Viaje de vuelta a Japón

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          Akko y Diana ya estaban en el aeropuerto de Tokio, esperando a que el padre de Akko llegara, ya que habían quedado de acuerdo en que él fuera a recogerlas al aeropuerto una vez llegaran ahí. Ambas se encontraban sentadas en unos asientos que habían encontrado por ahí.
—Ya se tardó mucho tu papá –dijo Diana soltando un pesado suspiro.
—Sí, voy a marcarle de nuevo a ver dónde está.
          Akko estaba por llamar de nuevo, pero sintió que le tocaban el hombro y del susto cayó de la banca y Diana, que lo vió, fue a ayudarla.
—¿Estás bien Akko? –preguntó Diana preocupada.
—S-sí, estoy bien.
—Sigues siendo la misma de hace años, Akko.
—¿Perdooon? –Akko estaba muy confusa al escuchar esas palabras, y más por qué la voz de esa persona no era la de su padre o hermano; así que se levantó y lo miró a detalle pero no reconoció–, ¿quién eres?
—Bueno... Sé que no me recuerdas debido a mucho tiempo, soy Yuu. Tu amigo de la primaria.
—... –Akko lo miró por un rato, tratando de recordar, hasta que cierto recuerdo se le vino a la memoria.

*Hace 8 años*

          Akko corría junto a un rubio de su vecindario. Él era un poco más bajo que Akko, complexión delgada y algo despistado, menos que Akko.
—¡Vamos Yuu-chan! –le gritó Akko que aún tenía energías.
—D-dame un respiro Akko... No soy como tú –le dijo jadeante Yuu, mientras hacía un esfuerzo por llegar donde estaba Akko.
          Akko caminó hacia Yuu, que parecía que se iba a desmayar en cualquier momento y lo tomó de la mano.
—Iremos más calmados, ¿de acuerdo? ¿Yuu-chan? –dijo Akko con una sonrisa.
—S-sí.
          Ambos fueron tomados de la mano hacia un árbol de cerezos, que apenas y florecían los cerezos y caían.
—Quisiera estar contigo todo el tiempo –dijo Akko volteando a ver a Yuu, que estaba mirando al árbol.
—También yo, me gusta pasar tiempo contigo Akko-chan.
—Prometamos algo Yuu-chan –dijo Akko con bastante entusiasmo.
—¿Qué cosa?
—Volveremos a vernos pase lo que pase... Si vamos a otro lado, no importa la distancia, volveremos a vernos.
—¡Sí!
—Es una promesa. No la rompas.
—Jeje, no lo haré.

*De vuelta al presente*

         Akko volvió a recordar aquellos momentos que pasó con su amigo que había olvidado, la hizo ciertamente feliz.
—Ya lo recuerdo..., je, al menos cumplimos nuestra promesa.
—Sí, me alegra volver a verte, Akko-chan –ambos se acercaron y se dieron un abrazo, lo cual hizo que Diana se pusiera celosa y se interpusiera entre ellos.
—Bueno, ya que se volvieron a ver –interrumpió de golpe Diana mientras tomaba del hombro a Akko y la pegó a su cuerpo–, ¿por qué no nos presentas?
—B-bueno... –Akko se puso un poco nerviosa, pero como no quería que Diana comenzara a pelear, decidió hacer lo que dijo– Yuu, te presento a mi novia, Diana Cavendish, Diana, él es mi amigo Yuu.
—M-mucho gusto Diana –dijo Yuu extendiendo su mano a Diana; ella estrechó su mano con la de Yuu.
         Yuu tenía algo de miedo de Diana, ya que esa mirada asesina suya le decía que se mantuviera alejado de Akko, así que por ahora lo haría así.
—¿Y que haces por aquí Yuu-chan? –preguntó Akko curiosa.
—Bueno... Tu padre me contactó para que fuera a recogerte. Y no preguntes cómo le hizo porque yo tampoco se. Pero vamos, se hace tarde.
—Ok –Akko tomó su maleta que estaba a lado del asiento donde estaban, Diana hizo lo mismo, tomó sus cosas y se dirigieron a la salida del aeropuerto.
—¿Y cómo te ha ido Yuu-chan? –le preguntó Akko mientras iban caminando.
—Pues me ha ido bastante bien. Tengo un trabajo de medio tiempo bastante decente y gano bien.
—Que bien, ¿y tu madre está bien?
—Sí, cada vez que puedo voy a visitarla. Está algo enferma, así que le recomendaron vivir en un lugar costero.
—Ya veo.
—Pero cuéntame, ¿cómo te ha ido? ¿Dónde has estado todos estos años?
—Bueno... He estado en Reino Unido en Luna Nova, una escuela de magia.
—Ah, cierto. Me contaste que querías ser una gran bruja.
—Sí... Han pasado muchas cosas allá. Sé que voy a ser una gran bruja.
—Seguro.
          Diana miraba desde atrás como conversaban, lo cual hizo que los celos empezaran a atacarla, quería mantener a ese tal Yuu lejos de su novia, no quería que nadie le hablara, algo exagerado de su parte, pero debido a los celos se iba a la defensiva y alejaba a cualquiera que se le acercara.
—... Oye Akko, ¿Cómo fue que la conociste? –le preguntó Yuu con bastante curiosidad, refiriéndose a Diana.
—Fue el primer día de clases en Luna Nova, estaba en el comedor con mis amigas Lotte y Sucy, ya que me quejaba de que la escuela no era como yo creía, y de pronto llega ella a decirme cosas que pues, me hicieron enojar por así decirlo, y comenzamos una rivalidad.
—Ja, como dice mi padre:"del odio al amor, hay un solo paso". Parece que no lo botaste del todo.
—Sí... En verdad la amo, a pesar de que al principio no nos llevamos bien, me di cuenta que Diana es una persona maravillosa... Tal vez llegando a casa puedan conocerse mejor.
—Espero, no quiero que me pateé por hablarte jeje.
          Diana sabía que Akko la amaba mucho, exagerando un poco tal vez, pero que diga cosas buenas a otra gente de ella, le era raro verlo pero esta vez pudo apreciarlo y escucharlo. Akko... En verdad sabes cómo enamorarme, tal vez le perdone la vida a tu amigo Yuu. Siguieron caminando hasta que llegaron a la entrada del aeropuerto, donde enfrente suyo estaba una camioneta bastante amplia.
—¿Es tuya la camioneta? –le preguntó Akko a Yuu.
—No, tu padre me la prestó, no sabía que tenía un auto así.
—Yo tampoco, si que la ocultó bien.
 

Quiero que seas míaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora