Lo que la hace especial

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          La conversación entre Akko y Diana fue bastante recíproca, no fue nada del otro mundo ni lo más importante, pero para Diana, las palabras que salían de aquellos finos labios era lo mas interesante que había en esos momentos.
—... Y que te digo, fue una gran experiencia –Akko terminó de contar  una anécdota a Diana.
—Vaya, no sabía eso.
—Hay muchas cosas que no sabes, pero si las cuento no termino, jeje.
         Esa pequeña visita que tenía planeada Diana de solo 15 minutos se alargó a poco más de media hora; terminada de comer, Akko se dispuso a ir a pagar e irse, pero al parecer podía alargar un poco más su estancia en el pueblo.

          Akko sentía un gran alivio al estar con Diana, esa Diana que conocía antes del incidente con Tánatos, y eso era suficiente para que un pequeño escalofrío recorriera su espalda. Akko pensaba en ir a tantos lugares para revivir el tiempo que pasaron juntas, cualquier lugar era bueno para visitar, incluso si ese lugar era un tanto ridículo.
—Diana... –dijo Akko algo nerviosa, lo que más quería era hablarle con cariño, pero no podía debido a las circunstancias que estaban presente.
—¿Qué pasa Akko?
—Bueno, no sé si querrás... ir a algún lugar divertido.
—... Tal vez, ¿qué se te ocurre?
          Akko pensó en algún lugar. ¿Qué lugar sería perfecto para una chica tan perfecta por así decirlo como Diana? Pensó y pensó, pero al final se rindió y decidió un lugar preferido suyo.
—¡Ya se! Podemos ir a algún arcade.
—Esta bien, pero déjame ganar, jaja –dijo Diana en forma de broma.
—Sí, seguro.
          Entonces ambas se encaminaron a un arcade cerca, obvio era la primera vez de Diana en un lugar así, y más aún, la primera vez que tocaría un videojuego pero no actuales como el Minecraft con armas (Fortnite) o CoD (call of duty por si no entendieron), sino los clásicos como Pac-man, Centepede, Space Invaders, juegos así. Caminaron por varias calles hasta que por fin llegaron a aquel y entraron sin más. El lugar tenía varias luces neon que iluminaban parte, el resto eran unas cuantas lámparas; Akko fue directamente a una de las máquinas con uno de los juegos que le fascinaba a pesar de ser viejo: Pac-man. Un juego sencillo pero bastante difícil en los niveles altos, Akko solo había llegado al nivel 4, y hoy quería lucirse. Diana vio como Akko se colocaba en la máquina, lista para jugar.
—¿Qué juego es ese? –preguntó Diana.
—Es Pac-man.
—¿Y de que se trata?
—Simple, tienes que comerte todos los puntos que hay en el lugar y evitar los fantasmas te eliminen... ¿y quieres saber algo?
—¿Qué?
—Los fantasmas tienen nombre.
          Diana se quedó anonadada por el comentario, ya que le encontraba ilógico ponerle nombre a los fantasmas.
—¿En serio?
—Sí, el rojo es Blinky, el rosa es Pinky, el azul es Inky y el naranja es Clyde.
—Vaya... –Diana miró hacia la pantalla y vio que Akko ya había perdido por hablarle con ella–Akko...
—¿Qué pasa?
—Eee, ya perdiste.
          Akko miró a su pantalla, donde estaba escrita la leyenda: Game Over. Akko exclamó ya que no se había dado cuenta de ese detalle, así que ya en serio, insertó otra ficha y volvió a jugar. Vamos, debo sorprender a Diana a pesar de que no le guste. Aquel muñeco seguía comiendo los puntos, Akko trataba de esquivar a los fantasmas, hasta que después de un minuto logró superar el nivel; Akko estaba muy concentrada en el juego, quería que Diana le dijera: "me has sorprendido". Esa era su motivación.
          Akko logró superar su récord y pudo llegar hasta el nivel 7, donde perdió todas las vidas gracias a que los fantasmas la acorralaron, y finalmente soltó un suspiro mientras agachaba un poco la cabeza.
—Wow Akko, fue sorprendente –dijo Diana mirando el puntaje de Akko.
—¿En serio? –Akko se recuperó y miró a Diana.
—Sí, jamás había conocido a alguien tan buena en los videojuegos como tú.
—Jeje, no es para tanto.
           Akko y Diana fueron por todos los juegos que pudieron, pero en donde más jugaron fue Donkey Kong, ya que era uno de los juegos más difíciles del arcade, se divirtieron bastante, hubo risas, unos cuantos enojos, pero al final se cumplió la meta: divertirse claramente.
          Ambas salieron del arcade riendo un poco, recordando un poco lo que habían hecho dentro, pero aún tenían tiempo antes de volver a Luna Nova.
—¿Qué quieres hacer ahora Diana? –preguntó Akko mirando a Diana de reojo.
—Mmm, no lo sé... –Diana miró hacia una tienda de ropa y le dió una idea– ¿Qué te parece si vamos a comprar algo de ropa?
—Suena bien. Vamos.
          Ambas se dirigieron a la tienda más cercana que había, solo que Akko había olvidado el pequeño detalle de que no tenía dinero, se lo había gastado en su comida y en la visita al arcade. Entraron sin más y empezaron a la ropa que era casual, unas con imágenes raras, otras decentes, etc.
—Mira Diana –Akko tomó una blusa y se la mostró–, te queda bien, ¿Por qué no te la pruebas?
—No se Akko, digo, te preocupas más por elegir mi ropa que la tuya.
—Tranquila, después me preocuparé de eso, aparte, no creo que seas de esas que tiene ropa común.
—A decir verdad... Sí. Entonces está bien.
          El rostro de Akko se iluminó al escuchar a Diana decir eso, sentía como si ella fuera otra vez ella. Akko tomó bastante ropa para que Diana se probara, la cual se sorprendió al ver la montaña de ropa que traía.
—Akko, es mucha ropa –dijo Diana sorprendida por la cantidad de ropa.
—Lo se, pero parte de la ropa es mía.
—Ah, menos mal, me habías dado un susto.
—No te preocupes, tampoco de estoy obligando.
         Ambas empezaron a probarse la ropa, la cual no estaba nada mal, era como si esa pequeña habilidad que tenía Akko, estaba dando frutos.

          Luego de unos cuantos problemillas por ahí y mucha ropa probada, ambas ya tenían su ropa lista, sólo tenían que pagar, y ahí fue donde a Akko se le prendió el foco.
—Oh maldición –dijo Akko algo frustrada.
—¿Qué pasa?
—Se me olvidó que ya no tengo dinero.
—No te preocupes Akko, yo pago todo.
          Akko se quedó sorprendida por aquello, Diana no había sido así desde el incidente, ¿acaso estaba volviendo a la normalidad? ¿Desde cuándo hago estás cosas? Se cuestionó Diana, ella no recordaba llevarse bien con Akko, ni siquiera le pedía favores, parecía que iba a enloquecer por solo pensar en eso. Diana pagó la ropa y salieron de la tienda con sus bolsas llenas de la misma, de vuelta a Luna Nova.
          Ya próximas a la salida del pueblo, Akko se detuvo sin previo aviso, y por consiguiente Diana también se detuviera.
—¿Pasa algo? –preguntó Diana mirando a Akko cabizbaja.
—N-no, es solo que... –Akko se acercó lentamente a Diana hasta quedar a unos pocos centímetros, no quería hacerlo, a pesar de haber expresado sus sentimientos, no era la misma Diana, hasta que al final sin previo aviso besó a Diana en los labios.

Quiero que seas míaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora