Tal vez pueda

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          Akko y Diana estaban en la clase de pócimas con la profesora Lukić, que estaba bastante malhumorada y estaba siendo más exigente. Diana estaba bastante preocupada por Hanna, ¿acaso le habían hecho algo? ¿O tal vez ella habrá hecho algo de lo que se arrepiente? Akko notó que Diana estaba distraída y pensó que aún seguia con el asunto.
—Diana –Akko le tocó el hombro un par de veces.
—¿Eeh?
—Estas muy distraída, ¿estás pensando aún en eso?
—Sí, es que... Hanna nunca había sido así. Ojalá no sea grave lo que le esté pasando.
—Tu tranquila, ya te dije que la iríamos a ver después.
—Esta bien.
          Luego de esa pequeña charla, siguieron realizando el trabajo que había dejado Lukić; después de 15 minutos, la clase terminó para seguir con Metamorfosis con Badcock que llegó 5 minutos después de que Lukić se fuera.
—Bueno señoritas –dijo Badcock apenas y se colocó en su lugar–. Cómo se acercan los exámenes finales, hoy repasaremos todo lo que hemos visto en el año, así que espero que no se distraigan y pongan atención...
          La profesora Badcock empezó a explicar cada uno de los temas que habían visto, algunos fáciles, otros confusos o complicados; luego de unos 30 minutos de explicación de apenas los primeros temas, Badcock dijo que pusieran algunos de los hechizos que repasaron, y todas se pusieron manos a la obras, bueno, a excepción de un par de chicas que hacían lo mínimo por tratar la situación de Hanna, yendo con Barbara  para ver si podían alguna pista.
—Barbara –dijo Diana.
—¿Qué pasa Diana?
—¿Sabes que le pasa a Hanna?
          Bárbara se quedó callada por varios segundos, sin saber que responder, se sentía un poco culpable por lo que habia hecho.
—B-bueno... Sé un poco pero... –Barbara empezó a tragar duro, le era muy difícil sacarlo–. Es que yo...
—¡Ey! El grupo de señoritas ahí, dejen de hablar y pónganse a trabajar.
—E-esta bien –respondió Hanna por las tres.
—Mejor hablemos de esto después –susurro Akko.
—Esta bien.
          Akko y Diana volvieron a su lugar y siguieron con su práctica de sus hechizos y más Akko, pero ahí estaba su novia para que le ayude.
—Concéntrate Akko, se que puedes hacerlo.
—Aqui voy... –Akko soltó un largo suspiro, cerró los ojos por un momento y apuntó su varita a un pequeño libro que había enfrente de ella–. Oruihon Deance –al principio no pasó nada y Akko se decpciono un poco, pero luego este se convirtió en un pequeño florero.
—L-lo lograste.
—No puede ser... ¡Por fin lo logre! –Akko de la emoción abrazó a Diana, haciendo que se sonrojara al estar frente a todos, pero se alivió un poco al ver que nadie las observaba y Akko se dio cuenta unos cuantos segundos después.
—... Oh, perdón por incomodarte.
—N-no hay problema Akko –luego de un incómodo silencio, Diana prosiguió–. Mejor sigamos practicando.
—Ok.
          Akko y Diana siguieron con los hechizos y algo de teoría y Badcock las miraba con mucha sospecha, ¿desde cuándo Akko y Diana se llevaban muy bien? Hasta por lo que sabía, solo se reconciliaron de su rivalidad anterior, pero no que estuviera muy cerca. ¿Qué habrá con esas dos?

           La hora del almuerzo llegó y Akko y Diana fueron con Bárbara que estaba acomodando unos cuantos libros.
—Barbara, ¿tienes un momento? –dijo Diana algo sería.
—Sí... Pero mejor hablemos en un lugar más privado, aquí nos es conveniente.
—Esta bien.
          Las 3 se fueron discretamente del aula y fueron al patio, donde casi había pasaba por ahí.
—... Bien. Sobre lo de Hanna, es algo complicado de explicar.
—No importa, solo quiero saber su condición, ni siquiera sé dónde está ahora.
—Sí, no estuvo en ninguna de las clases. Pero eso no llega al caso... Verán, está mañana, la vi besándose con Adler y eso me molestó mucho. Así que después de eso, le pedí que fuera conmigo a solas y... –Hanna empezó a llorar y se tiró de rodillas al pasto, pegando la cabeza al pasto– ¡No quería decirle eso! ¡No quise hacerle sentir como lo peor de este mundo! ¡Todo por mis celos, todo por ser una engreída!
          Bárbara intensificó más su llanto, el dolor era tanto que no podía simplemente guardarselo y ya, para ella era una herida muy profunda, dañar a esa persona que amas en secreto por mucho tiempo.
—Barbara –Diana se acercó lentamente y se sentó junto a ella–. Sé que por lo que estás pasando es muy difícil, pero aún no es tarde para arreglar las cosas.
—No, no creo que se pueda –dijo Bárbara apenas levantando la cara–. De seguro ella me odia con el alma y no querrá verme en la vida.
—No creo que sea así. O que fue lo que le dijiste.
—Bueno... –Barbara un poco más tranquila–. Le dije que era una idiota, que ojalá nunca la hubiera conocido, y si era posible, que nunca hubiera nacido entre otras cosas.
—Ya veo, pero no pierdas la esperanza, tal vez Akko y yo podamos ayudarte a reconciliarte con ella.
—¿D-de verdad harían eso por mi?
—Claro, somos tus amigas –dijo Akko incorporandose a la conversación.
          Bárbara abrazo a Akko y Diana con fuerza, estaba feliz de que le ayudarían a arreglar las cosas con Hanna.
—Muchas gracias chicas –dijo Bárbara terminando el abrazo–. Pero aún así, tengo algo de miedo, ¿Y si resulta todo lo contrario?
—Tu confía en nosotras, haremos que vuelvan a ser amigas.
—E-esta bien, iré a la biblioteca un momento, nos vemos luego.
—Nos vemos.
          Bárbara se retiró del lugares y fue hacia la biblioteca, dejando a Akko y Diana solas.
—¿Crees que con nuestra ayuda se reconcilien? –preguntó Akko.
—Claro, yo conozco bien a las dos, va a funcionar.
—Esta bien. Vayamos a comer algo, me muero de hambre.
—Cierto, que no hemos comido nada –Diana se levantó del pasto y ayudó a Akko–, vamos a la cafetería.
—Ok.
          Akko y Diana se fueron de ahí y se dirigieron a la cafetería, pero de lo que no se percataron fue de que alguien las estaba observando. De ninguna manera permitiré que eso pase.

          Llegó la última clase que era de vuelo de escobas y la maestra Nelson tenía pensado en hacer una carrera.
—Muy bien señoritas –habló Nelson con un tono serio–, hoy realizaremos una carrera... ¡Sin acrobacias O'Neil! La conozco bien...
—Como si fuera a hacerlo –susurró Amanda, pero Constanze la escuchó y le dió un ligero codazo en su brazo.
—No lo hagas por favor.
—De acuerdo, no haré nada estúpido.
—... Y el equipo que gane, recibirá un punto en la materia, ¿entendido?
—¡Síí!
—Bien, formen sus equipos, coloquense en sus lugares y yo les daré la salida.
           Todas empezaron a reunirse con sus equipos, dejando a Bárbara cada vez más sola, hasta que se topó con Hanna y está no le hizo ni caso y se alejó de ella, dirigiéndose con Diana, pero eso no duraría mucho, ya que Bárbara tenía que estar con ellas sí o sí.
—Bien. –Nelson estaba a unos cuantos metros de los miembros de los equipos–¡En sus marcas!...
          Bien, es hora de actuar. No te interpondrás en mi camino y jamás lo harás.

Quiero que seas míaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora