía que ir a máxima velocidad y realizar un par de maniobras sencillas y para ello, se necesitaba algo de altura, así que decidieron empezar desde la torre de Luna Nova, y esto nos lleva al momento en el que Akko está a punto de realizarlo, mirando de reojo a su lado, viendo a Diana, que como había dicho, estaría junto a ella. Al menos no me mintió jeje. Pensó Akko, volviendo a lo suyo. Akko estaba a la altura de los árboles, y empezó a ascender para luego caer en picada y volver a ascender; ya estaba en la primera fase, pero algo golpeó su escoba, hizo que perdiera el equilibrio y cayera hacia el suelo. ¡Maldita suerteeeee!
          Akko estaba por hacer contacto con los árboles y cerró los ojos, no quería imaginar lo que pasaría, pero antes de que eso pasara, sintió que algo la sostenía, era bastante cálida la sensación al igual que familiar. Empezó a abrir lentamente los ojos, y pudo ver a Diana, que la miraba preocupada.
—¿Estás bien? –le preguntó Diana a Akko, que la sostenía entre sus brazos.
—S-sí, no te preocupes Diana.
           Ambas aún se miraban una a la otra, era como si volvieran a ser extrañas, como si fuera la primera vez. Lentamente se fueron acercando, la distancia entre sus labios se fue acortando cada vez más, hasta que escucharon unas voces abajo, interrumpiendolas.
—¡Oigaaan! –escucharon gritar a Amanda– ¡La próxima clase ya va a empezar, así que apresurense!
—... Será mejor ir, no quiero que nos regañen – dijo Diana separándose un poco de Akko.
—Sí. Pero, al menos dame un beso chiquito, no me dejes con las ganas.
—Está bien, pero solo por qué también quiero.
        Diana se acercó a Akko y le dió un pequeño beso en los labios y luego, Diana aterrizó y ambas se dirigieron al salón de clases, y claro, la clase de Chariot para Akko, era la mejor de todas, ya que la mismísima Shiny Chariot la imparte la clase.
—Akko –habló Diana sacando a Akko de su mundo.
—¡Y-yo no fui, lo juro! –exclamó Akko poniendo las manos en alto.
—Oye, tranquila Akko, nadie te está culpando.
—Oh, jeje, perdón amor, es que como las maestras...
—Sí, lo sé, aunque del todo no sea tu culpa te castigan. Aún así eso me molesta.
—Oh, vamos, ya no he sido muy problemática.
—Veamos... Te quedaste dormida en la clase de Finnelan, rompiste la escoba de otra alumna, te sacaron de la biblioteca por escandalosa, ¿continúo? –dijo esto último con un tono sarcástico.
—Ok, ok. Lo sé... Pero eso último fue tu culpa.
—¿Y por qué mi culpa? Se puede saber...
—N-no me lo hagas repetir, en verdad fue bastante vergonzoso –dijo Akko desviando la mirada ligeramente sonrojada.
          Diana sólo siguió caminando tratando de recordar que pasó, ya que no recuerda haber hecho o dicho algo. ¿En la biblioteca?... Oh, ya me acuerdo. Espera... ¡Ay qué vergonzoso! ¿Cómo pude preguntar tal cosa?  Tampoco es que sea así de pervertida, aunque no estaría mal intentarlo.... ¡¿En qué diablos estoy pensando?!
—B-bueno, sobre aquello –empezó a hablar Diana–, perdón, no quería incomodarte.
—No te preocupes –Akko volvió a ver a Diana mostrando una sonrisa–, de todos modos... N-no estaría mal intentarlo...
—(Retiro lo dicho). ¿En serio? De verdad, no quiero obligarte.
—L-la verdad no es eso... Es que, quiero probar cosas nuevas. (Solo espero no sea doloroso)
          Ambas entraron al salón y fueron a su respectivo lugar y equipo para dar comienzo a la clase de astronomía mágica. Chariot explicaba como era que funcionaban las constelaciones y sus usos en la magia. Akko parecía otra persona, ya que estaba poniendo atención y estaba tomando, ¿apuntes? Bastante anormal en ella, incluso sus compañeras se sorprendieron.
—Bien, ¿quién me puede decir el nombre de la "Osa Mayor" en latín? –preguntó Chariot esperando a que ya lo tuvieran en la cabeza.
          Y de lo que todos creían, Akko fue la que contestó en lugar de Diana, pero a ella no le sorprendió, al contrario, se sintió un tanto orgullosa.
—Es "Ursa Maior" profesora –contestó Akko sin dudarlo.
—Muy bien señorita Kagari. Se ve que ha estudiado –dijo Chariot con una sonrisa para después continuar con la clase.
          Akko miró ligeramente a su derecha y pudo apreciar que Diana la miraba tiernamente, no pudo evitar sonrojarse, pero aún así se sentía felíz; Akko volvió a centrar su atención a las proyecciones de Chariot, donde explicaba las constelaciones. Inconscientemente, Akko empezó a dibujar pequeños corazónes en su libreta y dentro de estos, las letras "A" y "D", y claro, entre estas dos letras había un "x", simbolizando que "shipeaba" en términos poco ortodóxos. Me encantas Diana, quiero que acabe la clase para pasar tiempo juntas.
          El tiempo pasaba con bastante lentitud, Akko estaba cada vez más desesperada aunque fuera una de sus clases favoritas, quería invitarla a salir y estar a solas con ella, ya que ahora se volvía más difícil para ella hasta que, después de un par de puñetas mentales que surgieron de la nada, al fin terminó y Akko se apresuró a ir con Diana.
—Amor –dijo Akko casi susurrando a Diana.
—... ¿Qué pasa Akko?
—Bueno... ¿estas libre el fin de semana?
—Sip, ¿por?
—Bueno, es que pensaba en que podríamos salir mañana al pueblo, ya sabes, a dar una vuelta por ahí.
—Claro, no hay problema.
—Ok, entonces nos vemos mañana –Akko se acerca a Diana y le da un fugaz beso en los labios–. Que descanses amor.
—También tu. Te veré el sábado.
         Akko se retiró del salón y se fue a su cuarto para probarse un par de vestidos que había ido a comprar, ya que, como se dijo anteriormente, tenía la idea de salir con Diana, pero no quería que solo fuera una salida entre pareja. No, ella quería hacer algo más, ya que, para ella era aburrido hacer lo mismo de siempre. No sé sí este vestido le agrade. Pensó Akko mientras veía aquel vestido, que tenía la espalda al descubierto, al menos una parte de. A decir verdad, se ve un poco provocativo... Solo espero que le guste porque se vea bien en mi y no en lo otro; al menos tengo el otro... ¡Aaaaah! No sé cuál elegir.

         Ya daban arriba de las 8 de la noche, Akko se encontraba en el baño mojando un poco su cara, ya que se sentía un poquito nerviosa por mañana, ya que no sabía exactamente qué es lo que haría. Tal vez la pueda llevarla a comer a un restaurante elegante o... ¿A alguna discoteca? No, capaz y nos tratan de acosar... ¡Ya se! Le pediré ayuda a Amanda y a las chicas, no creo que digan que no.

—Absolutamente no –respondió Amanda cruzando los brazos.
—Vamos Amanda, no seas mala.
—No es que lo sea, es que quiero estar con Constanze mañana.
         Akko se esperaba en parte sabía que Amanda se negaría, así que no le sorprendió mucho; Akko se despidió de Amanda y fue a su cuarto para poder pedir ayuda a Lotte y Sucy, y fue un gran y enorme no. Lotte fue algo sutil al decírselo pero Sucy fue todo lo contrario.
—Por favor, no les pido nada más –dijo Akko de rodillas casi al borde del llanto.
—De verdad lo siento Akko –dijo Lotte viendo el drama que hacía Akko–, ya sabes cómo se ponen las maestras.
—... –Akko ya rindiendose se levantó y se acostó en su cama–. Entiendo, gracias de todos modos.
        Akko usó su varita y apagó la luz, deseando buenas noches a sus amigas. En esos momentos, no sabía que hacer, quería hacer algo especial para Diana y no solo hacer una y otra vez lo mismo. Está decidido. Haré que mañana sea un día especial en nuestra relación, no importa si no celebramos nada. Sé que será así, creer en mí es mi magia, ¡¿no es así?!

Quiero que seas míaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora