El ojo del huracán

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         Luego de la batalla que tuvieron con Tánatos, Luna Nova volvió a estar tranquila, pero había un pequeño inconveniente.
          Diana se había desmayado cuando Tánatos recitó el hechizo, haciendo que perdiera su alma y su memoria para que consecutivamente hiciera que Akko se corrompiera; Hanna, Bárbara y Adler llegaron junto al resto de chicas, donde estaban vivitas y coleando, pero tenían que lidiar con Diana que para sorpresa de todas, era la misma de antes, cuando entró a Luna Nova.
—... ¿No recuerdas nada Diana –preguntó de nuevo Bárbara para poder rectificar.
—No, definitivamente no tengo ningún recuerdo con la señorita Kagari, ni de ese chico.
—No no no no, esto debe ser solo una broma –dijo Akko nerviosa.
—Entonces dime por que no se lanza para abrazarte ¿eh? –le cuestionó Sucy a Akko.
—Aahh, si me disculpan, iré a mi dormitorio –dijo Diana con ese tono frío al cual ya no estaban acostumbradas.
—Es imposible.... No puede estar pasando.
—De verdad lo siento, si quieres probar adelante, pero te aseguro que no va a funcionar.
          Akko se levantó del suelo y empezó a seguir a Diana, y ya estando cerca de ella la tomó del brazo, haciendo que esta se detuviera.
—¿Que necesita señorita Kagari? –dijo Diana sin ni siquiera haber volteado.
—Diana... sé que aún estás ahí, sé que aún recuerdas esos momentos que pasamos juntas. Solo debes recordar.
—No me hagas perder mi tiempo, necesito estudiar, así que si me disculpas.
          Diana movió su brazo de forma brusca haciendo que Akko la soltara, y está solo apreciaba como se alejaba poco a poco. No te perderé así de fácil. Es una promesa amor.
          Diana siguió caminando hasta que las profesoras aparecieron de la nada y empezaron a preguntar por si estaba bien.
—¿Se encuentra bien señorita Cavendish? –preguntó la maestra Finnelan preocupada.
—Sí maestra, estoy bien, solo tengo algo de dolor de cabeza.
—Entonces vaya a la enfermería para que tome algo.
—No se preocupe, solo he de tener sueño, pero gracias de todos modos.
—Esta bien, confío en usted.
          Diana se retiró y entro al interior de Luna Nova, viendo cómo algunas hadas y algunos trolls arreglaban lo que habían destruido y esto la sorprendió, pero pensó que Akko o Amanda habían hecho alguna travesura, asi que no le dió importancia. Diana llegó por fin a su habitación y se sentó en el sillón para poder descansar y tal vez se le fuera ese dolor de cabeza que tenía.  Minutos después, llegaron Adler, Bárbara y Hanna, pero está quiso sacar a Adler de su cuarto y claro que Hanna y Bárbara tuvieron que detenerla.
—¿Qué hace él aquí? –dijo Diana exigiendo una respuesta.
—Bueno, cuando llegó a Luna Nova –empezó a explicarle Hanna–, se le asignó nuestro cuarto.
—Ya veo, solo esperó que no haga cosas pervertidas.
—Como si fuera ese tipo de personas –susurró Adler algo molesto.

***

          Ya era de noche y Akko estaba dando vueltas sin cesar en su cuarto pensando en una solución para que Diana vuelva a recordar y no vuelva de nuevo la misma chica fría y seria que solía ser.
—Mejor duerme Akko –sugirió Lotte.
—No lo haré hasta que tenga alguna forma de hacer que Diana vuelva a hacer la misma de antes.
—Pero ahora necesitas descansar, deja eso para mañana –dijo Sucy incorporándose.
—... Está bien, pero solo por qué me lo dicen.
—Lo que sea -Sucy apagó la luz y se acostó–. Descansen.
—Hasta mañana Sucy –dijo Lotte cariñosa.
—Hasta mañana –dijo Akko con un tono apagado.
          La horas pasaban, hasta que dieron las 2 de la mañana y Akko no conseguía dormir, lo intentaba pero solo lo hacía por unos 5 minutos y luego despertaba, así que decidió salir a tomar algo de aire. Tomó un abrigo, se puso los zapatos y salió con toda discreción, o con la que pudo.
Akko caminaba muy pensativa sobre lo que había pasado, durante todo el día, Diana la evitó como si fuera indeseable.

*Flashback*

          Akko estaba caminando por el pasillo hasta que se topó de nuevo con Diana y fue hacia ella para conversar, pero esta sacó una excusa de que tenía que ayudar a una maestra o algo similar, pero ella siguió intentando para que por fin hablaran, pero no sirvió de nada; Diana le dejó muy en claro que la dejara o si no se vería obligada a poner mano dura, así que simplemente dejó de intentar y fue con las demás chicas que se hallaban en el comedor

*De vuelta al presente*


          Akko llegó hasta la torre de Luna Nova y subió hasta la cima sin dudar, ya ni siquiera era consciente de lo que hacía, no sabía en qué enfocarse y que dejar atrás, su alma y su cabeza estaba en una especie de lucha por encontrar un propósito; se sentó justo en el borde de la torre, viendo cómo a falta de luz artificial, se podían admirar las estrellas, dejando una vista espectacular.
—¿Hermoso no lo crees? –se escuchó una voz detrás de Akko, y esto hizo que se sobresaltara y pegara un grito, y con suerte no cayó a su perdición.
—¡Aaaaahhh!
—Perdón, no quise asustarte –dijo aquella voz tratando de tranquilizar a Akko.
—¡¿Q-quién eres?! –preguntó Akko con voz temblorosa.
—Bueno... Soy Croix Akko.
—Sí como no, muestrate.
          Croix salió de la oscuridad, dejando ver que era la auténtica y que no le haría daño. Akko estaba algo impactada ya que hace tiempo se había ido de Luna Nova.
—¿Sorprendida? –preguntó Croix mientras se acercaba un poco a Akko.
—Solo un poco, ¿Por qué está aquí? –le preguntó Akko por curiosidad.
—Bueno... Quise echar un vistazo a la academia y de paso ver a Chariot.
—Ya veo.
—¿Y tú? ¿Qué haces aquí?
—Eso... Quería tomar algo de aire, después de lo que pasó.
          A Croix le invadió la curiosidad por eso último que había dicho Akko, ¿había pasado algo importante? Eso fue lo que se preguntó Croix.
—¿Qué fue lo que pasó? –preguntó Croix muy curiosa mientras que, al igual que Akko, se sentó al borde.
—Bueno, es algo difícil de creer, pero se lo contaré....
          Akko le contó de forma resumida todo lo que había pasado hace ya varias horas, de Tánatos y su lucha contra él, solo que no quiso meter la parte en donde Hanna, siendo controlada por Atenea luchó contra él.
—... Y eso es básicamente lo que pasó –dijo finalizando.
—Wow, se enfrentaron a un Dios. Eso es muy valiente de su parte.
—Jeje, gracias, pero hay todavía algo más.
—¿Hm?
—Bueno, es sobre Diana, algo le hizo ese desgraciado.
—¿Qué le pasó? ¿Está bien?
—Sí, está bien físicamente, pero de alguna forma, ese infeliz le quitó la memoria a Diana.
—¿En verdad? Bueno, él es un Dios, así que tiene esa habilidad y creo que más por que es de la Muerte.
—Oiga, ¿no tendrá algo que pueda ayudarme?
—Lo siento Akko, pero no tengo nada que pueda hacer que Diana recupere la memoria.
           Akko se puso más triste de lo que ya estaba, quería llorar, pero tenía que ser fuerte, tenía que hacerlo por Diana, por su amor.
—... Pero creo que se como –dijo Croix mirando a Akko.
—¿En serio? –dijo Akko recomponiendose.
—Sí. Debes poner en un especie de shock y que su misma mente se recupere.
          Akko no entendió ni una sola palabra de lo que dijo Croix, era como si le hubieran hablado en otro idioma.
—¿Cómo?
—En pocas palabras hacer algo que es especial para ella y para ti y tal vez funcione.
—Oh, ya entendí... Muchas gracias Croix-sensei.
—No hay de que, es tu amiga y se que te preocupas por ella.
—Jeje, bueno, ella ya no es mi amiga -dijo Akko nerviosa –... Ella es mi novia.
—Ah... Con más razón quieres recuperarla –dijo Croix entendiendo la situación de Akko, ya que ella es pareja de Chariot.
—Bueno, ya me tengo que ir a mi habitación –dijo Akko levantándose para irse a su habitación y por fin dormir.
—Esta bien Akko, ve, necesitas descansar.
          Akko se despidió de Croix y fue de nuevo hacia su habitación, por su parte, Croix se quedó ahí por un momento, ya después iría con Chariot que la extrañaba mucho después de lo del Gran Triskellion no la ha podido ver, le mandaba cartas pero nunca recibió una respuesta de su amada, pero ella sabía que no era porque no quería y ya llevaba tiempo queriendo verla, poder abrazarla, besarla, tocarla, pasar tiempo de calidad con ella en pocas palabras.
         Akko estaba ya mejor a pesar de su situación, había muchas cosas que podía hacer para que volviera a ser la alegre y divertida Diana que se había vuelto, pero pese a saber la forma, no sería fácil y solo deseaba que no lo fuera, sin sorpresas.

Quiero que seas míaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora