Después de aquel día, las cosas volvieron a la normalidad por así decirlo, al fin consumieron sus deseos carnales y ya poder disfrutar de su semana en el pueblo de Onna. Cómo es bastante obvio, Akko y Diana arreglaron el cuarto, aunque más Diana, escondieron cierto objeto que usaron la noche anterior en la maleta de Akko, se dieron una buena ducha, y ahora el problema eran las sábana, ya que no podían lavarlas, no tenían con que.
—Bueno, tenemos que esperar hasta que vengan a cambiar las sábanas –dijo Akko al ver que era la única forma.
—Creo que sí, pero en fin. Oye, pásame mi blusa por favor. Está en mi maleta.
—Ya voy.
Akko caminó hasta la maleta de Diana, la abrió y sacó una blusa azul claro, se volteó y pudo ver a Diana en top, haciendo que se sonrojara un poco.
—¿Qué? –Diana se giró al ver que Akko se tardaba, y solo pudo esbozar una pequeña sonrisa al verla sonrojada– ¿En serio te da pena verme así después de lo que hicimos ayer?... Y por cierto, ¿dónde están tus padres?
—No lo sé, no tengo ni la más remota idea, a no ser que... Oh demonios.
—¿Qué?
—Que lo más seguro es que mis padres nos hayan escuchado.
—Pero entonces, ¿dónde están si no nos interrumpieron?
—No lo sé, pero lo único que me preocupa es que nos hayan escuchado.
—Solo espero que no haya pasado algo malo.*Mientras tanto en un lugar no muy alejado*
La familia de Akko estaba lista para salir de un hotel que era menos caro, ya que el padre, después de que por accidente escuchó a Akko y Diana haciéndolo, tomó la idea de llevar a todos a un hotel aparte para pasar la noche por obvias razones.
—En verdad que esas niñas deben controlar sus hormonas –dijo el padre mientras tomaba su maleta nada molesto, sino que le frustaban ese tipo de cosas, ya tuvo un par de experiencias similares cuando era joven, así que sabía lo incómodo y tedioso que era soportar algo así.
—Lo sé cariño, pero no creó que vuelvan a hacerlo, digo, no es por defenderlas, pero a quien se le sube más la calentura es a Akko, Diana es más tranquila.
—Lo sé, solo eso espero, no quiero que Nyoko se quede traumatizada.
—Bueno viejo —se incorporó Ichiro mientras colocaba su mano izquierda en el hombro de su padre–, si a Akko se le suben los humos, yo tengo la solución.
—Otra vez con tu idea de ponerle escorpiones miento duerme, ya te dije que no, cuando dejes de vivir en mi techo, harás tú santa voluntad.
—Bueno, volvamos ya al hotel que Nyoko se pone nerviosa.
—Sí. Vámonos.*Mientras con Akko y Diana*
Akko y Diana decidieron salir a ver un poco la playa, ya que estaba cerca así que no habría problemas en ir y venir; estaban a unos 7 minutos de llegar, cuando a Diana se le viene una idea, aunque era más una pregunta.
—Oye Akko –dijo Diana mirando a Akko sin prestar mucha atención al frente.
—¿Qué pasa?
—¿Has llegado a pensar que los sueños tienen algún significado?
—Hmmm, la verdad es que un poco, pero no tanto, ya que los olvido, ¿pero por qué la pregunta?
—Bueno..., es que últimamente he tenido sueños extraños, no recuerdo los detalles, pero recuerdo lo suficiente.
—¿Pero como de qué sueños extraños?
—No lo sé, como si fuese una vida pasada..., o algo así, pero en esos sueños aparecías tu, pero lo curioso es que no era nada bonito.
—Quien sabe, pero mejor pensamos después en tragedia e historias, ahora ¡disfrutemos de este día!
—Ok ok, pero no grites.
Continuaron con su camino hasta que finalmente llegaron, y habían menos personas de que la que imaginaron, pero eso no importó, solo hicieron un par de cosas para guardar sus cosas, cambiarse, etc.
—¡Transformación completa! –exclamó Akko sin darse de un cuenta de un detalle.
—Ejem..., Akko, esa es tu pijama –dijo Diana señalando a la vestimenta de Akko.
—¿Eeeh?... En serio, lo despistada no se me quita.
—Tranquila, sabía que iba a pasar algo así que traje el tuyo.
—¡Gracias Diana! –Akko la abrazó dando pequeños brincos de felicidad.
—De nada, pero mejor cambiate, te espero afuera.
—Ok.
Diana salió de los vestuarios dejando a Akko cambiándose; Diana vio a un par de chicos que se acercaban a ella, y al ver sus facciones, dedujo que eran americanos, pero ya sabía que era lo que seguía.
—Hola nena, ¿qué haces solita aquí? –dijo uno de los chicos, uno delgado, un poco robusto y el cabello corto tratando de verse coqueto.
—Hola –dijo Diana cortante apenas viéndolo a la cara–, solo espero a que mi no...
—Je, no mientas –interrumpió el otro chico, que era un poco más pequeño que el otro, igualmente delgado pero algo más musculoso–, ya sabemos tus intenciones, así que vamos a un lugar más privado. Vas a ver qué te diviertes.
El chico la tomó del brazo pero esta se resistió así que el otro la tomó del otro brazo, la estaban ya casi arrastrando por el suelo, ella todavía luchando para que las soltara, para su suerte llegó Akko y como pudo alejó a aquellos chicos de Diana.
—¿Oigan que les pasa? ¿Qué es lo que querían hacerle? –exclamó Akko furiosa, colocando a Diana a sus espaldas.
—Oh, eres su amiga, tal vez pueda acompañarnos -el de cabello corto tomó a Akko del brazo y la jaló, pero está reaccionó y le dió una fuerte patada en la ingle del chico, soltandola y llevándose sus manos a la zona, tirándose al suelo.
—¡Ahora vas a... –justo antes de que el otro chico pudiera hacerle algo a Akko, Diana se interpuso y el dió un golpe en la mandíbula, haciendo que cayera al suelo de espalda.
El otro no tardó en incorporarse e ir contra Akko, pero ahora, la pareja se puso a la defensiva y con un golpe en el abdomen y en la entrepierna bastó para dejarlo fuera.
—... ¿Estás bien Diana? –dijo Akko mirando de pies a cabeza a Diana.
—Jeje, tranquila, estoy bien, solo me duele un poco los brazos y la mano... Gracias por salvarme.
-No, no hice mucho, tu fuiste la que noqueó a ese tipo.
—Claro que lo hiciste, no hubiera podido yo sola con esos tipos, así que de verdad gracias amor.
—Jeje, no hay que agradecer, siempre te defenderé, ahora soy la super Akko.
Diana río ligeramente por el comentario de Akko.
—Claro que lo eres, pero vamos de una vez a la playa, van a seguir aturdidos por un rato –Diana tomó a Akko de la mano y ambas se fueron ya finalmente a la playa.
ESTÁS LEYENDO
Quiero que seas mía
عشوائيDesde hace meses, desde la liberación del Gran Triskellion, un nuevo sentimiento en Akko surge hacia una cierta rubia, la futura heredera, Diana Cavendish. Ella no puede explicarse el por qué, pero cada vez que está cerca de ella su mente se alborot...