Sueño hecho realidad

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         Apresurada y con la cabeza en otros asuntos, Akko tomaba con rapidez sus materiales para ir a clases, apenas logró acomodarse su uniforme y peinarse un poco, pero no le importaba, tenía que llegar a clases o estaría en problemas y no quería verselas con la maestra Finnelan que aún parecía estar en contra de ella, y porque fuera estricta. Corriendo por los pasillos, pudo notar de reojo a Diana, que estaba caminando solitaria, con sus manos en su espalda y mirando de manera despreocupada a sus costados. Akko quizo saludarla, pero se contuvo, era más importante su puntualidad que saludarla a su amiga; podría hacerlo en el almuerzo, pues hace poco había comenzado a juntarse con el equipo verde y rojo. Con ese pequeño contratiempo llegó justo a tiempo a la clase de la maestra Ursula, quien le pidio que pasara y tomara asiento. Pude llegar a tiempo», pensó Akko un poco más tranquila. Subió unas pequeñas escaleras y se ubicó en un asiento justo en medio, a su derecha estaba Amanda, que estaba recargando sus pies en la gran mesa.

—Por poco y no lo logras, Akko -dijo Amanda tratando de burlarse de Akko.

—Y que lo digas. No quiero estar en la dirección por esto de nuevo.

—Que va, si eso es lo cotidiano, jaja.

—¡Silencio! Vamos a comenzar la clase.


         «¿Qué estará haciendo? ¿No se supone que debería estar en clases? Es muy raro, y parece que no me notó. Me preocuparé de eso después». Akko no estaba dispuesta a prestar mucha atención, podría traerle problemas, pero estaba más preocupada por Diana. Lo había notado unos días atrás, pues Diana parecía mostrarse incómoda e incluso nerviosa, ¿el motivo? Lo desconocía por completo y no pareció prestarle mucha atención. "Puede ser su periodo, sabes que esos días no son muy buenos", le había dicho una de sus amigas, pero no estaba convencida. No era como ella, Diana era más complicada de descrifrar, por lo que su tarea de averiguar lo que ocurría parecía una misión imposible, pero eso parecía motivarla aún más que nunca.

—Oye, Akko -susurró Amanda-, ¿notaste que esa rubiecita no está presente?

—Sí, no es usual en ella faltar a clases -respondió de vuelta Akko, "tratando" de ser discreta.

—Lo decía más por ti que por mi, has estado mirando su asiento toda la clase.

         Akko se puso nerviosa y un rubor en sus mejillas se hizo presente. Amanda sonrió triunfante y le dio un leve codazo.

—No te preocupes por tu noviecita, siempre tiene un as bajo la manga.

—¡N-no es mi novia! 

—Lo que tu digas, nena, pero esa reacción no te salvaaaaa.

        Amanda no era una desgraciada, podía leer a Akko facilmente al ser un libro abierto, por lo que ayudaría un poco a su amiga para que fuera a ver a su queridísima Diana, pero era más bien para estar tras ella y confirmar lo obvio. «Puede que hagan algo indebido, será un gran rumor entre las chicas... Nah, mejor solo la ayudo y ya. Más tarde me encargaré de molestarlas, jeje». 

—No te preocupes. Te cubro después del amuerzo para que vayas a verla -setenció Amanda rodeanla por el cuello con su brazo-. No desperdicies esta oportunidad, Akko.

—N-no lo haré.

—¡Ese es el espíritu!




         Era mediodía, no había señales de Diana y el almuerzo había comenzado, los equipos azul (con Diana ausente), rojo y verde se reunieron a comer juntas. Bárbara y Lotte estaban conversando respecto a los nuevos volúmenes de Nightfall mientras Hannah las escuchaba e intentaba entrar en al conversación; Constanze conversaba a través de su pizarra con Jasminka y Amanda; Akko y Sucy se mantenían en silencio, ambas por razones no tan distintas.

Quiero que seas míaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora